Boxeo
El 'Killer' suma y siguePromesa ·
Eduard Inout continúa con su precoz progresión con otro KO que le coloca comola referencia del boxeo cántabroToc, toc'. Ha pasado una década desde que un día gris Eduard Curmei Ionut (Piatra Neamt, 2005) y su madre picaron a la puerta del ... Gimnasio Daniel Rasilla.La puerta estaba cerrada, pero el destino quiso que Dani estuviera duchándose. Abrió y... Por la tarde sonó la campana. Eduard tenía nueve años y era portero de fútbol, pero quería cambiar de guantes. Por la tarde se subió por primera vez a un ring. «Él lo tenía muy claro.Quería siempre entrenar con los mayores, hacer trabajo de sparring, golpear...», recuerda su entrenador, manager, promotor y amigo. El que le abrió aquella puerta y siguen abriendo otras.
Inout venció el sábado en Revilla de Camargo al argentino Abel Nicolás 'El Ruso' Adriel, un púgil curtido con 49 peleas profesionales (27-29-3) y 35 años. Con mucha más lona que el chaval de Rasilla, pero que solo pudo aguantarlo cuatro asaltos. Un crochet a la sien hizo tambalearse al bonaerense. La velada honró la memoria de Daniel Rasilla (padre), promotor de este deporte durante años y que desde su ausencia es su hijo y su familia quien defiende su legado. De nuevo la potencia de los puños de Eduard quedó patente. El récord de este rumano, empadronado en El Astillero cuando aún no le habían salido los dientes lo dice todo: siete victorias, cinco antes del límite.
Las virtudes de este aprendiz precoz del noble arte empiezan a dejarse ver a nivel nacional. Los expertos le sitúan en el selecto grupo de los prospectos con mucho camino por recorrer. «Apenas tiene 20 años; con esta progresión puede colocarse con 24 y con más de 30 peleas.Hay que ir poco a poco», defiende su ángel en el rincón. Un estilo agresivo, al frente y con muchísima pegada caracteriza a este púgil que se quedará en el peso semipesado, cuyo límite está en los 79,6 kilos. Pese a su corta edad, lleva camino andado. A los nueve años le apasionaba el kicboxing y con las manoplas propias de esta disciplina fue con las que por primera vez se cubrió las manos.Con doce, Rasilla le derivó al boxeo. Aquel chico pegaba muy fuerte y le sobraban las piernas. Con quince y 52 kilos se subió a un ring en la categoría júnior. 30 combates después, con 27 victorias, 21 por KO, y tres derrotas, di el salto al profesionalismo.
Obsesionado por el físico y con la disciplina de la antigua Europa del este, Inout ha ido forjando un estilo muy difícil de batir: ambidiestro, maneja ambas guardias y muy ofensivo, tanto que el trabajo de Rasilla últimamente ha sido, precisamente, adaptarle a los tiempos del boxeo profesional. Su única derrota, ante Iván Matute, en Ajo, fue la mejor lección. «Es u punto de inflexión. Un despiste.Se dio cuenta de que en esta categoría cualquier golpe acaba contigo», señala Rasilla. Meses más tarde, en El Astillero, llegó la revancha y Eduard venció a los puntos. Ahora, más curtido y más hecho, el púgil continúa su progresión. Más combates, un título nacional y «lo que venga. No hay prisa». De momento, su octava pelea reunió a cerca de mil personas alrededor del ring. Su boxeo atrae y Cantabria tiene una nueva referencia que inspira. Antes de su crochet siete jóvenes con quienes comparte taquilla en el gimnasio amenizaron la velada en un duelo con boxeadores vascos y navarros en fase de formación. Segundos fuera.
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