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El potro, ya sacrificado, tal y cómo quedó tras el ataque de lobo.
Los ganaderos, indignados tras un nuevo ataque del lobo en Tudanca

Los ganaderos, indignados tras un nuevo ataque del lobo en Tudanca

Un potro herido, que ya ha sido sacrificado, sirve al colectivo para avivar las protestas en favor de la modificación de la Ley de Caza que plantea el consejero Jesús Oria

v. cortabitarte | j. c. rojo

Sábado, 22 de abril 2017, 13:37

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El giro que el Gobierno regional ha mostrado recientemente al anunciar una modificación de la Ley de Caza de Cantabria para que el lobo vuelva a ser una especie cinegética ha encontrado el apoyo de cientos de ganaderos cántabros que parecen recobrar fuerzas para denunciar el problema. En algunos casos, los últimos ataques han espoleado esas denuncias;en otros, como en el caso de los municipios de Polaciones o Tudanca, parece que los ataques son casi diarios.

Uno de esos ganaderos del último de estos municipios, Carlos Fernández, narra su desolación cuando encontró ayer, viernes, a uno de sus potros gravemente herido por las mordeduras de los lobos. Un animal que definitivamente ha tenido que ser sacrificado. La zona donde se produjo el ataque, en el paraje de La Rivera, a unos 800 metros del pueblo de Tudanca, es uno de esos lugares donde el lobo ha encontrado el enclave perfecto para proliferar.

Si ayer le tocó a Carlos, el miércoles lo sufrió una de las crías de caballo de Abel Gómez y el lunes dos potros del ganadero Joaquín Toribio y una potra de Leoncio González. En todos los casos fueron animales jóvenes, y muchos de ellos según cuentan los propios vecinos de la zona, han muerto más de 20 cabezas en los últimos 15 días, han sido sacrificados.

«Situación límite»

«Convivimos con este problema como algo habitual», se lamentó Carlos por una situación que comenzó a cambiar hace cuatro años y que ha ido en aumento, hasta que en este último ejercicio «ha llegado a una situación límite», afirman en el pueblo. «En el municipio de Tudanca todos los ganaderos nos hemos visto afectados» señalan desde el colectivo. Y enumeran uno por uno todos los casos. El más grave fue el que sufrió Eduardo Martínez el pasado 30 de septiembre. Perdió 20 ovejas a tan solo 100 metros de su vivienda. Entonces la denuncia llegó por el miedo que despertaba la cercanía del lobo a las casas.

Ahora dicen que todos los días ven a los lobos a simple luz del día, en los alrededores de los pueblos, entre la espesura. Es una situación que no recuerdan ni los más ancianos de la localidad. «A lo largo de los últimos años se ha producido una excesiva protección del lobo, no tienen ningún tipo de competencia dentro del ecosistema y eso le ha llevado a reproducirse a sus anchas», señala otro de los vecinos, que prefiere el anonimato. «Ahora mismo está al mismo nivel que los humanos, entendemos que tenemos que convivir con ellos y que tienen que contar con protección, pero no al mismo nivel, se necesita cazarlos selectivamente».

Por eso apoyan el cambio de criterio aprobado por el Gobierno como un pequeño paso adelante. Exigen que la selección se realice de manera eficaz, que las indemnizaciones sean reales y se abonen en tiempo y forma;porque cuando pagan por una oveja no incluyen, como ya nos ha sucedido, la cría de ese año».

El sector en favor de la defensa del lobo como especie no cinegética defiende que tan solo el 1% de los ganaderos cántabros se ven afectados por el problema. El grueso de las explotaciones de ganado cuenta con cabezas estabuladas en cuadras y esas no sufren los ataques de lobo. Tampoco lo padecen en municipios costeros, con gran capacidad ganadera. «Pero a nosotros, los que estamos en estas zonas de montaña donde el animal se ha hecho fuerte, nos han atacado en el 100% de los casos en el último año», denuncian en Tudanca.

La Mesa del Lobo

El consejero de Ganadería, Jesús Oria, anunció en su comparecencia de hace unos días que se convocará una reunión extraordinaria de la Mesa del Lobo para informar con detalle del cambio legal. Una reunión a la que está previsto que asista también Guillermo Palomero, de la Fundación Oso Pardo, que ya se manifestó hace unos días en relación a este problema: «Con la última decisión del Gobierno los ganaderos ni ganan ni pierden nada. En el plan consensuado ya tenían lo que pedían», denunció.

Y mientras unos apuestan por un control selectivo de las cabezas de lobo en los montes de Cantabria, los partidarios de mantener la especie sin caza ya han asegurado que estos controles no sirven de nada, no disminuyen los daños ganaderos. «Cada semana se cazan lobos. Se usan explosivos, participan en cacerías personas no autorizadas... Se habla de un exceso de individuos y es falso», detalló hace unos días Floren Enríquez, de Ecologistas en Acción.

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