En el siglo XXI, la literatura ya no campea sólo en los libros. Hoy en día, donde la literatura verdaderamente reina es en la carta ... de los restaurantes, con o sin michelines. En consecuencia, el próximo premio de las Letras Cántabras debería otorgarse a La Caseta de Bombas, al pie del Palacio de Festivales, Muelle de Gamazo, con mesitas muy apañaducas y atractivas sugerencias: Cosas diferentes, caseras y auténticas, pero del s. XXI.- Pulpo auténtico de Santander, a la brasa, con patata marinera cremosa y pimentón al gusto. No lo regalan: 19 eurazos. Provolone pasiego fundido a la brasa con orégano lebaniego y tostas de pan de leña. Picoteo fresquito al borde de la bahía más bonita de la Península Ibérica (islas aparte). Anchoas sobadas una a una por mujeres de Santoña y Laredo (octavillo). Ensaladilla rusa, tremendamente pacifista. Con bonito del Norte, del bueno. Los tomates, tersos, jugosos y sabrosos. Ensalada de 4 mini tomates dulces de invierno de Lola (la que no duerme sola) con taquitos de queso fresco pasiego, polvo de tomate de Ciudad Real, pisto y aceite Picual. Ensaladas multivitamina y muy sabrosas. Ensalada duna de Zaera, para tomarla aquí o pedirla para llevar y comérsela en la duna. Con lechugas, tomate en dados, bonito del norte con arroz y mayonesa, salpicón de frutas de temporada, aguacate y vinagreta de miel. Ensalada acevichada con tiras de rape de la lonja, limón de Novales y ensalada tropical. Fritucos de la Caseta de Bombas... que son la bomba, oiga. Verduras recién cogidas del Súper de los Pastores. Arroces sabrosones. Recetas clásicas y míticas de la Caseta. Todo lo cual remata con Koftas marineras, las albóndigas de pescado de Oriente Medio, con pescado del día de la lonja a la brasa y salsa de tomate casera-casera. Cuando la Inteligencia Artificial lo permita, que a la vuelta de la esquina está, la cuenta la pasarán en alejandrinos, en octavas reales o en ovillejos.
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