El Sol que nos quema
Hay reflexiones que queman. Como la que durante tanto tiempo nos ha impedido aprovechar y disfrutar de la luz solar más allá de las ... exposiciones vacacionales en las playas, con planteamientos tan desmoralizadores como que siendo el país europeo con más sol, los españoles seamos los últimos en crecimiento fotovoltaico.
Las quemaduras de esos pensamientos son más profundas cuando nos comparamos con países como Alemania, donde a pesar de tener muchísimas horas menos de exposición solar puede producir en determinados momentos del año más de la mitad de su energía a partir de paneles fotovoltaicos. Pura envidia. Podíamos plantear esa misma cuestión al resto de las energías renovables que sin duda suponen la alternativa a ese problema secular que es la dependencia de las energías fósiles. Pero por una especie de inmovilismo de hormigón armado, España continúa anclada en esa dependencia que tanto agobia a las economías, o mejor dicho, que tanto agobia a los bolsillos de los ciudadanos, porque al final somos nosotros, con una demanda energética cada vez más creciente, los que pagamos los efectos de ese inmovilismo.
Es posible que no haya nada nuevo bajo el sol, y que como ha ocurrido durante tantos y tantos siglos, un reducido, pero poderoso, grupo de desalmados se sientan aún con el derecho de dominar y explotar al resto de las personas y de los recursos que a todos nos pertenecen; es decir, 'los gallos que creen que el sol sale para oírles'. Ésa es la sensación que los dirigentes de los últimos años nos han dado con los recortes de las ayudas a las renovables, el llamado 'impuesto al sol' y las trabas impuestas a la instalación de paneles solares. ¿O es que alguien quiere escribir un guion donde se protege a las grandes compañías energéticas para que no pierdan su poder hegemónico?
Es posible que las palabras de Séneca continúen vigentes cuando dijo aquello de que «el sol luce incluso para los malvados», pero con la actualización de los tiempos que corren, podría decirse que casi luce exclusivamente para ellos. Pensarlo me sigue quemando.
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