Se busca gafe
Jaime Campmany, maestro de periodistas, definió los tipos de cenizos que existen: el gafe, supergafe, sonatillo y manzanoide
Después de múltiples problemas, el ascensor que facilita el ascenso en el barrio de Nueva Ciudad deja atrapados a unos viajeros. Se proyecta una gran ... idea cultural para La Lechera y comienzan los atascos que derivan en retrasos. Organizan una Feria del Tomate y llega la pandemia. Se decide desarrollar una plan parcial y el juzgado lo rechaza. Lo de la tecnoteca, otro tanto (parece que ahora, años después, se inicia), casi se nos cae el Palacio municipal… Si defiende, como bien hacen, su gestión como equipo de gobierno municipal, entonces hay que colegir que un gafe anda suelto. Fue el gran maestro de periodistas Jaime Campmany (1925-2005), que además de novelista fue poeta satírico, quien definió los tipos de gafe que existen: gafe, supergafe, sonatillo y manzanoide. El gafe es el que, cuando te le tropiezas, algo malo te ocurre, pero no muy grave. El supergafe atrae la mala suerte, pero también participa de ella. El manzanoide es el que, cuando aparece, sucede algo muy negativo, pero este gafe comparte la mala suerte con el gafado; digamos que es un gafe solidario. Nada que ver con el sonatillo, el más peligroso, porque este trae la peor mala suerte, pero él se libra de sus efectos.
Es importante, pues, saber identificar al gafe para esquivarlo. Dicen los técnicos en la materia que se vislumbran porque son seres poco afortunados en situaciones exitosas para el resto, siempre critican a los demás, nunca elogian, su sonrisa no transmite confianza, son egocéntricos hasta aburrir, buenos buscadores de defectos ajenos y tienen una mirada que suele ser maliciosa, fija e intensa. Los españoles –bueno, casi todos los latinos– tenemos miedo al gafe, independientemente de la cultura que se posea. En la política española hay ejemplos palmarios como Luis Yáñez, presidente de la Comisión Nacional del V Centenario del Descubrimiento de América –Expo'92– que cuando botó la réplica de la nao Victoria se hundió a los pocos minutos (casi ahogando al pobre 'Curro'), visitó el Pabellón de los Descubrimientos y terminó ardiendo, y tras su paso, casi cae devastado el puente 'Alamillo', obra de Santiago Calatrava (igualmente poseedor de algo de mala sombra). Zapatero, otro insigne cenizo, apoyó a John Kerry en las elecciones de Estados Unidos y ganó Bush; a Schröder en Alemania, y cayó fulminado, y a Chirac, en Francia, que fue derrotado estrepitosamente. Rajoy no solo atrajo la mala sombra del Prestige, sino que llegó a llamársele 'el gafe de La Mancha' porque cada vez que aparecía en esta comunidad se publicaba un escándalo en el PP –el caso Soria, cuando visitaba Cuenca, y el de Barberá visitando El Toboso– y especialmente el vuelo del helicóptero al que se subió en Móstoles y que se estrelló nada mas despegar. Lo de Sánchez no cabe en esta columna.
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