Cabezón logra el compromiso de Adif para suprimir cuatro pasos a nivel por 6,7 millones de euros
El alcalde anuncia la retirada de los cruces de Virgen, Cabrojo, la mies de Ontoria y el conflictivo de Casar de Periedo, donde han perdido la vida tres personas
El municipio de Cabezón de la Sal ha entrado en la ecuación de las inversiones millonarias previstas en Cantabria para reconfigurar su mapa ferroviario. El alcalde, Víctor Manuel Reinoso, aprovechó el lunes la visita del presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Pedro Marco de la Peña, a la región para firmar uno de los grandes proyectos de legislatura, como es el soterramiento de las vías en Maliaño, para dirimir las cuestiones que afectan al municipio en materia de infraestructuras ferroviarias. Y lo consiguió. El alcalde de Cabezón 'ató' la firma de un convenio entre la Administración estatal y local para eliminar cuatro pasos a nivel en el municipio, uno de ellos, el de Casar de Periedo, especialmente peligroso, ya que se ha llevado por delante la vida de tres personas en los últimos quince años. La apuesta económica es de 6,7 millones de euros, de los cuales el Consistorio pagará tan solo 175.000, lo que costaría la intervención en Ontoria. El resto, será cosa del Ministerio.
El acuerdo es, eso sí, a futuro. «La firma del mismo no está prevista para antes de la primavera del 2026». Hasta entonces, disponen de cinco meses para coser los flecos de la actuación. En líneas generales, el plan consiste en suprimir por un lado, los pasos a nivel ubicados en las tres pedanías cabezonenses de Virgen de la Peña, Cabrojo y Casar de Periedo y en su lugar habilitar un tramo elevado destinado al tráfico de vehículos. Para los peatones se levantarán otros dos pasos superiores a la altura de Cabrojo y de Virgen, «justo donde se sitúan los cruces actualmente». El objetivo, explica el regidor, «es garantizar la seguridad de conductores y transeúntes». Un principio –el de la seguridad– que se ve especialmente comprometido en el paso de Calleja Redondo (Casar de Periedo), el tercero de los que se van a eliminar. El punto negro es conflictivo porque es el único que no dispone de barreras, tan solo semáforo y señales luminosas que avisan de la llegada del tren. Por desgracia, que el sistema de alarma resulta insuficiente ha quedado demostrado hasta en dos ocasiones en los últimos años. La primera vez fue en 2010, cuando un joven de la zona fallecía tras ser arrollado por el tren cuando se disponía a cruzar con maquinaria agrícola. El trágico accidente sacudió a los habitantes de la comarca, que se unieron para protestar por la nula visibilidad del cruce y pedir soluciones. Adif actuó y reforzó la señalización, pero seis años después volvía a perder la vida en el mismo punto una pareja cuando trataba de cruzar en coche.
La promesa de actuar en este punto mortal ha sido el telón de fondo del municipio en las últimas legislaturas. Ha habido conversaciones, pactos, acuerdos e intenciones, mientras el paisaje permanecía prácticamente inalterable.
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Otra historia diferente es la del paso a nivel de la mies de Ontoria, el cuarto que pasará a mejor vida, ubicado entre el apeadero de la localidad y la Textil Santanderina, desprovisto de barreras y vía de acceso a fincas. Está, como los demás, en la línea de ancho métrico Santander-Oviedo, y en este caso, la actuación será cofinanciada entre el Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Fomento, Adif y el propio Ayuntamiento. La idea, apuntó el alcalde, «es que el Consistorio pueda abonar su parte en varias anualidades para mitigar el impacto económico».
Además de eliminar el paso ferroviario, la intervención incluye construir una pasarela peatonal y desviar el tráfico rodado por la variante que se prevé levantar sobre caminos de concentración parcelaria en la zona conocida como Mimbrales, carretera que conectaría a su vez con la nacional 634.
Para el regidor, el acuerdo alcanzado con Adif supone «un avance en una materia muy importante para el municipio». Reinoso incidió en que suprimir el paso de Calleja Redondo es «una demanda de los vecinos porque ha habido accidentes que han costado vidas humanas». En general, «estos cuatro cruces ferroviarios sobre los que se va a actuar generan retenciones de tráfico y comprometen la seguridad de los vecinos que los atraviesan todos los días». La premisa de la que parte Adif en Cabezón de la Sal y en el resto de municipios de Cantabria es la de hacer desaparecer la totalidad de los pasos a nivel.