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Casemiro evita otro ridículo madridista
jornada 29

Casemiro evita otro ridículo madridista

Las Palmas supera al equipo merengue en juego y actitud pero se muestra endeble en las áreas y a balón parado

Ignacio Tylko

Domingo, 13 de marzo 2016, 02:08

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Con la Liga perdida, una larga travesía aún por delante en el torneo de la regularidad y todas las ilusiones puestas en la undécima, no resulta cómodo para el Real Madrid afrontar este tipo de partidos. Quizá la tendencia lógica sea la de dejarse llevar, pero la historia, el escudo, la afición y la crítica no consienten la relajación merengue. Sí se acepta que Zidane rote, deje sin convocar a Kroos, James y Danilo, prescinda de Marcelo y hasta apueste por vez primera por el veterano y desacertado Arbeloa, pero no que sus jugadores actúen a un ritmo cansino y poco profesional.

Vencieron los blancos por dos graves distracciones defensivas de los grancanarios en sendos saques de esquina y porque Keylor Navas volvió a ser el mejor de su equipo, pero la imagen grupal lejos de casa fue calamitosa. Sin juego, sin organización, sin respuestas desde el banquillo y con una actitud reprochable. El postrero cabezazo de Casemiro, incomprensiblemente libre de marca cuando los grancanarios ya acariciaban un punto, no puede esconder una realidad preocupante. El gol Willian José, ejemplifica la indolencia de este Real Madrid. Kovacic disfrutaba de una falta a favor a cuatro minutos del final, pero se la regaló a un adversario y preludió el gol absurdo.

Salieron los merengues aplatanados en Gran Canaria, como si el clima de las Islas Afortunadas les bajase la tensión a los jugadores. Y ello les provocó un buen susto nada más empezar. Luka Modric se durmió, perdió un balón injustificable y Willian José se plantó mano a mano ante Keylor Navas, de nuevo rapidísimo para tapar huecos y nublar la mente de los delanteros. Ya en los primeros compases el equipo de Quique Setién manejó la situación con solvencia, buen orden, notable técnica, Nili y Momo muy abiertos y excelente predisposición. Actuaban los amarillos con elegancia, como si el 'flaco' Valerón, homenajeado en los prolegómenos por sus 400 partidos en la élite, les hubiera impartido una lección magistral.

Con Casemiro, tan abnegado como limitado técnicamente, en el eje del centro del campo, al Madrid le costaba gobernar el choque. Isco sigue en un bache y el croata tardó en centrarse. Arriba, Lucas Vázquez fue el más incisivo, rápido y profundo, siempre partiendo desde la derecha, mientras que Cristiano, que comenzó de '9', y Gareth Bale, alternaban su posición para distraer a sus defensores. El galés completó un partido más que aceptable, sobre todo si se tiene en cuenta su reciente inactividad, pero al portugués apenas se le vio.

El choque se desequilibró por primera vez a balón parado. Isco la puso tensa y bien dirigida y Sergio Ramos se anticipó en un gran cabezazo. El córner llegó en la primera ocasión del Real Madrid, tras una contra en la que Modric le ofreció un gran pase a Cristiano y el disparo de éste lo desvió Javi Varas. El choque prosiguió bastante igualado hasta el descanso. Sólo cuando Lucas Vázquez encaraba, daba la sensación de peligro. Los locales pudieron pagar a los madrileños con la misma moneda en una estrategia, pero Bigas dejó claro por qué es central y no delantero. Estaba solo pero no supo perfilarse y remató con el muslo, muy desviado.

La osadía y buen juego de los grancanarios, unidos al triste deambular de los madrileños, debieron cambiar el signo del resultado tras el descanso. Pero no sabían definir los de Quique Setién, se entretenían en exceso, y siempre emergía la figura de Keylor Navas. Zidane buscó más intensidad y retiró a Isco a falta de media hora. El malagueño, que antes le había soltado un manotazo a Bigas, le tendió la mano a Zidane, pero luego mostró signos de evidente enfado en el banquillo. Pepe se complicaba en la salida, Arbeloa remataba sobre su propia portería y Las Palmas rondaba el empate. Erró el árbitro al considerar cesión de Arbeloa a Keylor. Tras el lanzamiento indirecto, Casemiro salvó el gol. El gol de Willian José hacía justicia pero Casemiro castigó la poca contundencia de los canariones en las áreas. Setién acabó molesto y Zidane tiene motivos para reflexionar.

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