Los Corrales recupera los accesos a las zonas de baño y pesca en el río Besaya
Las concejalías de Medio Ambiente y Turismo han sumado fuerzas para adecuar la senda fluvial de Somahoz a Cieza y las entradas al cauce
Los Corrales de Buelna ha vuelto su mirada hacia el río Besaya para recuperar los accesos a las zonas de baño o de pesca que ofrece el tramo de senda fluvial habilitada sobre la vieja carretera nacional 611, entre Somahoz y Cieza. Dos concejalías han colaborado para recuperar la senda y esos pasos al río, la de Servicios Municipales y Medio Ambiente y la de Educación, Cultura y Turismo. Los trabajos han consistido en segar, desbrozar y adecuar los dos kilómetros de paseo del trazado, así como en dar forma a esas entradas históricas al cauce.
La responsable del área, María Ángeles Lombilla, ha destacado la importancia de una senda fluvial «muy frecuentada y que llama la atención por el carácter familiar del paseo, sin complicaciones, envuelto en naturaleza y con el río siempre acompañando», un trazado que «necesitaba una revisión importante». Lo ha dicho en una visita a la zona junto al alcalde, Julio Arranz Ochoa, y el concejal de Medio Ambiente, Javier Conde.
Y más si cabe de cara al verano, ofreciendo varias zonas de baño utilizadas históricamente por los vecinos de la comarca, las playas o 'pozucas' al paso del Besaya por Somahoz.
«Los accesos realmente ya resultaban incluso peligrosos, así que, conociendo el potencial que tiene esta senda, hemos decidido que era el momento de adecuarlo todo», explicó Lombilla. Para ello, han contado con una empresa con experiencia, GFSCan Rural, «que está realizando un trabajo estupendo». En principio, para el mes de agosto ya se habrán habilitado dos «nuevos y cómodos» pasos al río, aprovechando materiales naturales del entorno. Entre ellos, la piedra propia de la ribera. También se han renovado y añadido barandillas de madera y se han alargado los escalones para facilitar la bajada al río, «tanto para los pescadores como para los bañistas o aficionados a la fauna y la flora que se puede apreciar en este tramo del río». «Tenemos tantas maravillas como ríos que se han aprovechado siempre», comentó la concejala. «Están ahí y si los cuidamos y protegemos, podemos disfrutar de ellos de nuevo y esa es nuestra idea», desarrolló. Ahora espero –dijo– que todas las personas que vengan «encuentren en este lugar un espacio de tranquilidad para pasar un día fantástico».
De camino de cabras a senda fluvial
Lo que hace 400 años era un camino de cabras se convirtió en el siglo XVIII en el Camino Real, en el XIX en una carretera y en el siglo XX la naturaleza recuperó su espacio, para abrirlo de nuevo ahora como senda fluvial.