Espíritu ochentero
¿Sabían ustedes que Cataluña necesitaría 5.000 funcionarios más que deberemos pagar?
Confieso disponer de 'espíritu ochentero' y no pienso aclarar si es por cumplir ochenta años –década prodigiosa par el que llega a ella–, o por ... haber vivido las noches de sábado interminables de los ochenta y además ser un amante/apasionado de la música sinth pop, new wave o pop rock. No pienso aclararlo para que Uds no sepan si uno está ahora en la cuarentena o en la ochentena, porque no importa nada y la realidad es que tenemos ese espíritu ochentero que es el que se exige para la ocasión. Es que de otra forma no se si se podría soportar esta humillación.
Resulta que estamos, como siempre, con una nueva cesión a los sediciosos y malversadores separatistas catalanes antiespañoles que, como son insaciables y aprecian resquicios de debilidad, cada semana nos dan un sobresalto nuevo que requiere indudablemente de ese espíritu que, en esencia, significa que uno les dice todo lo que piensa de ellos y le 'refonfinfla' lo demás. Y lo dice bien alto para que se le oiga y para observar después si sirvió de algo aunque generalmente solo almacenemos desilusión. Pero no hay que desesperar para mantener las agujas del tambor bien tensadas.
Con ese espíritu, que en aquel momento se llamaría de otra manera, ya se estaba discutiendo hace casi 100 años en nuestras Cortes Generales el Estatuto de Autonomía de Cataluña; cuando, diputados de muchos signos junto a intelectuales de moda en aquel momento, formaban el Parlamento Constituyente de la República que estaba analizando y llegaba a conclusiones muy similares sobre Cataluña a las que llegamos ahora, de nuevo ante la discusión –por llamarlo de alguna manera– sobre esta ley de financiación singular que ya a su manera pretendían en aquellos tiempos.
Es curioso que allí se intercambiaran entonces frases e ideas que podrían ser repetidas ahora ante la pretendida financiación que, después de llamarla singular, hoy se nos quiere vender como plural y aplicable en todas las comunidades autónomas. Eso, después de haberse olvidado de discutirlo en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) y de publicar los acuerdos firmados con Esquerra Republicana. Que es tanto como decir que es inconstitucional desde el origen, al partir de una plurinacionalidad inexistente en nuestra Carta Magna.
Allí, en aquel Parlamento Constituyente de mayo de 1932, se decía: «Una cosa es pensar y otra tener ocurrencias», cuando Azaña quería confrontarse con Ortega, con fama de pensador. El filósofo/diputado acababa de explicar, representando al grupo Olimpo, que así les llamaban despectivamente a los intelectuales (Marañón, Unamuno, Perez de Ayala…), que «el problema catalán no se podría resolver nunca, solo se podía conllevar…» Y no sé si no estaría diciendo, como siempre, una gran verdad.
Es que, ahora mismo, se quiere reconocer en muchos ámbitos que una «cosa es el atraco de la financiación singular… y otra que Cataluña hasta ahora estaba mal financiada», reconociéndosele implícitamente cierta razón a su protesta.
Pero, ¿cómo qué estaba mal financiada?, ¿es que han ido a ver las carreteras en Lugo en Plasencia o en Liébana y las compararon con las de Barcelona, Badalona o Tarragona? Tendrían que haberlo hecho antes de decir eso. O si quieren observemos los aeropuertos, las autopistas o los centros de salud que les hemos construido o las subvenciones a sus agricultores ganaderos y comparen.
Y sino, algo más sencillo: miren la deuda de nuestra comunidad, o de la que sea, y compárenla con los 80.000 millones de la deuda catalana con la LOFCA (Ley de financiación de Comunidades Autónomas) y comprobarán fácilmente que es un nuevo engaño y solo un sórdido lloro o mantra, sobre una deuda que jamás van a pagar, tal y como han dejado bien aclarado y firmado ahora. Si es que no aprendemos… lo de la independencia a los separatistas catalanes les importa lo justo... otra cosa es el dinerito, como bien sabemos.
Pero entonces, además de ese espíritu ochentero de nuestra desesperación, ¿qué se podría hacer? Las soluciones parecen imposibles. Pero existe una por fortuna, que será útil cuando llegue el momento: la presencia de las urnas. Darán los mandos a los ciudadanos. Que ellas dispongan, que siempre tienen buen ojo… aunque otra cosa puedan ser las componendas posteriores.
¿Y en el camino? Pues ya se ve corto y queda la voz del Parlamento, que no es poco aunque tenga que oírse haciendo callar a los enemigos de España que alguno se nos ha colado aprovechando nuestro descuido. Pero al menos va a servir para que se siga conociendo la verdad. ¿Sabían Uds que se necesitarán allí 5.000 funcionarios más que deberemos pagar? Y se quedarán con los 30.000 millones del IRPF. Pequeños detalles del tocomocho.
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