El refrán de mi amiga Charo
ENTRE PARÉNTESIS ·
Todos los días la pantalla de mi móvil se ilumina con el refrán de Charo. Son refranes castellanos, porque ella es hija y nieta de ... pastores de aquellas tierras y desde niña tuvo la feliz ocurrencia de apuntar los que se recitaban en casa para no olvidarlos. Por eso los reparte por WhatsApp como escudera del más ingenioso compendio de experiencia popular que se haya escrito nunca. Son frases cortas, sabias y rimadas que han sabido introducirse en la literatura y en el estudio de nuestra lengua, incluso creando la palabra paremiología. Fue el marqués de Santillana, en el siglo XV, el primero en reunirlos y comentarlos, aunque el más locuaz y hábil en su manejo ha sido el inmortal Sancho Panza, intelectual analfabeto cuya cultura surge de la vivencia heredada y del sentido común.
Mitad Sancho, mitad marqués de Santillana, Charo me alegra las mañanas con el santoral, algunos consejos de agricultor o advertencias de fríos, calores y precipitaciones: «Si San Ginés se pone montera/ ha de llover, aunque no quiera», «Agosto seca las fuentes/ y septiembre se lleva los puentes». Hace poco me ha dicho que «Por San Gregorio/ la calabaza al hoyo» y que «Por San Antolín, el verano toca a su fin». Incluso me los prepara para aliviar mis aturdidos ánimos racinguistas que se reconfortaron en Gijón: «Tropezar y no caer, adelantar camino es».
Llevo años leyendo sus mensajes y admirando los hermosos paisajes fotográficos que los acompañan, porque además de divulgar refranes y dichos, Charo es una consumada fotógrafa. Asidua de actos culturales y sociales, atrapa los momentos con su máquina y luego nos los regala para recordarnos que somos y estamos. Ella misma es un refrán que nos enseña a vivir: «Gracias y buen trato/ valen mucho y cuestan barato». Cuánto mejor si con refranes, y no con ciertas leyes, se gobernara el mundo, con Charo, claro.
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