Las obras sobre el Puente Viejo de Oruña concluirán «este verano»

El puente viejo, como recordó el consejero, tiene más de quinientos años de historia y sufrió «importantes daños» con las riadas del pasado mes de noviembre, que pusieron en riesgo de derrumbe la estructura. Los trabajos de consolidación desarrollados ahora pretenden sus estabilización desde la base y por tanto «la supervivencia de uno de los más importantes patrimonios culturales del municipio».

La próxima semana, añadió el consejero, una vez se lleven a cabo unos trabajos de sondeos previos, se continuará con actuaciones sobre el tajamar y los trabajos de arriba a abajo.

Ya el pasado mes de marzo, y ante la preocupación vecinal que se trasladó a la prensa sobre el estado del puente, el consejero aseguró a este periódico que «los trabajos siguen según lo previsto» y que, pese a los problemas estructurales detectados una vez entró la maquinaria, «hemos llegado a tiempo».

Hoy, ese «hemos llegado a tiempo» volvió a ser una de las aseveraciones del titular de Obras Públicas, que acudió a la visita acompañado de una amplia comitiva de técnicos y representantes políticos, entre los que se encontraba el ingeniero Miguel Ángel Rodríguez, considerado uno de los mayores expertos en geotecnia a nivel nacional.

Minutos antes, el experto había explicado el momento por el que pasan las trabajos en este momento y adelantó que el proceso llegaría ahora a su segunda etapa de afianzamiento para ajustar la estructura a la piedra, lo que implicará un trabajo de arriba a abajo con una máquina profesional. Además, explicó que se han utilizado unos 300 metros cúbicos de hormigón para afianzar la estructura sobre el río y se ha trabajado a más de tres metros de profundidad.

También aclaró que la estructura ha estado en todo momento vigilada ante un posible oscilamiento de su inclinación con la instalación de varios 'inclinómetros', que medían a tiempo real con un sensor digital si el puente sufría alguna variación sobre su eje.

Por ello, y según aseguró el alcalde en funciones de Piélagos, Alfredo Rodríguez, «el experto habla de que hay garantías de que tengamos puente para mil años; pero nosotros con que dure otros cien, nos conformamos».

Lo que está por ver, según explicó el consejero, es si el tajamar que se llevó la última gran inundación de Piélagos recupere su fisonomía original o la del siglo XIX. Un aspecto que dependerá, dijo, de las consideraciones que establezca Cultura.