La obra de las gradas de La Albericia arranca 32 meses después de su presentación

En principio, se espera que las obras afecten lo menos posible al trabajo de los equipos de cantera en los próximos meses. Todo para instalar unas gradas para los campos 3 y 4 que permitan una mayor comodidad a los asistentes, que hasta ahora no cuentan con ningún lugar donde sentarse o resguardarse del frío, el viento o la lluvia. Tampoco existen almacenes de material, otro de los déficits que deben solventar estas dos estructuras, que se erigirán en los corredores disponibles entre el campo 2 (de césped natural) y el 3 y entre los números tres y cuatro. Es decir: los dos terrenos de juego de hierba sintética que utilizan las categorías inferiores del club.

Se trata de dos graderíos cubiertos, cada uno de ellos con capacidad para 152 personas sentadas, construidos en altura, de modo que se permita el paso por los corredores, se puedan instalar las casetas de almacenamiento. Además, se generará así un espacio para que las personas con movilidad reducida puedan seguir, asimismo, los partidos y entrenamientos a cubierto y al mismo nivel del terreno de juego, sin necesidad de ascender escaleras o rampas.

El proyecto que ha sufrido diferentes dilaciones después de que llegara incluso a declararse un concurso desierto y financiado por elGobierno de Cantabria, aunque con la necesaria licencia del Ayuntamiento de Santander, propietario de los terrenos. De hecho, la reforma de las actuales instalaciones, por la que en 2011 se sustituyó el antiguo edificio de La Albericia por el actual, la sufragaron a partes iguales Casona, club y Ejecutivo autonómico.

Sin embargo, ya en aquel momento se quedaron cortas y escasas, y se limitaron al bautizado como Edificio Multifunción, sin que se actuara integralmente en todas las instalaciones ni se estudiara su ampliación. Más allá de la nueva grada del Campo 1, que sustituyó a la antigua, ya entonces en desuso por sus deficiencias estructurales, anexa a la Comisaría delCNP, los otros tres terrenos de juego quedaron como anteriormente: sin gradas ni equipaciones auxiliares más allá de sus pequeños banquillos y las vallas que separan el césped de los corredores. Esta es precisamente la carencia que se quiere solventar ahora, si bien el campo 2, uno de los que emplea el primer equipo –y también las categorías inferiores– para sus entrenamientos pero que no acoge competición oficial, seguirá sin grada.

El proyecto se anunció en marzo de 2023, cuando en plena precampaña electoral el entonces vicepresidente de Cantabria, Pablo Zuloaga, lo presentó, con presupuesto aprobado en la propia Albericia junto a representantes del club. Era la época. Casi al mismo tiempo, el entonces aún presidente del Racing,Alfredo Pérez, anunció junto a la alcaldesa de Santander, Gema Igual, la remodelación completa del estadio, que debía estar finalizada para 2026.

Tras el relevo en el Gobierno, el nuevo gabinete de María José Saenz de Buruaga heredó un proyecto finalmente adjudicado a Vías y Construcciones del Norte con un precio de 542.193,20 euros y con un plazo de ejecución de cuatro meses «contados a partir del día siguiente al de la firma del acta de comprobación de replanteo con resultado viable». Es decir, que en 2026 la nueva infraestructura debe ser una realidad. Habrán pasado tres años desde que se anunció su construcción ya con el presupuesto aprobado.

Ya el pasado mes de octubre se anunció la consesión de la obra y su inminente puesta en marcha, que se ha hecho realidad este seman. Hoy se acercaron a comprobar los primeros trabajos, todavía en una parcela anexa a las instalacions verdiblancas, el presidente racinguista, Manolo Higuera; el consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Luis Martínez Abad; la directora general de Deportes,Susana Ruiz, y la concejal del área del Ayuntamiento de Santander, Beatriz Pellón. Fue desde un punto de vista simbólico el momento de inicio de una obra que se ha hecho esperar mucho. No ya desde que se presentó, sino durante décadas en el recinto de entrenamiento verdiblanco.

La actuación llega en un momento en que las Instalaciones Nando Yosu, que cuentan con dos campos de césped natural y otros tantos sintéticos, están al límite de su capacidad. Las gradas, financiadas por el Gobierno autonómico, deben solucionar una carencia histórica. Solo el campo Santi Gutiérrez Calle, reservado al primer equipo y, hasta 2024, feudo del Rayo Cantabria, cuenta con graderío –y uno solo–, mientras que el número dos y los dos de hierba artificial, los que se emplean para el fútbol educativo y diversas categorías inferiores, no tienen ningún tipo de tribuna y localidad, como tampoco almacén de equipamiento. Algo que quedará pronto solucionado... A la espera de las necesarias intervenciones mayores en toda la ciudad deportiva.