Aplauso a la comunidad educativa
CANTABRIA POSITIVA ·
Oportunidad pedagógica y ejemplo social del comportamiento del sistema escolar ante la pandemiaLlegados al ecuador del curso académico, y con la necesaria prudencia ante las traidoras mudanzas de la 'cosa' de Wuhan, creo que las comunidades escolares ... se merecen un aplauso de todos los cántabros. Miles de personas permanecen de lunes a viernes en contacto más o menos próximo en edificios que no por ventilados dejan de ser cerrados, y lo hacen durante muchas horas. Hasta la fecha, la incidencia de la pandemia ha sido limitada, con unos protocolos de reacción que están funcionando. Más allá del protocolo, hay un compromiso general de todos: los profesionales de la educación, el alumnado (hay que valorar la disciplina de los jóvenes) y las familias. El 'cero casos' era imposible, pero el objetivo de mantener controlada la situación, para que se pudiera conservar la presencialidad de la educación y la convivencia generacional, se está cumpliendo, tanto en la red pública como en la concertada y en todo el ámbito universitario.
Mientas confiamos en que todos estos valores permitan culminar un curso que, no pudiendo ser 'normal', debía aproximarse el máximo posible a ello, tenemos que extraer algunas lecciones colaterales. Quiero mencionar una para el propio sistema educativo y otra para la sociedad en general.
La primera derivada se refiere a la relación entre lo presencial y lo telemático. La crisis del covid ha puesto de relieve, no que lo digital sea sustituto de lo presencial, sino que existe la posibilidad de un cambio muy importante en el estilo pedagógico. Mucho material informativo, vídeos, test y demás recursos se pueden proporcionar por vía TIC. Y ello ha de facilitar que la clase presencial experimente un mayor carácter de diálogo. Es decir, el carácter enciclopédico o de referencia puede ser encomendado a lo digital, y la guía directa del docente a los estudiantes quedar más libre.
Un complejo sistema con decenas de edificios, miles de trabajadores y usuarios ha podido trabajar casi con normalidad
La segunda derivada es general. Un complejo sistema con decenas de edificios, miles de trabajadores y decenas de miles de usuarios ha podido trabajar casi con normalidad. Por tanto, la combinación de protocolos y corresponsabilidad funciona razonablemente. No es necesario poner la sociedad patas arriba para cuidar de la salud pública.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión