María Jesús Gonzalez
La biógrafa y ensayista, catedrática de la UC, revisita la figura del político que «moldeó la España de principios del siglo XX», en el libro 'El estadista en su laberinto'
Presidente de cinco gobiernos y en tres ocasiones ministro de carteras fundamentales, atravesó, casi encarnó, la esencia del sistema político en los años de Alfonso ... XIII. La de Antonio Maura es la de una figura «controvertida y clave en el devenir político de la época, que recorrió, con el empeño y la pasión del hombre dedicado a un ideal, el laberinto de la política española del primer tercio de siglo». La historiadora María Jesús González, catedrática de Historia Contemporánea en la Universidad de Cantabria, finalista del Premio Nacional en 2011, revisita al político en su libro 'Antonio Maura, el estadista en su laberinto' (Taurus) 'una biografía política'. Conservador, apasionado y controvertido, fue uno de los más relevantes estadistas españoles y una figura absolutamente «crucial» para entender la España del primer tercio del siglo XX. El libro será presentado el próximo jueves, día 4 de diciembre, en la librería Gil.
Reedición revisada de 'El universo conservador de Antonio Maura. Biografía y proyecto de Estado', de 1997, su nuevo desembarco en Maura revela de modo sutil y elocuente su psicología, «su moral, su carácter y hasta su sentido del humor, costumbres o sentimientos. El retrato del hombre acompaña al del político». Ese Maura que que empeñó «en la ciclópea tarea de regenerar y fortalecer el sistema, descuajando el caciquismo y modernizando el Estado a través del saneamiento y la profesionalización de sus instituciones».
María Jesús González ha trabajado sobre historia política en la España de Alfonso XIII, sobre las sufragistas británicas y sobre biografía política e intelectual. Autora de 'Ciudadanía y acción: el conservadurismo maurista, 1907-1923' y de 'Raymond Carr. La curiosidad del zorro', ha sido finalista de los premios nacionales de Ensayo e Historia en 1998 y del Elizabeth Longford Prize for Historical Biography en 2014.
-Si hubiera que esquematizar un perfil de Maura político y del Maura hombre de su tiempo. ¿Cuál es la definición más rotunda?
-Independientemente de su adscripción al Partido Conservador, políticamente Maura era un liberal. Un liberal no en el sentido económico o de partido, sino en su definición política primigenia, es decir, anti absolutista, favorable a la libertad de expresión, separación Iglesia-Estado, de 'democracia en construcción'. De hecho, comienza su carrera política militando en el Partido Liberal de Sagasta, casi 20 años. Por otra parte, como hombre de su tiempo lo era de ese «mundo de ayer» que reflejaba Zweig: con su religiosidad profunda que hoy casi resultaría excéntrica, su arraigado concepto del honor y la ética, su idealismo, su temor a los excesos revolucionarios o reaccionarios y su fe en la virtualidad de las leyes y el diálogo parlamentario: «Quiero gobernar por la palabra», le dijo al embajador francés al inicio de su Gobierno Largo.
-Su investigación ingente está presidida por la etiqueta de 'biografía política'. ¿El objetivo principal, no obstante, era retratar una época a través de Maura?
-La biografía es un género muy versátil y de amplio espectro y posibilidades narrativas. Esa etiqueta especifica que en este libro se ha atendido sobre todo a desentrañar el pensamiento y la acción política y gubernamental del estadista conservador, más allá de recrearse o profundizar en la narración biográfica «de la cuna a la tumba». No obstante, su biografía personal -por establecer una diferencia con la política, aunque ambas son complementarias-, contextualiza y construye, psicológica y humanamente, al hombre más allá del político. Por eso me ha interesado abordar aspectos como su mentalidad, su religiosidad, carácter, costumbres o estética ... Y además el estudio de sus aficiones, las revistas a las que estaba suscrito, su patrimonio económico, su biblioteca o sus actividades académicas tanto como los debates parlamentarios en los que participó. También, por supuesto, me ha interesado mucho conocer y reflejar su imagen tal y como se percibía desde fuera: en la literatura, en los cuplés y en los artículos y en las caricaturas de la prensa, tanto la afín como la contraria, o en los penetrantes informes diplomáticos.
-Pero está la radiografía del sistema político de la Restauración...
-Sobre todo, el retrato de la época construido a través del personaje y desde los actores principales y secundarios que le rodean y con los que interactúa, constituyen, efectivamente, objetivos o derivados esenciales en esta biografía. La España de la Restauración conforma un escenario socio político y cultural fascinante y complejo, en el que se desarrollan muy interesantes tragicomedias políticas y tragedias sociales. Un gran plató donde también se escenifican algunas controversias y hechos cruciales afortunadamente superados pero también otras cuestiones que aún resuenan en nuestros días como los nacionalismos periféricos, la corrupción, las luchas sociales contra la injusticia o la pobreza o las campañas manipuladoras de cierta prensa. Efectivamente, a través de un político tan polifacético y activo como Maura y tan profundamente imbricado en la evolución y los acontecimientos fundamentales de este periodo a través de su gestión política queda retratada la época desde múltiples perspectivas. El político no se entiende sin atender a su época y, en este caso, casi se puede decir... y viceversa.
-¿Cuál es su aportación a la Historia?
-Es un personaje rico y complejo y con gran protagonismo que, en sí mismo, deviene patrimonio histórico con todos sus matices, sus aristas, sus logros y fracasos. Se puede hablar tal vez de una aportación, un legado tangible de Maura, que se despliega en ciertas leyes de carácter reformista o modernizador que abrieron cauces o establecieron cimientos legislativos. Pero también transmite un legado intangible que se podría resumir en tres conceptos: defensa del parlamentarismo liberal, propuesta de regeneración e interés por activar una ciudadanía. Todo ello desarrollado en un periodo liberal, no lo olvidemos, de democracia en construcción o 'democrazia in cammino' como decía el historiador italiano W. Salomone. El reconocimiento de su importancia histórica se ha producido desde diferentes perspectivas... Por poner algún ejemplo: a pesar de su distancia ideológico-política el propio Azaña le admiraba y llegó a afirmar que la campaña y expulsión del líder en 1909 fue 'una de las mayores atrocidades políticas' de la historia de España. El franquismo, por su parte, lo «elevó» interesadamente a la calidad de único político del periodo que se podía salvar y (falso) precedente del 18 de julio. La complejidad, magnitud y trascendencia de su figura y en parte una cierta transversalidad de la misma le convierte en parte de nuestro patrimonio histórico.
-¿Maura puede considerarse el antecedente pragmático del gran defensor de la monarquía como factor de integración de la vida nacional?
-Sin duda. Y de hecho uno de los elementos fundamentales conformadores de su nacionalismo era precisamente la potenciación de la Monarquía como elemento simbólico de cohesión y representación nacional: above them and us. De ahí su empeño en la campaña de giras regias en las que hacía trabajar duro al rey recorriendo España, sus universidades, obras, fábricas y pueblos para popularizar la Monarquía entre la población; medio en serio medio en broma, el rey le pidió la 'jornada de ocho horas'. Con el objeto de aplacar y atraer a los catalanes y al catalanismo hacia la monarquía, realizó un viaje a la 'difícil' Cataluña. En Barcelona incluso, llevó a Alfonso XIII a presenciar una obra de teatro en catalán que él, (balear de origen y bilingüe), le traducía solícito al oído. Pero también es destacable el empeño del líder conservador en que el rey vistiera de civil (y no de militar) y, sobre todo, se mantuviera alejado tanto de los militares como de la política y sus intrigas para no contaminarse... como desafortunadamente hizo. Quería, definitivamente, elevar el papel simbólico del monarca recortando su iniciativa y actividad política para utilizarlo de referente y emoliente nacional. Precisamente por eso, por su defensa de la institución y su celo por protegerla y fortalecerla, era sumamente crítico si sus representantes -fuera la reina regente o Alfonso XIII- no cumplían sus 'deberes institucionales' o los sobrepasaban. Existe un informe muy ilustrativo y elocuente sobre él remitido a la reina María Cristina. En él se lee: «Monárquico convencido porque cree al país identificado con la Monarquía, no siente por ella entusiasmos y la juzga con dureza rayana en la injusticia». Tenía razón.
-En el balance, ¿ha sido más mitificado que denostado, o al revés?
-En realidad ... me resultaría difícil establecer proporciones o porcentajes de mitificación versus denostación. Ambos aspectos conforman igualmente una construcción exterior muy 'rica' y poliédrica del personaje más allá de la persona, tanto en vida como a posteriori, y tanto política como incluso historiográficamente. Pocos políticos han sumado tantas alabanzas o críticas. Y en ocasiones ambas a la vez procedentes de la misma fuente. El 'Maura sí' frente al 'Maura no' trasladó a la calle y hasta a la lucha callejera esta disociación. Entre la realidad de sus acciones y esa construcción desorbitada por parte de admiradores y detractores, su figura se fue sobredimensionando en todas direcciones. Eso es lo que lo hace a la vez tan interesante y difícil de redimensionar y de ubicar.
-¿Y manipulado u olvidado?
-Realmente no es un personaje olvidado. O, en todo caso, no lo es más que otros personajes históricos esenciales como Cánovas, Pablo Iglesias, Canalejas, Azaña, Negrín y otros protagonistas centrales de nuestra historia de finales del XIX o primer tercio del XX. Y Maura tiene calles, plazas o monumentos en numerosas ciudades de España. Sin embargo, como destaco en mi libro, no es una figura que propicie reivindicaciones simplistas o cómodas... Y puede incluso resultar desconcertante si se le intenta leer desde un estereotipo maniqueo. En este sentido, hay una cosa que me ha llamado la atención. He encontrado en Google la pregunta preelaborada: «¿Antonio Maura era de derechas o de izquierdas?». Es curioso ¿no?
-¿Y sobre la posible manipulación?
-Sucede algo también reseñable. Tras la guerra civil, el sector más demócrata del maurismo que podía haber reivindicado su esencia liberal no tuvo apenas voz en la dictadura franquista y aún menos en su forzado exilio. Así que sus rasgos más liberales quedaron durante tiempo más o menos enterrados. Entre las izquierdas, que obviamente no le reivindicaban)¡, su catolicismo se tradujo como clericalismo, su firmeza legalista como autoritarismo y su nacionalismo, dialogante, simbólico y alejado del africanismo colonial, como patriotismo españolista. Y, por lo demás, la línea autoritaria del maurismo, la misma que sustentó (contra el parecer de Maura) la dictadura de Primo de Rivera y pervivió, en la dictadura de Franco, fue la que monopolizó la figura del líder conservador, la 'marca' Maura, y contribuyó a crear una 'versión' al tiempo hagiográfica, deformada y parcial del personaje, Y, con ella, un legado interesado en denostar el sistema liberal y el parlamentarismo. Todo ello, afortunadamente, queda 'reubicado', asentado en su justa medida gracias la investigación histórica seria y documentada.
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