«Queridos pasajeros, bienvenidos a Camargo»

«Queridos pasajeros, bienvenidos a Santander». ¿O era Camargo? La fórmula con que el personal de a bordo saluda a los viajeros con destino al Seve Ballesteros podría cambiar de aquí a los próximos meses. El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana del Gobierno de España está estudiando una petición del Ayuntamiento de Camargo para que la administración estatal incorpore al municipio en el nombre oficial del aeropuerto. La Dirección General de Aviación Civil empieza a dar alas a una «reivindicación histórica» para el equipo de gobierno, convencido en la justicia de encajar su topónimo en alguna parte de la denominación del Seve Ballesteros, ubicado muy cerca de Santander, sí, pero técnicamente levantado en Parayas y por tanto en el municipio Camargo.

Ojo, importante: el Ayuntamiento de Camargo no tiene ninguna intención de borrar a Severiano Ballesteros del nombre de la terminal. El Consistorio aspira a una formulación del tipo «Santander-Camargo-Seve Ballesteros», como comunicaron desde Muriedas el pasado 1 de julio, tras la visita a Cantabria del exministro de Transportes José Luis Ábalos. Desde entonces, la alcaldesa de Camargo, Esther Bolado, ha venido reiterando lo que para ella y todo el núcleo del gobierno es el argumento fundamental de esta reclamación. «El aeropuerto está en terreno de Camargo y por lo tanto es de justicia que su nombre aparezca en la denominación».

Ese es el resumen con que se quedó tanto Ábalos, entonces, como la actual ministra, Raquel Sánchez Jiménez, durante su visita a Cantabria la semana pasada. El Ayuntamiento se ha mostrado tan convencido como optimista ante la prensa en ambas ocasiones y, de hecho, dedica una parte no menor de su agenda a mantener en buen estado las relaciones con este Ministerio, del que, además del bautizo del Seve, también depende el cubrimiento de las vías de tren a su paso por el casco urbano de Maliaño y Muriedas -el proyecto urbanístico más importante de Camargo en estos momentos-.

Lo que está claro es que, entre una cosa y la otra, en persona y por escrito, el Ayuntamiento de Camargo ha conseguido que las autoridades aeroportuarias reserven un hueco para hablar de este hipotético cambio de nombre en el Seve Ballesteros, una medida que, anécdotas al margen, afectaría al lenguaje de la atención turística, la cartelería y a cada renglón luminoso dedicado a Cantabria en todas las terminales del mundo. El aeropuerto y la comunidad autónoma facturan algo más que un letrero con este tipo de decisiones.

En esa línea, en la óptica de los turistas y el valor de la identificación del aeródromo cántabro ante el extranjero, se sitúa lo dicho por el Ayuntamiento de Santander al respecto a preguntas de este periódico. Respondió precisamente la concejala de Turismo, Comercio, Mercados y Relaciones Institucionales, Miriam Díaz: «Santander y Severiano Ballesteros son dos marcas reconocibles a nivel internacional».

'Marketing' turístico al margen, la Asociación de Amigos de Parayas tiene su propia idea de cuál debería ser el nombre de la terminal cántabra. «¿Cambiar el nombre? Llamarlo Seve Ballesteros-Santander-Parayas no sería ningún disparate», declara Manuel Diego, uno de los protagonistas que, a través de esta entidad, fomentó el debate y la votación del Parlamento de Cantabria para cambiar, sin éxito, el nombre del entonces Aeropuerto de Parayas por la fórmula compuesta de 'Aeropuerto Seve Ballesteros Santander-Parayas', el 5 de mayo de 2014.

Habría que esperar un año más, hasta el 16 de abril de 2015, para asistir al bautizo que sí salió adelante. Aquí sí, la base área pasó a llamarse aeropuerto Seve Ballesteros-Santander, nueve meses después de que una mayoría política lo respaldara en el Parlamento regional.

Más allá del baile de nombres, el Seve acaba de cumplir ya 68 años. Inaugurado oficialmente a la una y media de la tarde del domingo 31 de agosto de 1953, el aeropuerto de Parayas tomó el testigo del antiguo aeródromo de La Albericia (en Santander), cuya pista vio despegar a Juan Ignacio Pombo -en su aeroplano Bleriot- en el primer vuelo Santander-Madrid hace más de cien años, en 1916.

El aeropuerto actual también ha sido protagonista de otros hitos importantes de la historia de Cantabria. Ahí está el primer vuelo transoceánico, a Cancún (México), en el marco de un viaje profesional de la Asociación de Hostelería, en 2002; un atentado de ETA con coche bomba cargado con 30 kilos de explosivos en el aparcamiento, sin heridos, el 27 de julio de 2003; la llegada de las aerolíneas Ryanair y Volotea a la oferta de la terminal cántabra, en 2004 y 2005, respectivamente; o la llegada de infinidad de celebridades del deporte, el cine o la música en estas casi siete décadas.