El Racing que más encaja de la era JAL
El equipo suma veintitrés goles en contra en catorce jornadas, casi el doble que los que tenía a estas alturas la temporada pasada
Cuando Sir Alex Ferguson dijo aquello de que «el ataque te hace ganar partidos y la defensa te hace ganar títulos», no estaba inaugurando ... ninguna ciencia nueva. Solo ponía voz a una de las leyes más viejas de este deporte: los goles iluminan, pero los cimientos sostienen. El talento aparece, se compra, se encuentra, a veces incluso te sorprende, pero la defensa no. La defensa se fabrica, se pule, se lima a base de horas de sudor, trabajo y un lenguaje común que deben entender los jugadores. Michael Jordan lo resumió con otro aforismos que venía a decir lo mismo que el entrenador del Manchester United: «El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos». Y esto es lo que debería aplicarse el Racing, porque este equipo ofensivo, es también el más vulnerable de la era José Alberto. Y convivir con esa dualidad, como un equilibrista que baila sobre una cuerda cada vez más fina, es el mayor desafío del colíder de Segunda. Como llenar una piscina con un agujero. Los goles que entran por los que salen.
A simple vista, el presente invita al entusiasmo: 26 puntos en 14 jornadas, empatado con Deportivo y Las Palmas. Un liderato compartido, aunque con los gallegos por encima en la tabla. El del asturiano es un equipo con el colmillo afilado, capaz de golpear con naturalidad, pero en ese mismo espejo aparece también la sombra, 23 goles encajados en la jornada catorce –ya en las cinco primeras había recibido diez–. La cifra más alta desde que José Alberto llegó al banquillo verdiblanco.Más de un gol y medio por partido –1,64 para ser exactos– y un tanto recibido cada 55 minutos. «No me importa tanto recibir goles, lo que me importa es ganar», decía el técnico en la rueda de prensa previa al partido ante el Granada, pero la verdad es que si la estadística se dispara con la misma alegría durante toda la temporada, podría empujar al Racing hacia una frontera incómoda, los 69 goles en contra. Una cifra que marea porque es adentrarse en un territorio prohibido para quien quiere volver a Primera.
La clasificación, sin embargo, cuenta otra verdad simultánea, el Racing es el equipo más goleador de la categoría. Una tormenta ofensiva que por ahora sostiene el andamiaje. Pero todas las obras grandes necesitan buenos cimientos si no quieren venirse abajo en el momento más inesperado. También hay que levantar desde atrás, de la portería hacia delante, y ahí está el agujero que el equipo no termina de achicar. Los de José Alberto solo han dejado la portería a cero dos veces en toda la Liga, el 3-0 ante el Málaga y el 1-0 frente a la Real B. Nada más. Dos islas en un océano demasiado agitado. El resto de partidos han sido un intercambio continuo. Incluso dejando escapar puntos en partidos que parecían completamente controlados, como el de la última jornada ante el Granada, donde después de ir ganando 2-0, el equipo se dejó empatar en una segunda parte para olvidar.
Las claves
A mejorar
El equipo solo ha logrado dos porterías a cero, ante Málaga (3-0) y ante la Real Sociedad B (1-0)
Dualidad
Es el más vulnerable de la era José Alberto. Hace muchos goles, pero encaja demasiado
Equilibrio
Levante y Elche, los dos ascendidos, encajaron 42 y 34, respectivamente, a final del curso pasado
La comparación con otros cursos no ayuda a rebajar la inquietud. La temporada pasada a estas alturas, el Racing solo había encajado 12 goles, casi la mitad de los que ya le han hecho a Ezkieta este curso. Y aun así acabó recibiendo 51. Al final consiguió meterse en el play off de ascenso donde se enfrentó con elMirandés y acabó cayendo en Anduva. Esa campaña, además, los cántabros eran líderes con 33 puntos y un colchón de seis sobre el Levante, que luego ascendería de manera directa. La situación hoy es menos holgada, más pareja y también más propensa a que cualquier detalle desafine el ritmo.
La visita al pasado cercano sigue ofreciendo espejos incómodos. En la 2023-24, la primera temporada completa de José Alberto en el Racing, el equipo había recibido 19 goles a estas alturas, estaba en la mitad de la tabla —décimo con 21 puntos— y no tenía el vértigo del liderato, pero tampoco la sangría defensiva actual. Y si se viaja un poco más atrás, a la 2022-23, cuando el entrenador asturiano aún no había puesto un pie en el banquillo –no lo hizo hasta la jornada 21– el Racing de Guillermo Fernández Romo, con sus virtudes y sus límites, solo había encajado 10 goles. Era decimosexto, sí, pero más blindado atrás. La reflexión es inevitable, el mejor Racing ofensivo de los últimos años es también el más frágil.
La Segunda División es una categoría de lo más disputada. Es raro que un equipo sea líder indiscutible durante varias jornadas –aunque el Racing lo logró en su momento–. Lo más habitual es que los equipos estén en un puño. Apenas unos puntos de diferencia para colocarse en la cima y desbancar al líder. Hay pelea. Pero también suele haber un patrón férreo:los que ascienden se protegen. Lo hicieron el año pasado Levante y Elche. Ninguno lideraba la tabla en la jornada 14, pero habían domesticado su área: 16 goles en contra los granotas, 12 los ilicitanos. El Levante acabaría subiendo con 42 tantos encajados; el Elche, con 34. Números razonables, de equipo, de fiabilidad.
La cifra
1,64 goles
por partido recibe el Racing, que encaja un tanto cada 55 minutos.
Una buena defensa permite controlar el juego, reducir los espacios para el rival y facilita la recuperación para iniciar contraataques. Aporta seguridad y estabilidad, permitiendo tener más control del partido. Y viceversa. Si se da la situación contraria toca recuperar la pelota demasiado lejos, a correr hacia atrás... multiplicar esfuerzos.
Una defensa sólida no es solo una línea de cuatro atrás. Es un ideario, una conducta colectiva. Da tiempo, aire, control. Y el equipo necesita eso tanto como sus goles. Asegurarla es clave para alcanzar el objetivo del ascenso, porque no se puede olvidar que aunque al Racing le persiga una ilusión, lo que persigue el equipo es la vuelta a Primera División. Y por ahora hay varios candidatos, aunque aún queda mucha temporada. Tres equipos empatados a puntos en lo alto de la tabla, y a la ecuación se suma un invitado más, el Almería, que tiene un partido pendiente por el fallecimiento de un espectador durante el encuentro ante el Ceuta. El duelo iba 1-1 cuando se suspendió.
Equilibrio
El Racing no puede permitirse una temporada en la que genere ocasiones para imponerse, pero regale otras tantas en la misma proporción. Tiene calidad de sobra para seguir arriba, personalidad, recursos y futbolistas que han entendido el plan ofensivo y lo ejecutan a la perfección. Pero es necesario el equilibrio. Un campeón no es el que mejor ataca o el que mejor defiende, es el que combina ambas cosas con madurez.
Quizá ahí esté el próximo paso. En aprender a cerrar los partidos que ahora se le abren. En convertir la portería de Ezkieta en un territorio donde no se entra sin invitación. «¿Me gustaría recibir menos goles o no recibir ninguno? Claro que sí. No me gusta recibir goles. Aquí, un poco por las características de nuestros jugadores, estamos metiendo muchos goles y encajando más de lo que nos gustaría. Pero creo que estamos trabajando bien para poder ser un equipo más sólido», decía José Alberto el viernes pasado. Pues al lío.
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