De la soberanía tecnológica a los límites éticos: la IA toma La Magdalena
La inteligencia artificial vuelve a ser uno de los temas estrella de los Cursos de Verano, atravesando la programación. ¿Qué posibilidades y amenazas implica? El debate sigue servido en Santander
Quizá uno de los comentarios más recurrentes para hablar (nivel usuario) de la inteligencia artificial (IA)es ese que dice que «por el momento, solo vemos la punta del iceberg». Asomando en la superficie del agua están los chats inteligentes, los asistentes virtuales, los vehículos autónomos, las herramientas de reconocimiento facial..., mientras que en las profundidades aguardan desarrollos, aplicaciones y debates que ni siquiera imaginamos todavía. ¿Hasta dónde podemos llegar, hasta dónde podemos otear? Para abrir un poco más las miras y el debate, la UIMP vuelve a presentar este verano un abanico de cursos, encuentros y seminarios donde la IA aparece en primer o segundo plano como objeto de análisis, y donde las voces que desbrozan este asunto son tecnólogos pero no solo: también son pacientes oncológicos, son politólogos, filósofos, políticos, emprendedores, médicos, astrobiólogos, diplomáticos... Todos haciéndose preguntas sobre las oportunidades y amenazas que plantea esta tecnología tan disruptiva; todos poniendo sobre la mesa algunas respuestas y aproximaciones.
La IA empapa la programación de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo desde hace varios veranos. Las perspectivas son múltiple. Por poner un ejemplo: en 2022, la Real Academia Española (RAE) organizó unas jornadas sobre el español y la IA en las que lanzó una batería de preguntas tan interesantes como estas: ¿cómo puede ayudar la lengua al desarrollo digital?, ¿cuál es el papel de los lingüistas en la era de los metadatos? Este verano no iba a ser menos. La IA ha dado pie a ponencias dentro del curso sobre 'La autonomía estratégica abierta: el reto de la UE'. También ha sido objeto central de análisis compartido en la 'III Eunice Summer School' celebrada en junio, que partía de la máxima de que la IA «existe desde hace 70 años y no se limita a la IA generativa», sino que comprende técnicas de búsqueda como los algoritmos evolutivos, que «inspirados en la evolución natural, permiten el desarrollo de soluciones innovadoras en vida artificial y análisis de datos»; o técnicas de identificación de patrones como el análisis predictivo, que resulta igualmente atractivo para la industria, ya que permite «resolver problemas complejos, optimizar procesos y tomar decisiones informadas».
El curso 'El despliegue de la IAen España' despejó dudas sobre el posicionamiento como país
El debate no obvia avisos y amenazas en términos de ciberseguridad o los cambios del «nuevo orden digital»
El XIV Encuentro 'Cáncer de Mama: decisiones compartidas, innovación e IA en oncología' también ha colocado en el centro esta tecnología, cuyos usos y aplicaciones ligados a la salud están en pleno despegue. «La inteligencia artificial es una herramienta que nos puede ayudar, pero nos preocupa que pueda acceder a los datos», expuso en este contexto María Antonia Gimón, presidenta de la Federación Española de Cáncer de Mama. De hecho, otro encuentro sobre 'Innovación y privacidad en inteligencia artificial y espacios de datos' ya abordó a principios de mes la posibilidad de construir un modelo tecnológico compatible con los derechos de las personas y, sobre todo, respetuoso con sus datos. En un momento de transformación tan fuerte, con avances extraordinarios, pero con retos de privacidad de primer orden, la Agencia Española de Protección de Datos propuso un análisis de los «desafíos regulatorios y las oportunidades» que trae consigo la IAen el tratamiento de datos personales. El nuevo reglamento de inteligencia artificial, el tratamiento de neurodatos o la toma de decisiones automatizadas fueron algunos de los asuntos que se pusieron sobre la mesa. ¿Objetivo? Un modelo «seguro y respetuoso con la privacidad».
El capítulo de los avisos y las advertencias en torno a esta tecnología es una de las patas del debate. Estamos ante «un nuevo orden digital con nuevos jugadores, nuevas normas, nuevas agendas», según explicó uno de los grandes ponentes de la semana en la UIMP, el catedrático de Estudios Internacionales Juan Luis Manfredi, que participó en el encuentro 'Tecnologías digitales y democracia: respuestas euro-latinoamericanas'. Van a cambiar muchas cosas: de la cadena de suministros, a la protección de la propiedad intelectual pasando por el comercio global, la energía, los impulsos, los proveedores, las relocalizaciones, la ciberseguridad.
El efecto será «totalmente disruptivo» en los costes fijos y variables, recordó Manfredi, que esboza con una potente imagen lo que se ve ya en el horizonte: «Un mundo completamente nuevo donde no sabemos muy bien qué significa ejercer el poder, qué significa tener poder o qué significa tener control».
España y la IA
La IA también se ha tratado a nivel de país. Ocasión para ello ha sido el encuentro 'El despliegue de la inteligencia artificial en España: posicionamiento estratégico y aplicación práctica en empresas y Administración Pública', organizado por la UIMP en alianza con el Ministerio de Asuntos Económicos y Transición Digital. Durante tres jornadas, pasaron por la sala de billar del Palacio catedráticos, cargos de empresas tecnológicas o responsables de la Administración, todos con ideas o lemas que aportar en torno a la competitividad, la gobernanza algorítmica o las inversiones estratégicas. El monográfico, de hecho, se articuló en torno a tres ejes: la importancia de la soberanía tecnológica, la implantación de la IA en el tejido productivo –está implantada en un 75%, según recoge el barómetro elaborado por Siemens– y el abordaje «ético y humanista» de todo este desarrollo tecnológico.
Entre el público había alumnos expertos en la materia y otros que se iniciaban en la misma. «Desconocía el posicionamiento de España en cuanto a la inteligencia artificial. Me está interesando mucho saber cómo enfocamos las inversiones. También me interesa profundizar en cómo se puede fomentar la participación del sector privado», expuso al final de la segunda ponencia Elsa Delgado, alumna de un grado universitarios de Administración y Dirección de Empresas (ADE con mención internacional), y acompañada en La Magdalena por varios compañeros con las mismas inquietudes: descubrir cómo encauza el Gobierno de España su 'estrategia IA', y también cómo encaja esta estrategia con los derechos humanos.
«Europa ya ha decidido que la innovación sin frenos no es lo correcto. La IA tiene que estar al servicio de las personas» y su regulación ha de alinearse con los intereses generales de la población, aclararon en este sentido Alberto Rodríguez y Javier Aday Delgado, ambos miembros de la Dirección General de Inteligencia Artificial y parte del corrillo improvisado, con Elsa Delgado y sus compañeros de curso, en el vestíbulo del Palacio. Educación digital, inversiones, ayudas, pedagogía... Todo suma para comprender la magnitud de la IA, o, al menos, de esa punta del iceberg que ahora vemos. Cursos como este de la UIMP, aseguraron Rodríguez y Aday Delgado, constatan que la Administración mira decidida hacia una «nueva economía digital basada en la IA» y las tecnologías cuánticas.
«España es hoy una referencia en toda Europa para el buen uso de los datos y está posicionada muy positivamente en el ámbito de la inteligencia artificial», defendería poco después ante los medios de comunicación María González Veracruz, secretaria de Estado de Digitalización e IA, y primera ponente del encuentro en el que participaban ambos funcionarios. En Cantabria, su departamento ha invertido 67 millones en ambos ámbitos con idea de «democratizar el acceso a la digitalización y la IA», poniendo el foco en las empresas. ¿Y están las empresas al día con la IA? Según el último informe sobre indicadores de uso en España (2024), hay «un crecimiento significativo en el uso de tecnologías de IA» en este ámbito, con un 11,4% de las empresas con 10 o más personas empleadas, pero el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad asegura que aún hay «mucho margen de crecimiento». España, de hecho, se encuentra en «una posición intermedia» en la adopción empresarial de IA.
La Escuela de Gramática y el curso sobre seguridad y transporte abordan la cuestión esta misma semana
«No se puede pensar en implementar la IA sin buenas políticas de ciberseguridad», defiende María González Veracruz
El informe también concluye que «son mayoría los ciudadanos y las ciudadanas que piensan que la IA tendrá un impacto positivo en ámbitos como el entretenimiento y el arte (44,8%), el transporte (47,9%), educación (53,2%) o las tareas del hogar (54,5%)». Por otro lado, en lo laboral conviven el optimismo y la preocupación:el 56% de la población española –un 62% en Europa– «tiene una opinión positiva sobre la utilización de robots e IA. Sin embargo, unas 7 de cada 10 personas en España «están preocupadas porque estas tecnologías quiten puestos de trabajo y que el balance entre la generación de puestos nuevos y la desaparición de los existentes sea negativo».
Volviendo al encuentro 'El despliegue de la IA en España', en él también se habló de ciberseguridad. Es una de las prioridades del Ministerio para la Transformación Digital, pero no deja de ser un asunto escurridizo. «No se puede pensar en la implementación de la IA sin una buena política de ciberseguridad», aseguró González Veracruz. Por lo pronto, el Gobierno ha anunciado un plan extra dotado con 1.100 millones de euros para combatir los problemas «crecientes» en este sentido.
¿Será suficiente? ¿Qué más hace falta? De hecho, hay nuevas ponencias esta semana que abordarán específicamente esta cuestión, y sin ir más lejos el catedrático Francisco Serradilla hablará sobre la 'IA aplicada a ciberseguridad en transporte'. Sin abandonar la cuestión tecnológica, 'Lenguaje claro e inteligencia artificial: el sistema ArText' es el título de la conferencia que imparte la profesora Iria da Cunha en de la 'XXIV Escuela de Gramática Española Emilio Alarcos', que dirige Salvador Gutiérrez Ordóñez.
Europa y la IA
La soberanía tecnológica es otro de los asuntos que atraviesan el debate en torno a la IA. Y esto lleva a preguntarse ¿quién lidera la carrera de la inteligencia artificial? Todo apunta a que el liderazgo se lo disputan Estados Unidos y China, y, de hecho, la Administración de Donald Trump anunciaba hace unos días una inversión de 92.000 millones de dólares en alianza con grandes empresas del sector. Da vértigo.
Al margen de las inversiones estratosféricas y los anuncios cruzados, ¿es posible mantener esa soberanía? Tal y como sostiene José María Lassalle, quien fuera entre otros cargos secretario de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital entre los años 2016 y 2018, Europa tiene que dar la batalla en este aspecto. Ponente del encuentro 'Tecnologías digitales y democracia: respuestas euro-latinoamericanas', Lassalle subraya en el artículo que sucede a estas páginas que la IA que desarrollen los europeos «ha de parecerse a nosotros e inspirarse en nuestros valores y nuestra manera de concebir el mundo y la relación con las otras regiones del planeta. Y es que el sesgo cultural será cada vez más importante en el entrenamiento de los sistemas de IA que compiten entre sí. Especialmente en los generativos y en la computación cuántica que se insinúa como cada vez más cercana», escribe Lassalle, consultor y profesor de la Universidad Pontificia de Comillas, que en la UIMP planteó la pregunta 'El humanismo tecnológico ¿una alternativa viable?'.
