Alfonso Cortés-Cavanillas | Director

«Hay temas de los que es necesario hablar para hacernos mejores»

-Otro proyecto en Cantabria. Está cerca de empadronarse.

-Debería estar empadronado, sí, porque es que me encanta. Siempre lo tengo en la cabeza y me gustaría hacer muchas más. Esta es la tercera película que rueda allí, más el videoclip, un cortometraje con Ruth Díaz, un teaser de 'Sordo'... Y además irme de vacaciones con mi familia.

-¿Por qué rodar aquí?

-El valle de Campoo, toda la zona, es una gran desconocida con localizaciones increíbles. Básicamente eso. Con 'Sordo' quise hacer un western post guerra civil y en cuanto vi la zona me enamoré. Después casi fuimos adaptando las historias al lugar, porque nos apetecía rodar allí. En el caso del Molino, era perfecta.

-De acuerdo al argumento, ¿cómo se resuelve un problema de comunicación en un pueblo de 12 habitantes?

-Lo que me interesaba era la mezcla entre la gran ingeniera, (Ayala), la que se fue, solo piensa en arreglar el mundo, con el ganadero (Etxeandía) o la persona de campo que está más cerrada, porque vive en su entorno. A veces no hablamos el mismo idioma aunque sea igual. Esas dos personas opuestas, tienen mucho en común en la incomunicación.

-Un rasgo extensible a buena parte de la sociedad.

-Para mí es clarísimo. El mayor problema. Pero, principalmente, porque nos cuesta empatizar. La incomunicación va hasta en los mensajes de las grandes empresas. Si no escuchas, no hay comunicación.

-'El Molino' refleja el problema de la despoblación, pero también una lectura que iguala la importancia de todas las partes,

-Es que el mundo está lleno de micromundos. Conseguir cambiar el mundo para que nos guste a todos es complicado. Pero hay que intentar saber qué es lo importante en cada momento. El micromundo de esos doce habitantes tiene muchas cosas que ella no es capaz de ver hasta que no le abren los ojos.

-Coincide con una de las líneas de trabajo de su productora, La Caña Brothers: hay temas que hay que tratar y hacerlos llegar a todos los públicos.

-Eso es así. Es lo que intentamos, pero no siempre se puede. Hay ciertos temas que no apetece tratarlos. Menos cuando hacemos algo y el algoritmo dice «¡Vamos a ser felices!».Cuando hicimos 'Tabú. La muerte', el tema del suicidio dejaba muchas familias estigmatizadas. Mientras la segunda causa de muerte no natural, por encima de otras, se siga manteniendo en el ostracismo, va a ser muy difícil. Hay muchos temas de los que es necesario hablar para hacernos mejores.

-¿Se ha encontrado muchos temas así, de los que querría hablar, pero cuesta?

-En general, cuesta sacar esos temas adelante. Tienes que encontrar en las plataformas esos perfiles que quieren intentar abrir ventanas. Dentro de todas estructura empresarial puede haber un 90% de diversión, pero el otro 10% tendría que ayudar a la gente a ver las cosas diferentes. Y me incluyo en esa gente. La información es buena. Solo hay que intentar, como en 'Ego', en 'Lobo', o 'Luna', la próxima, hablar de cosas haciéndolo un poco entretenido.

-'Lobo', 'Ego', 'Sordo', 'Luna'... ¿Le gustan los títulos de una palabra?

-(Ríe) Sí, los prefiero. Salvo la primera, 'Los días no vividos', que se llamaba así por una canción de Love of Lesbian. Es más directo. Las cosas cuanto más se puedan resumir, mejor.

-Isaki Lacuesta, que también ha pasado por el festival, dice que quiere aprender cosas distintas, no aburrirse. ¿La curiosidad también es clave en su trabajo?

-Absolutamente. Esto es divertidísimo. Para mí rodar son mis vacaciones. Y viendo la filmografía de Isaki Lacuesta, sin que él me lo diga, tengo clarísimo que es así. Es muy fácil acomodarte.Se trata de buscar siempre nuevos retos.

-Hablando de retos. ¿Recuperar a Pilar López de Ayala fue uno?

-Sí era un reto, pero parecía muy sencillo, porque es una actriz como la copa de un pino. Es verdad que cuando hablamos, la primera vez, me generaba cierta impresión, pero ha sido un regalo. Más fácil imposible. Lo digo para todo el que la quiera contratar (ríe). Es súper fácil trabajar con Pilar. Una gozada. Repetiremos seguro.

-¿Qué es la Comunidad Imagine?

-Una serie de tarados que nos juntamos para intentar empujar proyectos. No solo propios, sino de otras personas. Hay gente a la Nuestra capacidad de producción, se pone al servicio de otra gente, dándoles libertad para hacerlo. Cuanto más crezca la comunidad, más podremos empujar.

-Desde 'Los días no vividos' hasta la actualidad, ¿los suyos están bien exprimidos?

-Sí (ríe) la verdad es que lo he disfrutado mucho. No sé lo que pasará a partir de ahora, que estoy en un cambio vital que tiene mucho que ver con estás últimas películas, pero ha sido un sueño que no me quita nadie.