Internacionalización y universidad
Necesitamos capital humano cualificado y es mejor formarlo en nuestras universidades que importarlo y homologar estudios
Foramontanos Siglo XXI
Domingo, 30 de noviembre 2025, 07:23
Fuentes Quintana defendía como prioridad focalizar los esfuerzos en tres aspectos: educación, infraestructuras y energía. En la educación se necesita al educador y al educando ( ... niños, adolescentes, universitarios...). La estructura productiva de un país depende de las personas en todas sus dimensiones. Puyol (2025) demuestra que el invierno demográfico existe en todo el planeta y aunque «hace más frío en unas zonas que en otras», en Cantabria el fenómeno es especialmente intenso.
La solución a este problema global al que nos enfrentamos sólo puede resolverse por dos vías: migración o nacimientos. Nuestra fuerza laboral futura depende de los niños que nazcan hoy y de los mayores que seamos capaces de 'importar'. Puesto que es un problema generalizado, los países que resuelvan antes y bien la internacionalización de su sistema universitario presentarán ventajas competitivas respecto al resto. El mundo pone el foco en los aspectos tecnológicos, la IA, las tierras raras,... pero, ¿qué ocurre con el capital humano cualificado?
La educación infantil, primaria y secundaria, incluso el bachiller, prioriza alcanzar objetivos concretos: formar buenos ciudadanos que posean las habilidades básicas para desarrollarse personal y socialmente.
La educación universitaria es la primera etapa que, además de presentar objetivos transversales en múltiples dimensiones, presenta una relación más estrecha con la estructura productiva. La teoría más significativa de la demanda de educación superior es la teoría del capital humano: nuestros jóvenes estudian porque consideran que la educación superior es una inversión que rentabilizarán en el futuro vía mejores salarios y mayores posibilidades de encontrar un empleo, menor desempleo. Las investigaciones demuestran que efectivamente es más rentable estudiar y formarse que no hacerlo.
Cuando alguien se forma adquiere habilidades (capital humano adquirido que se suma al innato) que aumenta su productividad, que a su vez depende de la formación, experiencia,... Estas habilidades crecen cuando un estudiante se forma en un contexto más internacional porque en el futuro estará más adaptado a un mundo laboral cada día más globalizado. Hay múltiples estudios que demuestran que mayor internacionalización, mayor movilidad, conlleva mayor empleabilidad. Opera bidireccional y transversalmente tanto para el estudiante local con una experiencia internacional como para el estudiante local que se forma en un aula nacional internacionalizada, con un porcentaje significativo de estudiantes foráneos. Algunos de estos estudiantes internacionales engrosarán la población activa local futura, necesaria para nuestro desarrollo. Otros se volverán a sus respectivos países, abriendo vías de colaboración, canales, que permiten internacionalizar más la economía.
Las tasas de fecundidad están por debajo de las necesarias para reponer la estructura productiva, poco más de un punto respecto a poco más de dos puntos que es la mínima para mantener la tasa de reposición. Además, la pirámide de la población invertida implica que cada año hay una menor relación de cotizantes respecto a pensionistas en un modelo de pensiones de reparto.
Se respira una incipiente ansiedad en el mercado laboral que implica que, a pesar del paro existente, existen cada vez más puestos de trabajo sin cubrir. La ansiedad se convertirá en estrés, porque la tendencia se intensifica. Nos enfrentaremos a otro dilema: importamos capital humano cualificado o formamos a más universitarios dentro de nuestras fronteras.
En el primer caso, no hay control sobre sistemas universitarios externos y, además, es necesaria la homologación de los estudios universitarios de origen. En términos económicos importamos capital humano valioso al sistema, en su conjunto.
En el segundo caso, conseguimos más control sobre lo que se estudia y, además, aporta riqueza a nuestra estructura universitaria y económica. Un estudiante internacional es equivalente a un turista crónico, al menos durante un intercambio o durante todos sus estudios universitarios. Durante la etapa universitaria, además de sus tasas académicas, existen múltiples gastos: alimentación, residencia, transporte, salud, ocio,... En el año 2022 los estudiantes internacionales en el Reino Unido (23% del total) aportaron más a su economía que todo el sector turístico de España a la nuestra. Necesitamos capital humano cualificado y es mejor formarlo en nuestras universidades que importarlo y homologar estudios de otros sistemas universitarios.
Alberto Antolín; Jesús Aristegui; Rubén Calderón; Carmen Carrión; Daniel Casanova; Lucía Casanueva; Carlos Casanueva; Manuel Ángel Castañeda; Enrique Conde; Ana Correa; Alberto Cuartas; Francisco Díez Iglesias; Javier Domenech; Carlos Fernández-Lerga; Tomás Ramón Fernández; Alberto Fernández de la Pradilla; Fernando García Andrés; José́ García-Morales; Eduardo González- Mesones; Julio Hardisson; Mercedes Ortega; Juan Manuel Pérez de Guzmán; Gervasio Portilla; Javier Puente; Rafael Puyol; Julio Rama; Pedro Rivero; Carlos J. Rodríguez; Eduardo Rodríguez Rovira; Ignacio Rosales; Carmen Sáiz Ipiña; Javier Santacruz; Patricia de la Vega; Juan Ramón Vega; Marisol Ugarte; Eduardo Zúñiga.
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