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Castro Urdiales
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Jueves, 11 de octubre 2018, 07:26
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Tres años después de que se cerraran las piscinas municipales de Laredo -por el riesgo de derrumbe de la cubierta- y ante la falta de entendimiento entre el equipo de gobierno del PSOE y los grupos de la oposición municipal para que comiencen las obras de rehabilitación del edificio, un grupo de vecinos ha decidido convocar una concentración de protesta, que tendrá lugar el próximo 22 de octubre.
El lugar donde se manifestarán aquellos vecinos que se sumen a la iniciativa será el Ayuntamiento pejino. Y la hora, las 17.30 horas. La idea surge de un grupos de padres, cuyos hijos, de 4 años, se han visto obligados, como otros, a acudir a las piscinas municipales de Colindres, donde actualmente pagan más que los colindreses al no haber firmado el Ayuntamiento pejino un convenio de colaboración como han hecho otros Consistorios de la comarca oriental, que sufragan parte de los gastos de mantenimiento de dicha instalación.
Pero los promotores de esta protesta no están preocupados por lo que pagan en el municipio vecino, sino porque hayan pasado ya más de tres años desde que las piscinas pejinas cerraran sus puertas y, pasado el tiempo y a pesar de que el Gobierno de Cantabria ha concedido ya hasta dos subvenciones que suman 700.000 euros (200.000 en 2017 y y 500.000 en 2018), la obra no termina de arrancar.
«No queremos que esto sea nada político, lo que pretendemos es que todos los grupos municipales se pongan de acuerdo para desbloquear esta situación y que comiencen por fin las obras. Que empiecen por donde quieran, pero que empiecen», comenta Ángela Granda, una de las vecinas que ha promovido esta iniciativa. «Llevábamos tiempo pensando en hacer esta movilización. Y al final nos hemos decidido porque al vemos que nadie se ha quejado públicamente. Nos consta que mucha gente ha ido al Ayuntamiento a poner sus quejas, pero nada más».
Esta laredana asegura que ya han informado de esta concentración a la concejala de Deportes, con lo que el equipo de gobierno está al tanto. «Nos gustaría que se sumase mucha gente a la concentración».
Ángela comenta que el problema que están teniendo algunos padres en Colindres es que no hay plazas para sus hijos, «porque allí está saturado». «Al final somos los vecinos del pueblo los que estamos pagando la falta de entendimiento entre los grupos políticos de la Corporación», lamenta.
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