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Dos alumnos del IES Valle del Saja cuentan un cuento en inglés a ocho niños y niñas en la biblioteca municipal. Javier Rosendo
La biblioteca cuenta cuentos en inglés

La biblioteca cuenta cuentos en inglés

Una vez a la semana, los alumnos de Bachillerato leen cuentos en inglés a niños de entre 5 y 8 años

Lucía Alcolea

Santander

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Viernes, 23 de febrero 2018, 12:52

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La biblioteca municipal de Cabezón de la Sal es un lugar pequeño, pero grande. Ese es el gran problema que acarrean los bibliotecarios Ana Lilia, que trabaja más horas de las que está estipulado en su contrato, y Alfredo Balbás, cuyas ideas sencillamente no caben en los insuficientes metros cuadrados de la biblioteca, sin acceso para minusválidos y otras cuestiones primordiales. Como el cambio a un edificio de mayores dimensiones lleva años solucionándose pero no se soluciona, los bibliotecarios se las arreglan y organizan multitud de actividades en torno a los libros y la lectura «y si tuviéramos una biblioteca mayor, ni te cuento...», comenta Ana Lilia.

Esta vez Ana va a hablar sobre una iniciativa que se llevó a cabo el año pasado por primera vez y que está teniendo mucho éxito «¿Qué quieres que te cuente?», pregunta, y acto seguido ella misma se responde: «ya, todo ¿no?». Empieza: «la iniciativa lleva por nombre storytelling» y consiste básicamente, en que estudiantes de Bachillerato de los dos institutos de Cabezón de la Sal cuenten cuentos en inglés a niños de entre 5 y 8 años una vez a la semana aquí, en la propia biblioteca». Pero es que la cosa va más allá de solamente despertar el interés por la lectura. Según Ana Lilia, «es una necesidad». «Es que verás, en los últimos meses estoy inmersa en la temática de los beneficios de la lectura para el cerebro, a nivel neurológico, porque es algo que está demostrado», dice convencida. «El otro día vi una charla del neurólogo David Ezpeleta y te la recomiendo porque es apasionante». «No es porque sea bibliotecaria, es que es la forma de basarte en argumentos científicos para hablar sobre la importancia de la lectura». Ana Lilia está convencida de que leer «nos reporta beneficios reales». Ahora la biblioteca está haciendo también biblioterapia. «El cerebro necesita moverse, creando sinopsis y conexiones, que se logran a través de las emociones que se experimentan con la lectura».

Por eso es fundamental «acostumbrar a los pequeños a escuchar otras lenguas, porque el aprendizaje se basa en este tipo de técnicas». El storytelling tiene como objetivo además «que los adolescentes de 16 o 17 años adquieran el compromiso de leer estos cuentos a los más pequeños y establezcan relaciones afectivas con su biblioteca, que la sientan como una parte de su vida». En resumen, bromea Ana Lilia, «es como una campaña de marketing emocional pura y dura».

Compromiso y también beneficio, «pues los alumnos reciben una compensación en la nota de la asignatura de inglés por realizar estas sesiones». «Al principio pensábamos que quizá iban a surgir problemas entre los niños y los adolescentes o que no se iban a entender del todo bien, pero más bien ha sucedido todo lo contrario». No solo ha aumentado el nivel de responsabilidad de los estudiantes «porque saben que se lo tienen que preparar y hacerlo bien», sino que la relación que establecen con los niños y niñas es muy buena. «Todo fluye», afirma Ana Lilia. «Si los vieras... algunos alumnos se ponen nerviosísimos antes de la lectura del cuento».

Sesiones para bebés a partir de los nueve meses

Cada vez que un recién nacido es empadronado en Cabezón de la Sal, los bibliotecarios le envían por correo postal un libro y un mensaje de bienvenida. La relación con la biblioteca comienza así desde la cuna. Para continuar en los siguientes meses, la biblioteca ha puesto en marcha cuentacuentos para bebés.

«Se trata de una iniciativa que ya se lleva a cabo en otros lugares», explica Ana Lilia. «Es una forma de atraer a los padres y madres a la biblioteca y mostrarles que los libros pueden suponer un estímulo para sus bebés a través del manejo, los colores o las imágenes, que no es solo leerlo».

El primer cuentacuentos con padres y madres de bebés se llevó a cabo el jueves por la tarde y el miércoles ya se habían apuntado cuarenta padres. «De esta forma, seguimos vinculando la lectura con la salud y tratamos de que los libros acompañen a las personas en todos los tramos de su vida. Ahora por ejemplo tenemos muchos niños de cuatro años que se están haciendo socios de la biblioteca». Para Ana Lilia esta es una señal de que de momento «las cosas se están haciendo bien». En la biblioteca, en media hora, no para de entrar y salir gente y cada persona viene a algo diferente.

Suelen realizar el taller por parejas y a cada sesión acuden unos diez niños, «porque queremos que sea efectivo y no se pierda la atención». El libro lo eligen los alumnos con la profesora de inglés y para contárselo a los niños en inglés, se apoyan en imágenes. Después de la lectura del cuento, se realiza un taller en torno a la temática. Las sesiones tienen lugar todos los miércoles a las seis de la tarde. El día de la entrevista con Ana Lilia es miércoles y acaban de llegar a la biblioteca un alumno y una alumna de Bachillerato del IES Valle del Saja que van a leer un cuento a ocho niños y niñas en inglés. La estudiante se llama Victoria García, tiene 16 años y le encantan los idiomas y los niños, por eso está encantada de venir a la sesión. Repite experiencia, porque hace un año hizo lo mismo en el colegio de Casar de Periedo. Victoria es despierta y resuelta. No parece una adolescente al uso. «Con los cuentacuentos en inglés aprenden los niños y aprendes tú mismo también de ellos». «Hay que intentar que disfruten contigo y que se produzca una interacción». ¿Te pone nerviosa hablar en público? «Bueno, no tanto, porque en el instituto realizamos bastantes actividades que nos obligan a hablar en público, pero sí algo sí».

Los niños son muy exigentes. Si se aburren lo demuestran. El cuento de hoy miércoles trata sobre varios cerditos que cazan a un lobo. Sirve además para «por un momento, alejar a los niños de los teléfonos y los ordenadores y emplear un tiempo en pasar un buen rato y preparar el inglés». ¿Ayuda a subir nota? «Es algo que no me importa, porque lo haría igualmente si fuera de otra manera, pero sí, puedes elegir entre leer un libro en inglés y hacer una redacción o los cuentacuentos». Según Victoria, más o menos la mitad de los alumnos de la clase se decanta por una opción y la otra mitad por la otra. Victoria tiene examen al día siguiente, a pesar de lo cual ha decidido venir a contar los cuentos igualmente. «Paso 45 minutos con niños y encima me río un montón». Llegan las seis y Victoria y su compañero se sientan en una alfombra con los pequeños alrededor. «¿Sabéis cómo se dice lobo en inglés?». «Wolf», responden todos a la vez. «Es que nos lo repiten mucho en clase».

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