González y Velarde se estrenan en el Botín

En la sesión matinal fue el turno de la categoría femenina, que se estrenaba en el torneo. Ya en el primer concurso del día Andrea Gómez puso el listón alto, muy alto. Un total de 152 palos para la campeona de España, que siempre aparece en los momentos importantes.

Para conocer su compañera en la final hubo que esperar hasta el mediodía, a la última tirada de cuartos. Ahí emergió la figura de Míriam Velarde, que ratificó que está haciendo una de las mejores temporadas de su carrera al derribar 143 palos y citarse con la de Casar en la final. Por el camino se quedaron Marta Castillo, tercera con 137; Laura Saiz, otra de las destacadas del curso, que se fue hasta los 133; o Iris Cagigas, que 24 horas antes había triunfado en el Torneo de Apebol en Torrelavega.

Tras un pequeño descanso para reponer fuerzas llegó el turno de la categoría masculina. Aquí no había sorpresa, todos conocían el concurso, la bolera y lo que había en juego: uno de los torneos más prestigiosos de la temporada.

Como ocurriera en la categoría femenina, desde las primeras bolas la final se puso cara, muy cara. Víctor González tenía una cuenta pendiente con un torneo que nunca ha podido ganar y después de mostrarse el mejor bolista de la primera parte del curso puso pie y medio en la final con 159 palos. Pese a que no se arrastraban los bolos, el de Peñacastillo enviaba un mensaje: se había hecho a La Robleda.

El avance de la tarde definió que los casi 160 palos de Víctor le convertían en favorito y, además, que la otra plaza de finalistas estaba por detrás, entre los 'mortales'. El mejor fue Jesús Salmón, ocho veces ganador del torneo, que con 137 palos demostró que, en el momento de la verdad, siempre responde. Por el camino tropezó Óscar, que se quedó en 124, los mismos que Lavid y uno más que Carlos García. El título se iba a definir entre compañeros de peña.

La traca final arrancó con la final femenina. El duelo se mantuvo igualado hasta las últimas bolas, cuando Míriam Velarde completó unas últimas manos más precisas que no sólo le catapultaban como una de las ganadoras del año, sino que le servían para inscribir su nombre en la primera edición del Botín femenino.

Si la final de féminas se mantuvo igualada hasta el final, la masculina tuvo poca historia. Víctor tenía la espina del torneo clavada en el palmarés y desde las primeras bolas dejó claro que quería llevarse su quinto torneo del curso. Al final, 142 del de Astillero por 115 del camargués, lo que sirvió para inscribir un nuevo protagonista en el palmarés de un torneo que ayer vivió una de sus jornadas más intensas.