La paparda contra otro Eibar
MI SAQUE DE ESQUINA ·
Mal asunto enfrentarse con eibarreses en un campo de fútbol si tenemos que recordar aquel partido de 1917 contra un equipo de esta localidad, el ... Izarra F. C., que supuso acuñar la expresión despectiva de «hacer la paparda» que se ha quedado marcada como referencia del desahogo irónico y burlesco de la afición hacia su propio equipo cuando, creyendo tener en las manos el triunfo, se escurre como el agua entre los dedos.
Después de derrotar al Deportivo Cantabria (6-0), proclamarse campeón provincial y superar en la semifinal al campeón vizcaíno, el New Club de Bilbao, el Racing disputaría la final del Campeonato del Norte de la Serie B contra el representante guipuzcoano, que sin haberse creado aún la Sociedad Deporiva Éibar era el Izarra, que había eliminado a los navarros del Amaya. Disputar aquella final significaba la posibilidad de obtener el primer triunfo importante del fútbol cántabro y debido a la trascendencia del partido, el que entonces hacía las funciones de entrenador, Pepe Beraza, se esforzó para que sus jugadores se ejercitaran con seriedad y disciplina, algo a lo que no estaban acostumbrados ni los futbolísticas ni el entorno del club. Así que, viendo tal empeño, la prensa y la afición se llenaron de entusiasmo con las opciones del Racing.
La final se jugó en San Mamés el 8 de julio de 1917. Había unos 700 eibarreses en el campo que acudieron a Bilbao en un tren especial. A éstos hubo que añadir el grupo de aficionados del New Club, despechados al ser eliminados en las semifinales. Los insultos y abucheos contra el Racing se mantuvieron durante todo el encuentro, y a falta de aficionados santanderinos que hubieran compensado tal indeseable ánimo (el club no organizó ningún tren especial y sólo acudieron unas decenas de personas), fueron los propios socios del Athletic Club que presenciaron el encuentro, quienes tomaron partido por los cántabros, ante la antideportiva actitud de los seguidores del Izarra y los del New Club, que incluso obligarían a intervenir a la policía.
La derrota del Racing provocó una polémica entre el técnico verdiblanco, que acabó cesado, y algunos de sus jugadores
En este ambiente hostil, el Racing formó con Luis Álvarez, Rivadeo, Goyena, Torre, Tomás Agüero, Lavín, Miguelín, Danielín, Roberto Álvarez, Madrazo y Oria. Una arrancada de la delantera guipuzcoana en el minuto 15 significaría el primer gol del partido que despertó a los cántabros, ya que pocos minutos más tarde, con un Racing en plena reacción, Roberto Álvarez empataría el resultado con un tanto muy oportuno, y luego Miguelín dispondría de una gran oportunidad cuando su disparo se estrelló en uno de los postes. Antes de terminar la primera parte, el árbitro no pitaría una mano clara de un jugador local que provocó que los jugadores racinguistas se pararan para sacar la supuesta falta, circunstancia que aprovecharía el equipo eibarrés para anotar el segundo gol sin apenas resistencia, y con las desesperadas protestas del Racing que no sirvieron para nada. En este periodo de desconcierto y cabreo racinguistas, el Izarra marcaría su tercer gol, y con el resultado de tres a uno a favor de los de Éibar se llegaría al descanso.
En la segunda parte el juego se endureció, pero el Racing acortaría distancia por medio de un penalti lanzado por Lavín, aunque hay que apuntar que anteriormente el árbitro había castigado al Izarra con otra pena máxima que, también lanzada por Lavín, fue detenida por el guardameta. Los últimos minutos del partido fueron de constantes ataques racinguistas que no consiguieron el propósito del empate.
La derrota (3-2) provocaría en Santander una polémica donde terciaría con poco éxito el entrenador, Pepe Beraza. Su crítica a la actuación de la delantera racinguista se publicó en su espacio deportivo de El Cantábrico, y al día siguiente el delantero centro racinguista, Roberto Álvarez, le contestaría en El Pueblo Cántabro pidiendo su dimisión, algo que secundaría la junta directiva presidida por José Nova cesando al técnico.
La derrota ante el Izarra, además de provocar el primer cese de un entrenador del Racing, también inspiraría la ocurrencia de los aficionados racinguistas que compusieron una canción con la música de la zarzuela 'El Rey que rabió', y que haría famosa la 'paparda'. La letra inventada decía: «Cronistas deportivos que han estudiado bien/ trolorón, trolorón, trolorón/ afirman que el domingo el Racing va a jugar/ trolorón, trolorón, trolorón/ y dice el gran Beraza, que para caso tal/ tralarán, tralarán, tralarán/ puede jugar muchísimo o puede no jugar./ Para hacer jugadas/ que son necesarias/ se están entrenando/ toda la semana/ y llega el domingo/ y hacen la paparda./ Y de esta opinión, nadie nos sacará/ el Racing no ha jugado, ni jugará».
Con un Racing que ha logrado entusiasmar a la afición en las dos últimas jornadas, nada mejor que diluir cualquier recuerdo de 'paparda' contra otro equipo de Éibar para inventar más canciones, pero de admiración.
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