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Ignacio Peguero, cantante y bajista

Malmö 040: «Han sido muchos años de salas medio vacías, pero hoy vivimos un sueño»

Son una de esas bandas que están pisando fuerte y este sábado pasarán por la Plaza Porticada de Santander, dentro de las Fiestas de la Semana Grande

Viernes, 25 de julio 2025

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La historia de Malmö 040 tiene algo de película americana: comenzaron en el instituto, con apenas 16 años y la única intención de divertirse, pero este sábado la música es su profesión. De eso hablan en su último disco, 'Cuando éramos felices sin saberlo', un viaje a la nostalgia de sus inicios y a unos sueños que entonces parecían lejanos y que hoy presentan en la Plaza Porticada de Santander, dentro de las Fiestas de la Semana Grande.

- Arrancaron con esto siendo muy jóvenes

- Cuando empezamos a hacer cosas juntos, éramos unos críos: teníamos entre 15 y 16 años y esa inocencia típica de banda de colegio y de amigos que solo quieren divertirse. Aún recuerdo lo que nos costó conseguir nuestras primeras guitarras o la de veces que tuvimos que pelear con nuestros padres para que nos dejaran quedar a ensayar.

- ¿En qué momento la música dejó de ser un juego de niños y se convirtió en un proyecto real, con una gira grande y viviendo de ello?

- El primer momento en el que sentimos que todo se nos iba de las manos fue durante la pandemia: algunos acabábamos de empezar la universidad, uno seguía en bachillerato y, entre eso y la falta de vida social, pasamos de vernos a diario a casi no coincidir. Por suerte, tuvimos un pequeño 'boom' en redes que nos animó a seguir. Después, llegaron canciones como 'Matar la pena', con Besmaya, y 'Los lugares donde irás', con Hey Kid, que fueron una locura y nos abrieron muchas puertas. A partir de ahí empezaron a llamarnos para tocar en cada vez más sitios y vivimos momentos increíbles, como cuando estuvimos en el escenario pequeño del Festival Jardín de las Delicias, en Madrid, y tuvieron que cortar el paso por la cantidad de gente que se acumuló en nuestro concierto.

- Lo de 'Los lugares donde irás' tuvo que ser bastante bestia. ¿Cómo lo vivieron?

- Fue una locura, ya que, de repente, empezamos a ver publicaciones en redes con la canción que se hacían muy virales y pasamos a vender muchísimas más entradas. Por suerte, no nos hemos quedado en una moda pasajera ni en un par de canciones, porque hay temas de nuestro nuevo disco que están funcionando genial y nos han pasado cosas impresionantes, como lo de llenar la sala Riviera tres noches seguidas.

- ¿Alguna canción nueva que sea especial para ustedes?

- Hay varias canciones que significan mucho para nosotros y nos ha sorprendido lo bien que ha conectado la gente con ellas, como 'Los de siempre' o 'Cuando éramos felices sin saberlo', tema que da título al álbum y en el que cantamos junto a Pignoise, un grupo que marcó nuestra adolescencia y la de muchos otros. Fuimos a uno de sus conciertos, les propusimos colaborar en una canción que habíamos compuesto y aceptaron sin ni siquiera escucharla. Fue increíble, porque en uno de nuestros 'shows' en La Riviera se subieron a cantarla con nosotros, y además tocamos juntos 'Te entiendo' y la gente se volvió completamente loca.

- Aunque no gira en torno a una única idea, 'Cuando éramos felices sin saberlo' es un disco que respira nostalgia, con frases como '¿Por qué cuando fuimos felices no lo vi venir?'.

- Es un trabajo que compusimos en un momento de muchos cambios, cuando de repente todo empezó a ir muy rápido: un día llenábamos una sala y al siguiente estábamos en los camerinos de un festival con los Black Eyed Peas. Al principio nos vimos desbordados y tuvimos que aprender sobre la marcha a gestionar todo lo que nos estaba pasando. Fue justo entonces cuando empezamos a trabajar en el álbum, y salió ese punto nostálgico de echar de menos estar en casa, en el barrio, con los colegas, jugando al fútbol o simplemente tomándonos una cerveza en el bar. De cuando íbamos a ensayar sin ninguna pretensión, subíamos los amplificadores a todo volumen, cantábamos canciones de Pignoise y nos lo pasábamos en grande.

- Ahora están de gira y lo mismo un viernes tocan en Ferrol y al día siguiente en Gandía. ¿Cómo soportan ese ritmo tan loco?

- Nada que no se pueda solucionar entre aviones, ferris, muchas horas en furgoneta y sorteando todo tipo de imprevistos. Al principio todo era más complicado, pero ahora contamos con profesionales que se encargan de la logística de la gira y con gente que nos acompaña día a día, como Toño, que nos lleva a todas partes en su furgoneta. A medida que nuestras necesidades han ido creciendo, también hemos ido sumando más personas al equipo, porque eso nos garantiza que los conciertos salgan perfectos. No podemos quejarnos por cómo nos van las cosas: han sido muchos años de salas medio vacías, pero hoy vivimos un sueño. Estamos viviendo el sueño de muchas bandas y artistas.

- A principios del año que viene, volverán a pasar por nuestra tierra.

- Tenemos muchas ganas de tocar hoy aquí y también de volver en enero. Cuando estuvimos en Santander Music el verano pasado, el público estaba superentregado y nos sorprendió la cantidad de gente que vino a vernos. El crecimiento que hemos tenido últimamente ha sido una locura: sabíamos que íbamos por buen camino, pero es que casi todos los conciertos de este año los hemos llenado. Ojalá que en Escenario Santander nos vaya igual de bien.

- Con tanto ajetreo, ¿cómo consiguen sacar tiempo para ustedes? ¿Qué cosas les hacen felices en su día a día?

- Es cierto que en nuestro último disco reina la nostalgia, pero eso no significa que ahora no seamos felices. Además de que nos encanta lo que hacemos, disfrutamos con cosas tan sencillas como jugar al UNO en el camerino. Y, siempre que podemos, intentamos sacar tiempo para estar con nuestras familias y amigos.

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