El impacto de la Covid-19 en el sector inmobiliario

La pandemia del coronavirus parece estar lejos de quedar resuelta, y los daños colaterales son ya visibles en muchos sectores. Con todo, según pisos.com el impacto de la COVID-19 en el sector inmobiliario aún resulta incierto. Los expertos apuntan a cambios en el mercado y una bajada tanto en los precios como en las operaciones. Sin embargo, la mayoría de ellos coincide al afirmar que, en contra de la opinión de muchos consumidores, la recesión que se atisba en el horizonte no tendrá efectos similares a los de la crisis de 2008, cuando los precios llegaron a caer hasta el 40%.

En todo caso, el impacto de la pandemia no solo se verá en el sector residencial, sino que oficinas, naves industriales o locales comerciales sufrirán los efectos de la COVID-19. Así lo apuntan varios informes en los que se vislumbra una transformación intensa del sector que, sin embargo, resulta difícil de acotar.

La tendencia a la baja en los precios iniciada antes de que arrancara la pandemia se ha consolidado con la expansión de la COVID-19. Sin embargo, los efectos de la situación van más allá de los precios. Las moratorias en el pago de hipotecas y alquileres durante el estado de alarma vinieron a paliar los efectos del aumento del desempleo y la reducción de ingresos de las familias. Sin embargo, con la llegada de la nueva normalidad, el escenario sigue evolucionando.

En lo tocante a preferencias, dados los nuevos esquemas laborales, comienza a atisbarse cierta predisposición a buscar casas que cuenten con espacios de trabajo confortables. Del mismo modo, crece el interés por tipologías de viviendas con espacios abiertos en forma de patios o terrazas e, incluso, en emplazamientos de la periferia con zonas verdes más accesibles.

Pero las transacciones continúan mostrando contención. El mercado remonta tras meses de inactividad, pero muy lentamente. La incertidumbre frena las intenciones de vendedores y compradores que no tenían prisa mientras que, aquellos a los que urge vender, deben ajustar sus expectativas a la realidad cambiante del mercado. Muchos expertos apuntan a que se generarán oportunidades para inversores y que, en muchos casos, la bajada del precio no estará tan influida por la crisis sanitaria, sino por una intensa negociación entre las partes.

Más allá del ámbito residencial, la COVID-19 tendrá un impacto notable en el mercado inmobiliario de oficinas, logística o retail. Las nuevas tendencias del consumo, las restricciones impuestas durante la pandemia y los rebrotes o el cambio en los modelos de trabajo son solo algunas de las causas a las que apuntan los expertos como claves de la transformación.

Oficinas

La distancia social se ha impuesto como una de las máximas recomendaciones para frenar el riesgo de contagios y eso afecta directamente a las oficinas tradicionales. Lo mismo sucede con la experiencia del trabajo en remoto que, durante los meses de estado de alarma, ha sido clave para mantener la actividad de muchas empresas. Todo ello tiene su reflejo en el mercado de las oficinas.

Disminuir la concentración de personas en espacios de trabajo parece ser una de las máximas que marcará el sector, convirtiendo el teletrabajo en una práctica cada vez más habitual. Aunque aún es pronto para hablar de reconversión, lo cierto es que todo parece indicar que la dinámica cambiará y son muchos los que apuestan por escenarios en los que habrá más espacio para menos personas e, incluso, se potenciará la proporción de los espacios colaborativos o de reunión.

Logística, retail y otros

El comercio minorista, como la hostería, han sido uno de los más castigados durante la pandemia. Muchos establecimientos no volvieron a levantar el cierre tras el estado de alarma. Aquellos que encontraron en el comercio electrónico o el reparto a domicilio su manera de subsistir han visto cómo las nuevas tecnologías se han convertido en tabla de salvación para sus negocios. En todo caso, en términos inmobiliarios, los cambios principales hay que buscarlos en la forma de contratar los locales comerciales, principalmente, ante la incertidumbre que mantiene la pandemia.

Las necesidades de almacenamiento, sin embargo, se han visto incrementadas durante estos meses impulsando así el sector logístico que, en todo caso, también se moderniza. Almacenes y naves están en auge para atender la demanda de un comercio electrónico que ha crecido al albor del coronavirus.

Sea como fuere, el futuro es incierto y, aunque son ya varios los cambios que pueden apreciarse, el impacto de la COVID-19 en el sector inmobiliario dependerá, en buena medida, de si el tiempo consolida los modelos de trabajo y consumo auspiciados por la pandemia, la duración de la misma y el comportamiento de la economía.