Jordi Francés
El músico dirige hoy en la Sala Argenta el concierto de clausura del Encuentro de Música y Academia que rinde homenaje a Sofía Gubaidúlina
Jordi Francés desarrolla una interesante actividad artística caracterizada por una mirada amplia. Como director de orquesta convive entre la ópera, el repertorio sinfónico y la ... creación actual sin perder de vista la importancia de formar a nuevos músicos, algo que hace desde la Cátedra de Dirección de Orquesta de la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Esta noche, a las 20.00 horas, dirigirá, en el Palacio de Festivales el concierto de clausura del Encuentro de Música y Academia que la Fundación Albéniz ha celebrado un año más en Santander. Se pondrá al frente de un grupo de músicos de gran talento para homenajear a la compositora Sofía Gubaidúlina, fallecida este mismo año, en un concierto que, como todos los que él dirige espera «estimule al público nuevas sensibilidades».
-El concierto que va a dirigir esta noche pone el broche final al Encuentro de Música y Academia, en el que conviven grandes nombres de la música con jóvenes músicos de talento, ¿Cómo vive esta convivencia intergeneracional?
-La convivencia intergeneracional es muy enriquecedora. Tú les aportas experiencia y tus conocimientos, pero ellos aportan un deseo enorme de aprendizaje. Además muchos de ellos, a pesar de ser jóvenes, ya son intérpretes con un nivel extraordinario, así que nos dan su propia su propia visión y eso siempre se agradece de un artista.
El concierto
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Programa. Obras de Bach y Sofía Gubaidúlina protagonizarán la primera parte. La mezzosoprano Bernarda Fink y el clarinetista Gábor Varga, en la segunda parte, cerrarán la edición con obras de Guastavino y Dohnányi.
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Homenaje a Sofía Gubaidúlina. Jordi Francés será el encargado de dirigir al Ensemble de Cuerdas del Encuentro. El In memoriam de Sofia Gubaidúlina contará con la presencia del artista invitado Iñaki Alberti al acordeón.
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Escenario. Sala Argenta a las 20.00 horas.
-Estos jóvenes músicos han aprendido mucho en estas semanas de Encuentro, ¿qué aprendemos los que estamos al otro lado del atril?
-Tomando la definición de teatro que hace Juan Mayorga (dramaturgo), que es muy amigo mío, y que siempre me gusta llevarme a la música, una buena función se produce cuando unas personas se separan de otras para representar las posibilidades de la existencia humana. Y yo concibo la música un poco así. Como un ritual. Unas personas que están unidas a través del sonido donde se explican historias más o menos abstractas para que un público las disfrute, se emocione e interaccione con ellas. Entonces, siendo el concierto un evento complejo, en el que hay personas que van buscando únicamente el disfrute, otras una reflexión o incluso hay quien busca un momento para estar consigo mismo, yo intento estimular nuevas sensibilidades, ese es el reto, situarlas en un lugar en el que no han estado antes.
-¿Cuánto cambia la energía de una orquesta cuando en ella se mezcla juventud, ganas y formación de primer de primer nivel?
-La energía cambia radicalmente porque la experiencia a la hora de interpretar es importante, pero la energía, la predisposición, la actitud son fundamentales. Con los jóvenes siempre hay una predisposición y una energía muy especial y que genera una sinergia muy diferente. A veces con la orquesta profesional, las energías las tienes que sugerir tú mientras que en una orquesta joven muchas veces es su energía la que te llevan a ti.
«Aunque no lo parezca, me gusta mucho estudiar las tradiciones, pero no para adorarlas sino para dialogar con ellas»
-¿Qué le parece más importante transmitir a estos jóvenes la técnica y disciplina o la pasión?
-Tengo que decir que estos jóvenes la técnica y disciplina ya la traen. Este Encuentro no es un curso al uso, es uno en el que los jóvenes son seleccionados muy minuciosamente y el nivel del profesorado es altísimo. Por lo tanto técnica, disciplina y pasión hay por todos los lados. Quizás nuestra labor es que todo ello confluya y genere algo que trascienda.
- ¿Encuentra muchas diferencias entre la generación de músicos que empieza ahora y la suya propia?
-Te diría que sí, a pesar de que de que no me separa una edad enorme. Mi generación fue de apertura, en realidad como la que vivía el país entonces, y eso nos llevó a muchos a ver cómo se hacían las cosas fuera e intentar aportar nuestro granito de arena para formarnos de la mejor manera posible. La generación de ahora, que ya no conoce ni barreras ni fronteras ni de lugar ni de ni de tiempo, está más preparada o al menos yo pienso que hay más número de intérpretes jóvenes de altísimo nivel que en mi generación.
-Ha dirigido repertorios muy diversos con obras contemporáneas pero también con clásicos. ¿Cómo equilibra esa dualidad entre tradición e innovación?
-Tradición e innovación quizás sea la combinación que vértebra mi carrera. Intento tener una visión de la música clásica más fresca. Me gusta mucho, a pesar de que pueda parecer que no, estudiar las tradiciones, pero no para adorarlas ni para conservarlas en ningún sitio, sino para dialogar con ellas. Tengo muy presente aquella frase de Mahler de que la tradición no son unas cenizas. Yo no soy de adorar las cenizas, sino de mantener viva la llama y esa filosofía influye un poco en los repertorios que hago, por supuesto, y en la combinación de las obras. Siempre me interesa que el público que viene al concierto tenga una experiencia genuina y no ofrecerle una versión más de las obras que ya conoce y ha escuchado, sino que las obras estén combinadas de una manera que generen un itinerario de escucha interesante, que lo coloque en sitios a lo mejor no conoce.
-¿Como director joven siente que ha tenido que romper prejuicios o demostrar algo distinto frente a las generaciones anteriores?
-Es cierto que mi generación empezó la carrera en un momento en el que ser director joven todavía era un motivo de sospecha en las orquestas. Pero tengo que decir que yo no he tenido ningún problema en ninguna de ellas por ser joven. Si el trabajo ha sido hecho con seriedad y con profesionalidad, con respeto y con cariño, sobre todo con cariño, no he tenido que romper nada.
-¿Cuál ha sido el mayor reto artístico que ha afrontado hasta ahora?
-Han sido muchos. Este año he dirigido 'La vida breve' de Falla y el estreno absoluto de la ópera 'Tejas Verdes' en el Teatro Real, que fueron retos importantes. Luego he estado también en la temporada de la abono de la Orquesta Nacional yen una gira con la Orquesta Nacional de Hungría.
-¿Qué significa la música para usted?
-Me gusta hablar de cuatro conceptos que también se los he robado a mi amigo Juan Mayorga que son acción, emoción, poesía y pensamiento. Cuatro conceptos que atraviesan la definición de la música.
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