La Vidriera expone cinco años de arte de su colección «heterogénea y plural»
El Centro Cultural de Camargo, que conmemora el trigésimo aniversario de su puesta en marcha, inaugura mañana una muestra que recoge las obras que ha incorporado desde 2014
La voluntad de «crear un patrimonio multidisciplinar y paritario que aglutine distintos posicionamientos estéticos y conceptuales» está en la esencia y fundamento de una Colección ... de arte cercana. Sus fondos son reflejo de una actuación que ha crecido durante años y que es seña de identidad de un centro y espacio que es exponente de la descentralización cultural. La Vidriera expone ahora una selección representativa de sus fondos artísticos, a partir de mañana jueves, que corresponden a los cinco últimos años de programación y convocatorias dedicadas a las artes.
La sede de Camargo, desde las 20.00 horas, acogerá así esta exposición que recoge las obras que se han incorporado a sus fondos artísticos entre 2014 y 2019. Una muestra que además viene enmarcada de manera coincidente con la conmemoración del trigésimo aniversario de la puesta en marcha del Centro Cultural sito en Maliaño, «y para ello se da el protagonismo a piezas artísticas que este departamento municipal conserva en sus archivos».
LA MUESTRA
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En datos El Centro Cultural La Vidriera inaugurará mañana, a las 20.00 horas, una exposición que recoge las obras que se han incorporado a sus fondos artísticos entre 2014 y 2019. La exposición se podrá visitar hasta el 6 de febrero, de lunes a viernes -salvo festivos- en horario de 17.00 a 21.00 horas.
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Contenido Obras de una treintena de artistas con predominio de lo figurativo, fundamentalmente a través de la pintura y la fotografía. No obstante, también se incluyen collages, grabados y otros procedimientos gráficos, así como técnicas mixtas. Una mirada diversa de la creación actual.
Este fondo está configurado por las obras realizadas por muchos de los artistas que a lo largo de los años han protagonizado exposiciones en La Vidriera, bien sea de manera individual o colectiva. En su momento, esos artistas tuvieron la deferencia de donar alguna de sus obras al municipio coincidiendo con la celebración de dichas exposiciones, «y ahora en respuesta a la generosidad de esos autores y con el fin de poner en valor los fondos se da visibilidad a esas obras».
En concreto, la muestra reúne una treintena de piezas de otros tantos artistas, que para realizar sus creaciones abordaron y se decantaron por distintas técnicas como la pintura, la fotografía, el grabado, el collage, las aplicaciones sobre tela, entre otras.
En el catálogo de la exposición, la historiadora del arte Marta Mantecón señala que «el hilo conductor de los fondos que vertebran este proyecto testimonia el itinerario realizado por el Centro Cultural La Vidriera durante los últimos años de su ya extensa andadura, materializado en una colección de vocación pública, heterogénea y plural, que permanece en activo y, como tal, precisa ser difundida, compartida y puesta en diálogo con los demás».
La muestra recoge obras de una nómina de artistas integrada por Aída Ricciardiello, Amaia García, Araceli Gedack, Carmen Andrés, Carol Solar, Concha Gay, Francisco Díaz, Joaquín Gómez Sastre, José Antonio Quintana, José Ignacio Amelivia, José Manuel Feito, Juan Ignacio Goitia, o Juanjo Viota.
Igualmente, se muestran también obras de Juan Ramón Calleja, Leticia Gaspar, María Bueno, María De Las Casas, Mayra Alpízar, Mercedes Vecino, Mingo Venero, Mónica Aguado, Paula Vallar, Rafael Pablos, Roberto Anguita, Samuel Armas, Sandra Suárez, Tony Limeres, Yael Portabales y Yolanda Novoa.
Marta Mantecón asegura que la colección «dibuja un paisaje que yuxtapone todas estas perspectivas y, con cada una de ellas, la apertura a tantas formas de entender el mundo y la práctica artística como nombres reúne la colección».
El interés radica, se subraya desde este pensamiento de fondo, «en construir una historia colectiva en la que tengan cabida diferentes timbres, armonías y ritmos que, coexistiendo entre sí, puedan generar diálogos, enfrentamientos y, en definitiva, buscar esa tensión dialéctica que debe presidir todo proyecto cultural que aspire a pensarnos».
El hilo conductor de los fondos que vertebran este proyecto testimonia el itinerario realizado por el Centro Cultural La Vidriera durante los últimos años de su ya extensa andadura, destaca Mantecón.
A través de ella se puede rastrear su memoria, «pues compila el trabajo de los artistas que han pasado por allí, han sido distinguidos con algún reconocimiento, a fin de cuentas, han sido una parte significativa de su programa cultural».
Pese a su naturaleza híbrida, señala en su reflexión la actual directora de la sala Robayera de Miengo, «las colecciones definen ante todo a quienes las han creado».
En este caso un trayecto jalonado de caminos cruzados, elaborado a fuego lento, que «conforma una miscelánea de poéticas, afinidades y contrastes que, sobre todo, ponen de manifiesto el interés de La Vidriera por la difusión de la cultura y por abarcar manifestaciones artísticas de muy diversa procedencia».
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