Ciervos por los bosques de Cantabria
Martes, 26 de mayo 2020, 15:55
Macho en plena berrea agotado tras intensas jornadas de celo. Ellas se suelen ir con el ganador, normalmente el macho más fuerte y ‘cornudo’. Serán cubiertas por el semental para parir a los gabatos en la primavera, en los meses de mayo y junio. La gestación dura unos 235 días.
Macho en berrea. Los ciervos, o también llamados con cariño reyes del bosque, se extienden ampliamente por las sierras de la geografía peninsular. En nuestra región, a principios del siglo XX, se practicaron sueltas de ejemplares de ciervo. Una repoblación de ejemplares provenientes de los montes de Toledo, durante los años 1949 a 1954. Entre 1972 y 1974, vuelve a hacerse otra suelta de venados traídos de Toledo, Jaén y Cuenca, soltando entre Saja, Palombera y Mozarguero un total de 36 machos y 78 hembras.
Fotograma de cierva con su cría, perteneciente a imágenes de Máximo Sánchez Cobo y Natalia Magdalena.
Gabato de un mes. Los gabatos presentan en sus primeros meses de vida un pelaje pardo punteado por círculos blancos muy definidos que les ayudan a camuflarse entre las flores y demás vegetación, mimetizándose a la perfección en los prados de las laderas. Con el paso del tiempo esas manchas que los aguardan de los predadores se van difuminando y dan paso a la tonalidad predominante del marrón mate de los adultos.
Grupo de ciervas, crías y un vareto en pleno verano. Los machos de ciervo, ajenos a la crianza, perdieron su cornamenta (lo que se conoce como desmogue) en los meses de marzo y abril, para dar paso automáticamente a las nuevas armas de lucha que se preparan para estar robustas en la berrea del otoño.