La dimisión de una concejala
Había visto muchas veces en la distancia el Pico Urriello, sin embargo, no me hice una idea real del mismo hasta que un día ... estuve al pie del mismo. Imponente. Así sucede con tantas cosas en la vida. Los cambios de escala, la cercanía, conocer las cosas desde dentro nos suponen una sorpresa. En política es muy frecuente. Pensamos cómo se deben hacer las cosas y desconocemos el tamaño de las montañas que tenemos delante.
María Luisa Sanjuán, Gus como la conocemos los amigos, ha dimitido como concejala en el Ayuntamiento de Santander. Estaba al frente del ámbito de Cultura y Deporte. Ha dicho que por motivos personales. Con el respeto debido a sus palabras, no parece muy creíble. Nunca sabemos las razones últimas que llevan a que una persona tome una decisión en política, pero en este caso hay ciertas sospechas para dudar. Los desencuentros dentro de su grupo pueden ser un detonante. De todos modos, es una forma elegante de decir adiós sin perjudicar al partido.
Lo cierto es lo infrecuente de su decisión cuando queda tanta legislatura y una concejalía es un puesto de trabajo asegurado. Que por encima de su seguridad laboral haya antepuesto la dimisión si no veía posibilidades de desarrollar su programa es algo que la dignifica.
Si además no se planteó la posibilidad de integrarse en un grupo mixto o ir por libre, aún merece ser más reconocido por lo excepcional. Seguro que conversaciones con ofertas por medio no le habrán faltado pese a que ningún partido lo exprese en voz alta.
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