«En el teatro infantil ya no hay buenos ni malos como en los cuentos de antes»

Érase una vez una princesa que supo como superar sus dificultades sin esperar ser besada por un príncipe. Una joven llamada Blancanieves que tuvo que lidiar con una madrastra sin corazón, una bruja malvada y trabajar para unos enanitos a cambio de alojamiento, pero esta, al contrario que la del cuento tradicional de los hermanos Grimm no esperó a que un príncipe, a lomos de un caballo blanco, le rescatara para acabar comiendo perdices. 'Blancanieves' es el título del espectáculo infantil que el próximo domingo se ofrecerá en el Teatro Concha Espina de Torrelavega y viene firmado por Pablo Vergne, uno de los nombres más destacados y respetados del llamado teatro familiar con tres décadas de trayectoria a sus espaldas. En este género, hablar de Vergne es hacerlo de calidad siempre con los títeres como vehículo para hacer llegar a los más pequeños distintos cuentos tradicionales «pero con un toque de actualidad», una tendencia en la que, según señala está incidiendo mucho el teatro infantil.

Vergne llegó a este mundo hace más de treinta años. Estudiaba Filosofía en la Universidad y cada día, de camino a la facultad, pasaba por un hospital infantil. Un día decidió llevar un poco de alegría a esos niños acompañado de su hermano. Así nació su primer espectáculo de títeres. «Es curioso y llamativo como ha cambiado el teatro infantil desde entonces. Sobre todo en los temas que se abordan ahora. Sin embargo, lo que no ha cambiado y no creo que lo haga nunca, es la fascinación de los más pequeños por las marionetas».

Después de treinta años de trabajo y de recorrer España con sus espectáculos se le pregunta cuáles son los principales cambios que ha vivido este tipo de teatro. El primero, conociendo el argumento de la 'Blancanieves' que irrumpe el domingo en el Festival de Invierno parece que está claro. ¿Nos trae una princesa feminista?. «Más que feminista yo diría que es una princesa que aprende a valerse por sí misma y que no necesita ser rescatada por un príncipe como los cuentos clásicos», explica.

En su huida de la madrastra esta Blancanieves deberá atravesar un bosque inhóspito. Los animales salvajes que se cruzan en su camino no le hacen daño y la protegen de todo mal. Más tarde es acogida por unos enanitos que le ofrecen protección a cambio de que realice las tareas del hogar. Obligada por las circunstancias acepta a regañadientes ese acuerdo. Pero en su corazón sigue latiendo el recuerdo del bosque, donde la naturaleza crece libre y salvaje. Y es que, en la nueva dramaturgia infantil, las protagonistas además de mujeres independientes son unas claras defensoras del medio ambiente.

Otra cosa que ha cambiado, tal vez la más importante para este autor de teatro, es que «los personajes son mucho más complejos. Tienen más matices que los de los cuentos clásicos. Antes había dos grupos, estaban los buenos que luchaban contra los malos a los que siempre ganaban. Ahora esto ya no existe. No hay buenos y malos en los nuevos cuentos infantiles».

Desde aquel primer montaje que Vergne ofreció en su época universitaria hasta ahora, el teatro infantil ha ido sumando distintos lenguajes escénicos a las obras. «En esta 'Blancanieves', por ejemplo, la actriz protagonista es bailarina. Me interesa cada vez más que mis obras incluyan teatro sí, pero también danza, poesía, arte plástico... Al final el cuento, en este caso nuestra adaptación al de los hermanos Grimm, es el vehículo que nos sirve para llegar a un punto donde convergen todas estas disciplinas. Trabajamos mucho en lo que queremos decir, en este caso una historia de supervivencia, pero también en cómo vamos a decirlo. La puesta en escena es cada vez más importante y de hecho también se utilizan muchos efectos especiales en el escenario».

Las obras de Vergne se caracterizan por el empleo de objetos y materiales reciclados que acaban transformados en personajes inolvidables, pues para este creador cualquier objeto puede contener una historia oculta. En todas ellas queda la impronta de su sello personal, donde lo que importa no es lo espectacular «sino conmover a niños y mayores con medios sencillos y artesanales» donde se ponga de relieve una estudiada y cuidadosa dramaturgia.

Pese a que en los últimos años la programación de teatro infantil prolifera en las salas «porque los padres muchas veces sacrifican el asistir a una obra de adultos para llevar a sus hijos al teatro», Vergne asegura que «no es fácil vivir de esta profesión». Él dice que poco a poco va ganando batallas «fundamentalmente porque me he hecho un nombre en la profesión, pero lamentablemente los jóvenes que empiezan ahora en esto no lo están pasando nada bien».

También reconoce que las campañas escolares están siendo un gran aliado de las compañías como la suya. «Los profesores y los padres casada vez son más conscientes de la importancia del teatro para los niños.

¿Y cómo es posible que las princesas Disney y sus clásicos valores tengan tanto éxito entre las niñas y al mismo tiempo disfruten tanto con una Blancanieves decidida e independiente como la de este autor? «Porque es un personaje divertido y mucho más cercano a ellas que las otras princesas».