Veinticinco horas para decidir que el partido se juegue el domingo a las 18.30

Toda esa espera, con los perjuicios ocasionados al personal. Por un lado, a los equipos, que habrán tenido en el aire la planificación semanal. Especialmente el Atlético Baleares, con viaje de por medio. Por otro, el Racing, como organizador del choque y pendiente de todos los preparativos para la jornada. Y por último, los aficionados verdiblancos, que además de no tener ni idea del posible desplazamiento la semana próxima a Palma de Mallorca, han tenido que esperar hasta la tarde del martes para saber si la hora del choque más esperado en Santander les venía bien o no.

Ayer en las oficinas de los Campos de Sport andaban fumando en pipa. Un mosqueo interesante a cuenta de la tardanza por una gestión que, a simple vista, no debería llevar más de un ratuco. Los responsables de la entidad verdiblanca entendían incomprensible tanta dilación.

El asunto fue todavía más lejos. En el club se trabajó siempre con el más que probable horario del domingo a las 18.30 para la celebración del encuentro. Sin embargo, a eso de las 14.00 horas se hizo oficial el horario del Real Madrid Castilla-Cartagena: domingo, 18.00 horas. Y televisado por Cuatro. Algo que no cuadraba con las expectativas de que el choque entre Racing y Atlético Baleares fuese también retransmitido, debido a la coincidencia temporal. Así que los responsables de decidir el planning del play off se vieron obligados para negociar con madrileños y murcianos para cambiar la fecha. Una nueva data que fue anunciada a las 17.30 horas: sábado, 18.00. Qué mareo. El efecto dominó se produjo de forma inmediata y se confirmó que el partido del Racing se celebraría a las 18.30 horas del domingo.

Así pues, unas 25 horas tardó el racinguismo -y también por lógica el Atlético Baleares y su entorno- en conocer la fecha y hora del partido. Un trámite que, en temporadas anteriores, antes de la puesta en juego de las televisiones, prácticamente salía ya fijado de la propia Ciudad del Fútbol de Las Rozas si los representantes de ambos clubes se ponían de acuerdo in situ. O, como mucho, apenas unas horas después de conocerse el emparejamiento. El fútbol evoluciona, pero a veces no para mejor.

La otra preocupación de los racinguistas, la del desplazamiento al partido de vuelta, tardará todavía en resolverse. Además de que será difícil encontrar una entrada, porque el Atlético Baleares tiene previsto mandar únicamente 160 a Santander, hasta el próximo lunes -como pronto-, cuando ya se conozcan los resultados de los partidos de ida, los operadores televisivos no decidirán qué duelos les interesan y en qué franjas horarias los colocan. Así que poco margen de maniobra les quedará a los seguidores verdiblancos para preparar sus viajes y, además, seguramente esa circunstancia encarecerá tanto los billetes de avión como las habitaciones de hotel. Pero bueno, siempre les quedará verlo por televisión... Qué consuelo.