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Eva García González
Torrelavega
Miércoles, 18 de agosto 2021, 08:49
Es muy interesante ver cómo tres tipos que forman una misma banda tienen estilos tan diferentes. Uno bohemio, otro parece sacado de Nacha Pop y ... otro un estudiante de instituto. Lo importante y curioso es que funcionan perfectamente, como demostraron anoche en Torrelavega. El grupo asturiano se apoderó de la atención, la voz e incluso los cuerpos de los que se sentaron ante ellos. Y lo mejor de todo es que parecían disfrutar más que la propia audiencia. El magnético Adri Roma, el cantante, no dejó de bailar y dar saltos por el escenario, contagiando esa energía que caracterizó la noche.
Desde antes de dejarse ver en el escenario, se oía la voz del vocalista agradeciendo a su público por su presencia, mantra que marcaría todo el concierto. «Gracias por vuestra pasta; vuestro tiempo, que es más valioso que vuestra pasta; y por cantar». Y es que no faltaron las voces, tanto cantando como gritando a los componentes de la banda. Una cuenta atrás dio inicio a la velada, que comenzó con un llamamiento al «amor, sexo y rock and roll», 'Cosas que no se pagan con dinero'.
Las sillas, una vez más, no impidieron que el público bailara y levantara las manos, al grito de «viene la policía». Y a pesar del tema 'Me supo a poco', no es precisamente esa la sensación con la que los asistentes se quedaron tras cada canción. Es difícil que sepa a poco un chaval disfrutando tanto de su propia música, como si aún no se creyese que ese sueño que tantas veces repitió que estaba viviendo, fuese la realidad. «En tiempos de covid es un placer vivir cosas como esta», afirmación que todo el mundo secundó con un aplauso.
'Mi maldición' manifestó otra sensación que el público parecía no compartir: «no quiero verte cerca». Y tan cerca quisieron estar los asistentes que al terminar el concierto un grupo de jóvenes se acercó corriendo al pie del escenario para saludar a los artistas. Estos, por su parte, rápidamente reaccionaron invitando a todos a volver a sus sitios. Y no fue 'De L.A a Nueva York', si no de Asturias a Cantabria el viaje que hizo la banda anoche. «Que viva Cantabria y Asturias. Sentimos que estamos tocando en casa», dijo 'Juanin', el guitarrista.
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Y para seguir con los juegos de palabras, 'Amorfina' dejó completamente enganchada a la audiencia, adicta a los asturianos. Todo el recinto cantaba junto a ellos. «Por nosotros y todos los demás músicos, por nuestro equipo, la industria y los organizadores. Por los que hacen que la música sea posible», dijo el cantante cuando introdujo 'Valientes', dedicando la canción a sus compañeros del sector. Una de sus últimas canciones, 'Con uñas y dientes', habla de «ese sueño que llevan construyendo desde hace siete años» y que, gracias a canciones como esa, las que llegan a la radio, pueden estar donde están.
A pesar de que Adri pidiera «mecheros y esas cosas románticas» al cantar canciones como 'Marzo en febrero' o 'Contigo', fueron las linternas las que iluminaron la noche. Contraste entre baladas, ritmos latinos y rock and roll. Así se presentó Marlon, con Jorge al bajo, Juan a la guitarra y Adri a la voz. Sus temas más exitosos, 'Tequila y Candela', 'Volveré', en honor al fallecido padre del cantante y 'Macarena', fueron el broche perfecto a una noche emotiva y animada a partes iguales.
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