«Teherán se ha vuelto Gaza; nos dicen que desalojemos y bombardean»
Decenas de miles de civiles vacían el centro de la capital iraní y abandonan la ciudad entre atascos y pasadas de la aviación hebrea porque «nadie sabe si tu casa va a ser la siguiente en explotar»
Miguel Pérez
Martes, 17 de junio 2025, 21:33
Los iraníes siguen dispuestos a escapar de las bombas en Teherán, La ciudad de diez millones de habitantes se ha convertido en un lugar inseguro ... para todos. Los aviones hebreos vuelan en sucesivas oleadas cargados con hasta diez toneladas de bombas y los objetivos que anuncian sus mandos desde Tel Aviv y Jerusalen solo crean más miedo. Porque nadie sabe donde está.El régimen islamista se ha cuidado de mantener en secreto centros de operaciones y a su personal más valioso y y ningún vecino sabe ahora si ese químico o el profesor de la universidad con el que comparten escalera desde hace años es ahora un rostro en la diana israelí. Nadie sabe si al lado de su casa hay un piso o un inmueble que figure en la lista diaria de los cazas de combate.
Sin ir más lejos, el ministro hebreo de Defensa, Israel Katz, ha anunciado este martes que el Mossad y el ejército han determinado diez «objetivos nucleares» dentro de la capital a los que espera destruir antes de que se ponga el sol. Habrá más. El 'briefing' es diario. Hoy han descargado en el sur de la ciudad, pero luego han virado hacia el este. El Distrito 3, muy acomodado, es blanco frecuente de las explosiones.El lunes volaron la sede de la televisión estatal. Se supone que altos cargos del régimen viven allí. O lo hacían. Corre el rumor de que los asesores más próximos al Líder Supremo, Ali Jamenei, intentan buscar una salida y cómo huir a Rusia en calidad de refugiados.
«La angustia, el terror, son continuos. No sabes si en tu edificio o en otro cercano hay alguien a quien el Mossad y los militares quieren matar; si tu casa será la siguiente que explote. De noche no duermo. Pienso que un misil puede caer en mi casa o en el edificio de al lado y que se derrumbe sobre la mía. De una u otra forma, acabo enterrado bajo los escombros», explica a un medio estadounidense un joven que prefiere ocultar su nombre. Añade que no ayuda a conciliar el sueño el «estruendo de las bombas» que caen e impactan contra el suelo o son interceptadas por las defensas antiaéreas.
Una almohada entre escombros
La poetisa Parnia Abbasi, de 23 años, ha sido una de las víctimas de esta forma de morir de la que todos huyen. Esta joven y su familia fueron de las primeras víctimas civiles del conflicto. Residían en un apartamento en el barrio de Sattarkhan. Un misil impactó de lleno sobre sus cabezas. La casa se derrumbó. De Parnia lo primero que se recuperó fue una almohada ensangrentada. Al parecer, los israelíes bombardearon el inmueble porque habían localizado allí el domicilio de un experto en física de reactores empleado en la Universidad de Teherán, al que consideraban uno de los principales científicos del programa nuclear. «La gente común puede ser fácilmente destruida», ha escrito un amigo en la cuenta de Parnia.
Y eso es lo que los civiles intentan evitar. Desde el domingo decenas de miles de iraníes han tomado el camino del éxodo desde Teherán. El régimen islamico intento torpemete en un princiipio negar estas salidas con el argumento de que se trataba de atascos causados por vehículos averiados en las autopistas. Sin embargo, deberían ser miles: las carreretas de salida continúan atestadas.

Muchos se dirigen al norte rural y al mar Caspio, a ciudades donde abundan las segundas residencias y son lo suficientemente tranquilas como para pensar que serán castigadas de igual modo que la capital. Otros, en cambio, viajan hacia el interior del país. «Nos estamos convirtiendo en Gaza. Allí los israelíes dicen: 'Váyanse'. Y luego bombardean'», sostienen los civiles.
Las órdenes de evacuación de las fuerzas israelíes hn surtido efecto, pero lo que ha provocado pavor es el anunció del presidente estadounidense a su salida apresurada del G7 cuando ha instado a desalojar toda la capital. Donald Trump es especialista en infundir temor, más todavía cuando flota en el ambiente la sensación de que en cualquier momento puede apoyar la ofensiva. O, cuando menos, dejar que su homólogo Netanyahu convierta Teherán en un reflejo de Gaza City.

Los problemas para salir se multiplican. La autopista a Qom, que conecta Teherán con numerosas localidades, está dejando de ser funcional. Los F-15 hebreos la han atacado más de una vez. Ahora se está transformando en un camino al infierno. Luego están los problemas de abastecimiento. Las colas delante de las gasolineras duran hasta tres y cuatro horas. «Son una tortura; pasas ese tiempo asustado, mirando al cielo por si llegan los aviones israelíes», dice un conductor.
«No hay lugar seguro»
La mayoría se marcha solo con lo que cabe en el coche. No hay tiempo para más. Dejan atrás sus pertenencias. «Cuando la guerra termine, volveremos y confiaremos en que siga en pie», confía un hombre llamado Azime a un canal internacional. Una mujer italiana que se casó con un iraní piensa salir en automóvil por la frontera, entrar en Azerbaiyán y tomar un avión a su país. En Irán es la única manera de escapar. Los aeropuertos están cerrados. «Ya no hay lugar seguro».
A diferencia de Tel Aviv, Jerusalén y las ciudades israelíes en Teherán no hay refugios. Cuando se aproxima un bombardeo, lo civiles descienden a los sótanos o los garajes. Desde el fin de semana, las autoridades mantienen abiertas las mezquitas y las estaciones de metro las veintcuatro horas del día, pero ninguno de esos lugares ha sido construido para soportar una bomba. El centro se vacía paulatinamente. Los negocios han cerrado en su mayoría y el tráfico se ha detenido. Aún así, una parte sustancial de la población ha decidido quedarse y aguantar. «Hace noches que no dormimos. Todo el mundo se va, pero yo no. Mi padre dice que es más honorable morir en tu propia casa que huir», cuenta a la BBC un estudiante de música, de 21 años.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.