Athenea del Castillo, directa hacia el olimpo

Y eso que, en un principio, ni siquiera había sido convocada por el seleccionador, Jorge Vilda, para el torneo celebrado en Inglaterra. La lesión de Mariona Caldentey le dejó entreabierta la puerta y ella, directamente, la derribó. Estaba concentrada con el equipo sub 23. «Me pilló un poco desconcertada. Me dijeron 'te vas a ir con las mayores'. Fue una alegría inmensa que Jorge me diese la oportunidad de volver a estar aquí», reconoció tras la inesperada citación.

En el primer partido de la competición, ante las anfitrionas, a la extremo del Real Madrid le tocó ver la primera parte desde el banquillo. No importó. 45 minutos tras el descanso fueron suficientes para hacerse acreedora de la mención como mejor jugadora del encuentro. Su marcadora en el combinado británico, Lucy Bronze, tiene pesadillas desde entonces con la cántabra. Tan pronto la veía de frente, encarando, como, después de un par de pestañeos, ya sólo tenía a la vista el dorsal número 8 de Athenea. La diosa griega de la que tomó su nombre es, entre otras cosas, la de la habilidad. Y ésta le sobra a la talentosa futbolista.

«Tuve muy buenas sensaciones. Fue una lástima que no nos pudiésemos llevar la victoria en ese primer partido», afirmó la atacante. A sus peligrosas acciones ofensivas sólo les faltó el gol. Empate a cero frente a Inglaterra.

Para el siguiente y decisivo partido frente a la vigente campeona olímpica, Canadá, Vilda aprendió la lección. Athenea del Castillo fue titular. Y España se llevó el triunfo gracias a un tanto de Alexia Putellas. La cántabra intervino para llevar la jugada al fondo de las mallas. 21 minutos. Robo de Patri Guijarro, combinación entre Athenea y Leila Ouahabi; el centro lo deja pasar Jenni Hermoso y Putellas marca el tanto, a la postre, del triunfo.

El triunfo español no fue suficiente, ya que Inglaterra no falló y se adjudicó el torneo. Pero nadie pudo hacer sombra a la cántabra. Ni siquiera la goleadora española, mejor jugadora del planeta después de recibir recientemente el balón de oro. La más destacada de la competición fue con la que nadie contaba.

Athenea del Castillo ya ha llegado más alto que cualquier futbolista cántabra en la historia. El balompié femenino, por aquí, aún anda dando sus primeros pasos, pero ella está abriendo el camino y dejándolo expedito para las que vengan detrás. Aún le queda por crecer, lo sabe y mantiene los tacos clavados en la hierba: «Poder estar aquí y aprender de ellas es todo un privilegio. Poder demostrar lo que sé hacer y aprender cada día un poquito más».

El de tierras inglesas es un logro más en una temporada que ya de por sí está resultando inolvidable para ella. Tras abandonar Santander, camino del Deportivo de La Coruña, en el Real Madrid tuvieron buen ojo. Y en el club blanco, donde se ha convertido en una de las futbolistas más destacadas, ya ha hecho sus diabluras por las bandas izquierdas de Europa en la Liga de Campeones. Después de maravillar en la Arnold Clark Cup, ya hay quien pide un Balón de Oro para ella. Quizá sea precipitado, pero seguro que a Jorge Vilda no se le vuelve a olvidar pegarle un toque para la próxima cita.