«Cantidad o calidad»
Crítica TV ·
Los estrenos anunciados a bombo y platillo cada día duran menos en las listas de lo mejor del momentoA estas alturas podemos afirmar, si apenas titubeos, que la medida del éxito en las plataformas en streaming es tan discutible como débil si hablamos ... de continuidad. Se premia el número de visualizaciones, la cantidad de tiempo que está el espectador enfrente de la pantalla -quizás planchando o mirando el móvil-, pero no la calidad del producto, lo que repercute en su calado real en el consumidor final. Los estrenos anunciados a bombo y platillo cada día duran menos en las listas de lo mejor del momento. Tampoco perduran como tema de conversación, salvo algunas excepciones contadas, e inesperadas, como el fenómeno 'Adolescencia'. Grandes lanzamientos figuran en el primer puesto del ranking, para desparecer poco después. Empiezan a tope, pero se desinflan. Muchos minutos acumulados y pocos comentarios positivos entre la audiencia: efecto gaseosa. Puede interpretarse como una victoria que una serie sea la más vista del momento, pero quizás no todo el mundo repita en un futuro ante una nueva temporada. El personal hastiado, con un mínimo de criterio, prescinde de aquello que huele a más de lo mismo. Récord de visionado, vida fugaz.
Algunas compañías de entretenimiento están sufriendo este problema de fidelización. Prime Video anunció en su día por todo lo alto la franquicia 'Citadel', una de las propuestas más caras de la historia del medio audiovisual. El fiasco ha sido sonado. Un universo cinematográfico de espionaje, con derivaciones rodadas en otros países, pintaba bien, pero claramente el número de «plays» no sirve como termómetro de calidad, no es sinónimo de triunfo en términos creativos. Cuando una apuesta potente flaquea, alguien debería preguntarse qué está pasando con el gusto del espectador medio, la oferta real y la demanda dirigida.
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