Una polémica circunvalación en Liérganes
Vecinos afectados por la ampliación de un vial denuncian al Ayuntamiento por invadir su terreno con «falsedades» y causarles un perjuicio en sus propiedades
Liérganes tendrá en breve una nueva salida desde el Ayuntamiento a la rotonda del cañón en Pámanes, enlace con la A-8. Una circunvalación que ... parte desde el entorno de la iglesia de San Pedro y que ha pasado de ser uno de los proyectos estrella de la legislatura a transformarse en una «pesadilla» para los afectados por su construcción. Desde agosto, las obras del vial hasta el depósito municipal se encuentran paradas. Y lo están porque pesan sobre ellas dos denuncias por la invasión de terrenos particulares, sin contar los daños que ha causado la forma de ejecutar los trabajos, «corriendo las lindes del estacado original»; desarmando muros en los que «desaparecían y aparecían» las piedras de mampostería original y talando cagigas «de más de 70 años», algunas de las cuales estaban «en una propiedad privada» y que han acabado en una serrería local. A esto hay que sumar desmontes que han quedado descarnados de «más de tres metros de altura» que ahora se están cayendo, en una zona de «escorrentía» y sensible a los argayos. La peor parte de «este atropello» –según los afectados– se la ha llevado una cabaña pasiega: la obra se la ha «comido».
La polémica está servida por un proyecto que el propio Ayuntamiento reconoce que ha «mutado» . Inicialmente, en 2024, se anunció como el simple «acondicionamiento» de un camino de servidumbre para dar salida a un futuro aparcamiento de autocaravanas, pero ha acabado siendo una carretera para «aliviar el colapso» que –según el equipo de Gobierno (PP-PRC)– se genera desde la intersección de la CA-260 (en las inmediaciones del Consistorio), hasta el cementerio por las entradas y salidas del colegio.
Esta última es la versión que sostiene el Consistorio para justificar el interés público de la obra, pero que no se creen desde la oposición (ULP y PSOE) porque las aglomeraciones, si las hay, son «muy puntuales». De hecho, el concejal socialista Ramón Hoz fue el primero en pedir que se parase el primer proyecto que redactó una ingeniería externa contratada por el Consistorio, ya que entendía que había que pedir autorización a la Crotu (Comisión Regional de Urbanismo) al no tratarse de una «conservación del vial» preexistente sino de una «obra nueva».
«Desastre» en el modificado
Entonces ya predijo Hoz que se invadiría la propiedad privada y se talarían árboles. Sin embargo, su recurso se rechazó en el Pleno con los votos del PP y PRC y la abstención de la ULP. Esta organización acabaría cambiando el sentido de su voto y presentando conjuntamente una moción para que no se ejecutase al constatar «el desastre» causado porque, a mitad de los trabajos, hubo que aprobar un modificado del proyecto al darse cuenta «al desbrozar» que el terreno necesitaba «una plataforma más compacta que diese más seguridad», reconoce ahora el alcalde, Ángel Bordas.
Después: Anchura y desmontes del camino ahora con la obra parada
Antes: Anchura del camino después de desbrozar
Este modificado no cuadra a los afectados porque ya se había invadido su terreno sin previo aviso o expropiación. Pero la obra se inició y, con ella, la pesadilla. Se convocó a los ahora perjudicados a una reunión y se les explicó, a priori, «con falsedades, que no invadirían nuestros terrenos y que se repondrían los muros», explica una pareja que ha comprado una propiedad en la zona. En principio, estas personas aceptaron la propuesta, aunque no les gustaba nada la idea de hacer un camino para vehículos. «Queríamos estar a bien», dicen.
Tras adjudicar la construcción a la promotora Aníbal S. L –con una inversión de 284.229 euros – en agosto empezaron a desdibujarse sus expectativas de que les dejarían su pared de mampostería en condiciones. «Primero desbrozaron y luego comenzaron a corrernos el estacado, talar las cagigas, desaparecían nuestras piedras ...», enumera la pareja.
La empresa tenía orden de ejecutar unos cinco metros de anchura –que es lo que dice el Ayuntamiento que mide el vial público– cuando «lo que hay aquí era un camino de servidumbre de 2,5 metros por donde pasaba un carro».
Una cabaña perdida
Al otro lado del polémico camino que hoy es un vial amplio de más de cuatro metros sin asfaltar y desmontes de tres metros «sin escollera», está el otro denunciante que ratifica lo dicho por sus vecinos y la Junta Vecinal. A él también le echaron abajo unos muros que no volverán a armar. En su caso, la peor parte se la llevó una cabaña que, al ampliarse el proyecto, se ha quedado semienterrada un metro «y está totalmente abombada. Ya la doy por perdida», se resigna.
También la Junta Vecinal de Pámanes ha rechazado ceder sus terrenos. La pedánea Ana Ríos (ULP), admite que inicialmente dio su permiso, pero explica que el alcalde la «engañó» (el regidor lo niega), cuando le informó de que los vecinos estaban de acuerdo. De ahí que la Junta rectificase su postura tras conocer «que se han talado árboles y se han tirado paredes sin permiso. Los propietarios han sido privados de la madera y de la piedra». La obra corre por cuenta del Gobierno de Cantabria, pero desde Fomento se dice que las explicaciones las dará el Consistorio. Allí admiten que en el primer proyecto se pudieron «equivocar» y piden «perdón». Al tiempo, señalan que «todos los vecinos» estaban conformes y solo han denunciado dos de seis que ahora son objeto de una expropiación.
La realidad es que esos dos denunciantes son los más afectados por la obra y otro propietario más alegó, sin contar a la Junta Vecinal. Tanto el alcalde como su teniente de alcalde y socio, José Ortiz (PRC), creen que al final todo se verá de otra manera porque «va a quedar una buena salida». También indican que la ingeniería contratada para el proyecto que hubo que corregir es «la misma» que utilizó el gobierno de la ULP.
Sobre las paredes que desaparecen en el modificado, explican que estaban caídas y que la piedra se dejó allí... y que el dinero del presupuesto que antes iba a los muros ahora irá a las mejoras en el vial. Afirman también que las cagigas desaparecidas estaban en terrenos municipales y las ha retirado la empresa. Al final, el cambio del camino para carros que pasó a ser una variante de Liérganes acabará en el juzgado.
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