Política limpia
La militante socialista en Cantabria Leire Díez protagoniza el enésimo incendio en el partido del Gobierno, con una forma de ejercer la actividad pública que es urgente erradicar por el bien de la convivencia democrática
Un nuevo incendio político se ha sumado esta semana a los numerosos casos en los que el PSOE se ve inmerso. Leire Díez, militante socialista ... vinculada a Cantabria, se ha visto implicada en el intento de obtener información con la que desacreditar a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), por la que ofrecía favores judiciales y mediación con la Fiscalía a un imputado por fraude en el IVA de los hidrocarburos que se encuentra fugado de la justicia española. Según la grabación de la videoconferencia difundida, Díez mostró especial interés en conseguir datos contra el teniente coronel Antonio Balas, jefe del Departamento de Delincuencia Económica de la UCO, a cargo en estos momentos de las investigaciones que acosan al Ejecutivo de Pedro Sánchez y que afectan a su entorno, los casos sobre Begoña Gómez, David Sánchez, José Luis Ábalos y el fiscal general del Estado. La interesada lo ha explicado como parte de una investigación sobre una mafia policial.
Aunque en un primer momento el partido ha intentado desvincularse de las actividades de su militante, Leire Díaz ha desarrollado una intensa actividad política siempre en la órbita socialista. Entre otros cometidos, ha sido líder del PSOE en Vega de Pas, vicepresidenta de la Mancomunidad Valles Pasiegos y jefa de prensa en el Gobierno de Cantabria. Posteriormente, directora de Comunicación de Enusa, empresa pública dedicada a la gestión del combustible nuclear participada por la SEPI, y en Correos, directora de Relaciones Institucionales y directora de Filatelia hasta el pasado año. Además ha trabajado para el partido y con numerosos dirigentes del PSOE como Patxi López, Dolores Gorostiaga, Eva Díaz Tezanos, Alfredo Pérez Rubalcaba, Cristina Narbona y Eduardo Madina, hasta su incorporación al sanchismo. En la actualidad, aunque el PSOE insiste en que no tiene ninguna relación contractual con su militante, estaba vinculada a Santos Cerdán a quien, según ella misma, asesoraba sobre la desinformación.
Las crecientes voces críticas en el seno del PSOE han obligado a la formación a abrir un expediente informativo a Díez, tratando así de establecer distancia con unas actividades que, con independencia de las responsabilidades legales a las que pueda haber lugar, apuntan unos hechos inaceptables en el juego democrático por su intencionalidad, su finalidad y sus modos, y que, de demostrarse judicialmente, incurrirían en actuaciones penalmente punibles. Desde luego, son ética y políticamente inaceptables. Varias voces del Partido Popular, entre otras la presidenta cántabra María José Sáenz de Buruaga el viernes en un foro en Madrid, han hablado abiertamente de comportamiento mafioso.
Actuara o no en relación con la dirección de su partido, las palabras de Díez aluden a instancias del Gobierno y de la Fiscalía, lo que no implica, por supuesto, que contara con su aquiescencia. Pero los hechos conocidos hasta el momento son paradigmáticos de una forma de hacer política que es necesario erradicar, por el bien del sistema y de la convivencia democrática. La corrupción, el nepotismo, el abuso de poder, la desacreditación del adversario a toda costa son tentaciones para quien tiene en sus manos las riendas del poder. Y como antídotos, los mecanismos de división de poderes, la limitación de mandatos y el control de la acción de gobierno desde instancias políticas, judiciales, policiales, en su caso, y medios de comunicación. Aferrarse al poder contra viento y marea, sin apoyo estable y rodeado de escándalos, e imputar todo a una campaña de acoso no es lo que las pautas democráticas establecen.
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