Los que ponen palabras al mundo
Día de la Poesía ·
Con motivo de la celebración, tres autores cántabros: Silvia Prellezo, Maru Bernal y Rafael Fombellida comparten sus reflexiones sobre un género que consideran la principal herramienta de pensamiento crítico«Por más que la industria editorial considere la poesía como la gran Cenicienta de la literatura, siempre será la verdadera alma del mundo», Esta frase de Mario Benedetti seguramente será una de las más repetidas a lo largo de la jornada de hoy que, como cada 21 de marzo, se celebra el Día Mundial de la Poesía, una conmemoración aprobada por la Unesco para honrar a los poetas, revivir tradiciones orales de recitales, promover su lectura, su escritura y su enseñanza o fomentar la convergencia entre la poesía y otras artes. Así, a lo largo del día bibliotecas, centros culturales y librerías se rinden a poetas, obras, versos... con la mirada puesta, fundamentalmente, en los jóvenes lectores.
El Diario Montañés ha querido saber como viven la celebración tres poetas de Cantabria. Tres autores de distintas generaciones y diferentes estilos y con varios libros publicados.
Dos mujeres y un hombre –Silvia Prellezo, Maru Bernal y Rafael Fombellida– que, siguiendo la cita de Benedetti, ponen palabras a ese alma del mundo que es la poesía. Pese a sus distintos perfiles estos tres autores apuesta por una poesía «de calidad» «libre» «reivindicativa» y como «herramienta del pensamiento crítico». También destacan las nuevas oportunidades que las redes sociales están proporcionando a los nuevos poetas con reservas en alguno de los casos y algún temor a acabar perdidos en la red. Los tres poetas, además, han querido hacer sus propias recomendaciones de dos obras más o menos recientes que les han emocionado especialmente.
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Autora de 'Drama y nitroglicerina'
Silvia Prellezo: «Vivimos en una época de resurgimiento de la poesía»
Nacida en Torrelavega la autora de 'La intimidad del armisticio' y 'Drama y nitroglicerina' ve las redes sociales como una puerta de entrada para las voces más jóvenes.
-¿Cómo celebrar el Día de la Poesía para que la sociedad que vive de espaldas a ella le mire de frente?
-No podemos olvidar que la poesía es un género literario minoritario. Si bien, estamos viviendo una época en que se intuye cierto resurgimiento que se debe tanto a una mayor oferta como a una mayor demanda. La generación X y la generación Y no han destacado por ser grandes lectores de poesía, pero la generación Z, los nacidos a partir de los 90, están viviendo un acercamiento como hacía años que no se observaba. Estamos hablando de una generación que ha crecido de la mano de la tecnología. Vemos cada día como las redes sociales se convierten en un lugar de encuentro para escritores y lectores y es por este motivo, que creo fundamental adaptarnos a estos medios para llegar a más gente.
-Las redes sociales se han convertido en un escaparate para los jóvenes poetas, ¿hasta qué punto pueden ayudar a celebrar la poesía?
-Las redes sociales se han convertido en un foro de encuentro fundamental para las generaciones actuales. Es una puerta de entrada tanto para jóvenes poetas como para jóvenes lectores. Se crea una lectura totalmente acorde con los tiempos actuales, de fácil acceso, rápida y muy visual. Es precisamente lo que hoy en día se demanda de la lectura. Hay muchas voces que critican la poesía publicada a través de estos medios, pero no podemos olvidar que todas las generaciones literarias fueron criticadas en sus inicios por desordenar el equilibrio de lo que ya se encontraba asentado.
-¿La poesía también se ha rendido a los tiempos de lo políticamente correcto?
-Más que rendirse a lo políticamente correcto, creo que la poesía se ha vuelto más comercial. El afán por lograr que un libro de poesía sea un best-seller ha convertido al sector en una vorágine de editoriales y autores corriendo una auténtica maratón con el objetivo de lograr miles de seguidores en redes y que ello pueda repercutir en las ventas. Esto lo veo como un error, una cosa es acercar la poesía a un mayor público y otra cosa es reducir la calidad de los libros publicados hasta convertirlos en 'fast food' literario. Al final, no solo se pierde calidad, sino que la poesía deja de ser una herramienta muy potente, también, para el pensamiento crítico.
Recomendaciones. 'Servido en Frío', de Manuel Francisco Reina, que ganó el XXXII premio de Poesía Jaime Gil de Biedma. «Son versos que tratan el desengaño amoroso con una elegancia como pocas veces he leído». También 'Los cuerpos delante' de Jara Calvo. «Este libro es como un espejo que te permite hacer una introspección continua en cada uno de los poemas que lo componen».
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Autor de 'Dominio'
Rafael Fombellida:«Si la escritura no es de calidad estamos celebrando el vacío»
El autor de 'Isla decepción', 'Deudas de juego' o 'Dominio', donde selecciona su propia poesía, es codirector del Aula de Poesía de Torrelavega.
-¿Cómo celebrar el Día de la Poesía para que la sociedad que vive de espaldas a ella le mire de frente?
-La poesía siempre ha sido un arte de minorías, recordemos a Juan Ramón: «A la minoría siempre». Incluso aquellos autores que procuraron la atención de las mayorías son hoy minoritarios en comparación con otros géneros que acaparan esas mayorías, en general, cuanto peores son. Personalmente no creo que la poesía culta se dirija a la sociedad, sino más bien al individuo. Que su mensaje conmocione, haga vibrar a un ser concreto. Está muy bien que se celebre un día de la poesía, como se celebra el día de la felicidad o el del espárrago de Lodosa. A mí, relacionar la poesía con la primavera me parece señoritil y cursi, pero no seré quien agüe la fiesta. De todas las actividades que se celebran el Día de la Poesía, quienes lo celebramos cada día solo deseamos que sean de calidad. Si la poesía no se hermana con la calidad, estamos perdiendo el tiempo y celebrando el vacío.
-Las redes sociales se han convertido en un escaparate para los jóvenes poetas, ¿hasta qué punto pueden ayudar a celebrar la poesía?
-Las redes sociales han venido a multiplicar exponencialmente lo mejor y lo peor. Todos los poetas verdaderos pueden localizarse en ellas, y leerse con un altísimo grado de asequibilidad. Pero también las camadas pseudopoéticas de internet han hallado en las redes un foro que de otra forma no hubieran tenido. La irresponsabilidad cultural de ciertas grandes editoriales ha venido a potenciar este fenómeno mercantil. Estos poetas del capitalismo, la sentimentalidad pueril y la banalidad han pervertido una herramienta tan útil como serían las redes sociales si tuvieran el filtro del buen criterio. Quien quiera celebrar la poesía en las redes, no se deje embaucar por tanto estafador on line.
-¿La poesía también se ha rendido a los tiempos de lo políticamente correcto?
-Ojalá nunca lo haga. La poesía, todo el arte, si no es un espacio de libertad, es un fracaso. La corrección política viene a ser una hibridación de hipocresía, oportunismo y fanatismo, catalizados todos por la ignorancia. Véase el caso reciente de la obra de Roald Dahl, u otros como el de Mark Twain. Y lo que tendremos que ver. Alguien se ha vuelto loco en este mundo y nos quisiera enloquecer a todos. Si la poesía deja de ser espacio de libertad plena, definitivamente está acabada. Aunque es cierto que algunos factores de corrección política afectan ya a la poesía española, más en el ámbito de la proyección que de la creación. Yo, por mi parte, me niego a morderme la lengua. En mi vivir soy muy políticamente incorrecto, y para la poesía no debo ser menos.
Recomendaciones. 'Euforia', de Carlos Marzal, y 'Agua corriente', de Anne Carson. «Para celebrar la poesía con gran poesía».
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Autora de 'No todos volvimos de Troya'
Maru Bernal: «Tenemos que abrir puertas sin dejar de cuestionarnos »
Su último libro 'No todos volvimos de Troya' ganó el XXV Premio de Poesía Ciudad de Salamanca. También es autora de 'Hendiendo el aire & Suturas del alma'. Nacida en Barcelona lleva más de treinta años residiendo en Cantabria.
-¿Cómo celebrar el Día de la Poesía para que la sociedad que vive de espaldas a ella le mire de frente?
-La sociedad sabe de su existencia, quizá les resulte incómodo acercarse a la poesía porque esta abre puertas y ventanas que en algunas ocasiones desearíamos permanecieran cerradas. Como amantes de la poesía tenemos el compromiso de abrir esas puertas en nuestro entorno más cercano, quizá variando el continente pero sin traicionar su contenido, ese que cuestiona y nos cuestiona como seres humanos.
-Las redes sociales se han convertido en un escaparate para los jóvenes poetas, ¿hasta qué punto pueden ayudar a celebrar la poesía?
-El torrente de información y de canalización que tienen las redes sociales es sin duda enorme, sobre todo entre y para los jóvenes. Claro que pueden y deben ser un elemento de difusión poética aunque corramos el riesgo de perdernos en este infinito laberinto intrincado en el que no sabemos a veces dónde encontrar la certeza de unos anclajes literarios sólidos debido al desbordamiento de autores y propuestas a los que nos asomamos. En las redes se suelen crear 'burbujas' virtuales que nos mantienes alejados o ajenos a otras posibilidades. Una mente curiosa y abierta es imprescindible para encontrar otros caminos.
-¿La poesía también se ha rendido a los tiempos de lo políticamente correcto?
-No debería, la poesía siempre ha sido una de las formas más directas y descarnadas de dar espacio a las inquietudes del espíritu, como cualquier otra expresión artística. Quizá el vehículo de las redes sociales sí condicione lo que decimos y cómo lo decimos, pero en ese caso estaríamos contraviniendo la intrínseca libertad que creo debe tener el sentimiento poético. La poesía, además, siempre ha tenido un sesgo reivindicativo, de crítica social, de espejo, que ha sido fundamental para muchas generaciones y que espero sepamos también desarrollar en las venideras para que siga siendo esa 'arma cargada de futuro' y ojalá también de presente, mirémosla pues cara a cara y seguro que nos sorprende.
Recomendaciones. De María Sotomayor 'La paciencia de los árboles' «trata sobre el alzheimer con una delicadeza y una belleza sobrecogedora a pesar del dolor que encierra»; y de Orlando Mondragón 'Cuadernos de patología humana' Premio Loewe de poesía 2021, «una disección precisa y llena de empatía por el sufrimiento humano a pesar de su aparente asepsia, teniendo en cuenta que el autor además de poeta es cirujano».