Víctor González rompe el promedio de bolos en el Circuito
Con 144 palos, el de Peñacastillo mejora los registros de los últimos cursos gracias a un gran tramo final de temporada
En la mejor temporada de su carrera, Víctor no podía perdonar tampoco en el Circuito. El de Peñacastillo no solo ha dominado la media ... de bolos del curso por tercera vez en su carrera, sino que ha logrado finalizar con la mejor marca de la historia. Un promedio de 144 palos, casi dos más que los derribados él mismo en 2018 y casi tres más que los de Óscar hace dos años en una campaña en la que el decimosexto clasificado de la tabla, Miguel Hernando, ha logrado llegar hasta los 127,09 palos.
La marca del bolista de Riotuerto no es baladí. Y es que su puesto en el circuito marcaría, hasta el año pasado, la frontera entre los clasificados para el Regional del año que viene y los que se quedan fuera. Al cambiar el sistema de entrada al torneo, su lugar sirve para medir la cantidad de palos necesarios para colarse entre los mejores. Y esa cantidad es muy alta. Solo Iván Gómez en 2015 finalizó en esa decimosexta plaza derribando más bolos, en concreto 127,09. A efectos prácticos, empate técnico. Claro que, ese año, entre el tercero en la lista, Óscar González, y el de Zurita solo hubo cuatro bolos de diferencia. En década pasada, el mejor decimosexto fue Chin Velasco con 124,69.
Óscar y Víctor se han repartido el CIRE en las cinco ocasiones en que se ha jugado desde 2015
Que por la zona media-alta los jugadores hayan tenido que derribar más bolos denota que los registros crecen, la obligación aumenta y que los favoritos no pueden fallar para ganar el circuito. Con sus 140,18 El Junco se hubiera llevado el honor en cinco de los últimos diez cursos, pero esta vez se ha quedado lejos de la estratosférica marca de Víctor. Un récord cimentando en el tramo final del año, en el que no ha bajado de los 139 bolos logrados en Pesquera y Cosío, donde perdió dos bolas en la cuarta mano. Del resto de torneos destacan los 153 de Quijano, 152 de Laredo o 148 del San Antonio en Renedo. Por el contrario, el de Guarnizo en Los Corrales, El Mozuco o Colindres, donde se quedó en 104, tres concursos que, al ser los peores, no computan para el promedio de torneos.
Relevo generacional
Es la tercera vez que Víctor gana el CIRE de Primera. Desde su irrupción en la élite en 2017, aunque ya jugaba en primera antes, se ha repartido con Óscar todos los circuitos, con Salmón como tercer espada. El camargués acumula quince triunfos, El Junco ocho y entre los tres han ganado todos los disputados desde que Rubén Haya se colara en la ecuación en 2007. Además de demostrar que los viejos rockeros nunca mueren, el dato pone de manifiesto que en los bolos, de momento, no hay relevo. Y es que Miguel Hernando aparece de nuevo al ser primer clasificado de la generación Z, es decir, de mediados de los 90 en adelante. Por detrás suyo aparecen Jairo Arozamena, Adrián Díaz o Mario Pellón, pero todavía están lejos de la regularidad de los clásicos.
Si la media de edad de los ocho clasificados en la fase final del Campeonato de España era superior a los 40 años, la de los mejores del circuito no desmerece. Cercanos a Víctor, que tiene 27 años, solo Pablo Lavín, con 31, y Manuel Domínguez, con 33. El resto, por encima de los 40 salvo Carlos Gandarillas, Alberto Díaz y Fran Rucandio. Ninguno de ellos cerca de la cabeza.
Uno de esos veteranos ilustres es Pedro Gutiérrez, que además de subir al podio en el Nacional, ser quinto en el Regional y subcampeón de Cantabria de parejas junto a Carlos, tiene el honor de haber realizada la tirada clasificatoria más alta del curso. Fue en el primer torneo, el San Antonio, y en la bolera de Renedo. En total, 155 palos. Ocho tiradas casi perfectas.
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