Hablaba hace unas semanas en estas mismas páginas de las actividades profesionales que se transmiten de padres a hijos. En el ámbito de la ... política es frecuente. En Cantabria estuvo de presidente de la Diputación Modesto Piñeiro, unos años después fue alcalde de Santander su hijo Gonzalo. En Laredo López Revuelta, en Castro Urdiales Gutiérrez Elorza, en Reinosa Daniel Mediavailla y en Colindres José María Alonso, tuvieron a sus hijos como sucesores en la arena política. En Torrelavega, Gabino Teira fue presidente de la Diputación Provincial y su hijo, Manuel, alcalde; Roberto Peón fue concejal como su hija, María Luisa.
Ahora se repite la situación con Javier López Estrada, hijo de Francisco Javier López Marcano, al frente del Ayuntamiento. Más allá de la anécdota familiar y huyendo de las comparaciones, inevitables pero imposibles a la vez, la coincidencia en el tiempo del ejercicio de la política por parte de los dos torrelaveguenses al ser nombrado el padre consejero, puede albergar un punto de esperanza para resolver tantos problemas pendientes que tiene la ciudad. Por un lado, la pertenencia de los dos al mismo partido; por otro, esa formación está en coalición en el Gobierno de Cantabria y ellos con cargos ejecutivos. Siempre se ha dicho que es beneficioso para conseguir objetivos que haya sintonía entre los gobiernos autonómicos y nacionales, cuando los puentes se establecen entre representantes del mismo partido. Eso puede ocurrir ahora al militar ambos en el PRC. Sucede, además, que López Marcano fue alcalde de Torrelavega, conoce los problemas que arrastra el municipio, lo difícil que es encontrar soluciones y llevarlas a cabo. Tener buenas ideas, conocer la Administración, no siempre es suficiente, lamentablemente.
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