Del corazón con sangre estoy escrito
SANTANDEREANDO ·
Ciento veinte años después, cumple recordar que el primer profesional que firmó un trabajo con su nombre en El Diario Montañés fue Ramón de Solano ( ... 1871-1946). En primerísima, lo hallará el rastreador de rarezas en el diario más diario de todos los diarios; como a los cuatro vientos proclama el medio desde su inicial cabecera: Se publica no sólo los días laborables, sino también los festivos. Con licencia de la autoridad eclesiástica. En definitiva: El neonato medio periodístico ve la luz siete días a la semana todas las semanas del año. Distínguese así de otros medios de la época. Que eran periódicos. Pero no diarios.
Ramón de Solano y Polanco (Santander, 2.XII.1871-19.III.1946), abogado de profesión y escritor de vocación, hijo de Máximo Solano y Vial y de Antonia Polanco y Bustamante, colaboró asiduamente en la prensa local: El Atlántico, La Atalaya y El Cantábrico hasta que se pasó incondicionalmente a El Diario. Para siempre jamás; en calidad de colaborador y co-fundador.
Su soneto se acoge al epígrafe general Versos y sus enigmáticos catorce versos endecasílabos a la clásica usanza rezan así: «Un nombre. / Entre risas y lágrimas palpito / escondido en un alma de poeta; / dóila dicha recóndita y secreta / la doy dolor, callado e infinito. // Del corazón con sangre estoy escrito, / tengo golpes de ariete y de piquete, / guardo aromas de nardo y de violeta, / y siempre, arome o hiera, soy bendito. // Un nombre soy: palabra que escondida / necesita vivir desconocida / y oculta de los necios y los sabios, / ¡pues es tal el misterio de mi vida / que si a subir llegare hasta los labios / no pudiera tornar a mi guarida! / Ramón de Solano».
Por desvela queda el acertijo que en honor y memoria del poeta aquí se airea ciento veintidós años después.
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