Arranca la rehabilitación de la calle Obispo Juan Plaza, junto a la Catedral de Santander
Las Dependencias Capitulares y el refugio antiaéreo afrontan el tramo final de las obras, que estarán terminadas en las próximas semanas
Tras muchos meses oculta detrás de unas vallas, la calle Obispo Juan Plaza vuelve a estar a la vista de los paseantes de Santander. Eso ... sí, aún no se puede transitar por ella porque acaban de comenzar sus obras de renovación. Este corto vial, que une las calles Cádiz y Somorrostro, recuperará su imagen «solemne» con un suelo de piedras antiguas de la ciudad y con la colocación de bolardos y cadenas. La intención es integrarla con la Catedral ya que, como explica el arquitecto de la obra, Clemente Lomba, este emblemático edificio quedó aislado tras el incendio de 1941. El plazo de finalización de los trabajos es de cuatro meses, por lo que se espera que estén listos para abril. A la par, las actuaciones en las Dependencias Capitulares y en el refugio antiaéreo localizado bajo la Catedral finalizarán en cuestión de pocas semanas.
Son obras independientes que concluirán en un resultado integral. Así lo considera Lomba, quien también dirigió la obra de la plaza de Eguino y Trecu, al otro lado de la Catedral. «La intención es completar el conjunto, relacionar e integrar a la Catedral con el resto de ciudad». La renovación de la calle Obispo Juan Plaza con piedra antigua de la ciudad «a modo alfombra» pretende «no ser únicamente una zona de paso», por lo que se colocará también un banco de piedra para crear allí una estancia. En esta calle se ha reabierto también una puerta que da directamente al claustro de la Catedral. «Ha estado en un segundo plano y sin ninguna referencia. Ahora se pondrá de relieve su existencia».
Las intervenciones comenzaron el pasado lunes y, de momento, la calle está completamente levantada y no se aprecia la que será su imagen final. Durante los últimos meses, el acceso ha estado restringido por las actuaciones que se estaban desarrollando en las Dependencias Capitulares, ya que los andamios y la maquinaria impedían el paso de los transeúntes. Ahora, aunque las vallas se han retirado, tampoco se podrá pasar hasta que no esté colocado el nuevo suelo.
El nuevo suelo del refugio será de «un hormigón especial que simulará el original» que había durante la Guerra Civil
ACTUACIÓN
Lomba también destaca que en la calle Los Azogues, junto a la rampa-acceso a la Catedral, se destinará un espacio a recoger «el legado sobre la historia de Santander de José Luis Casado Soto y Joaquín González Echegaray, en el que se expondrá su maqueta de la ciudad y que se inaugurará próximamente».
El suelo del refugio antiaéreo
El edificio de las Dependencias Capitulares ya está terminado. En la actualidad se está trasladando todo el mobiliario a las diferentes estancias, además del archivo diocesano y catedralicio que a partir de ahora se localizará en este renovado edificio. La única intervención que está por terminar, pero que no se alargará más allá de unas semanas -hasta mediados de enero-, es la colocación del nuevo suelo del refugio antiaéreo localizado bajo la Catedral, que se abrirá al público como espacio expositivo. «El suelo será de un hormigón especial que simulará el original, que durante la Guerra Civil era de un mortero muy pobre», revela el arquitecto de estas obras, David Arce. «Se mantendrá el aspecto pero con un terminado más limpio».
La rehabilitación de las Dependencias Capitulares, que forma parte de la quinta fase del Plan Director de la Catedral, abrirá al público un espacio que se construyó sobre lo que quedaba del cerro de Somorrostro tras el incendio de Santander y cuyo acceso estaba restringido. Tras las obras, más de 1.500 metros cuadrados se liberarán para albergar áreas expositivas y zonas de investigación y documentación.
El edificio contará con una gran sala de exposiciones que también podrá acoger actos y conferencias y que contará con un aforo de casi 200 personas. Es el corazón del proyecto y el espacio al que más uso le puedan dar los visitantes. Cuenta con un amplio tragaluz que por el día deja pasar la luz natural y por la noche la de los focos que iluminan el muro del siglo X ubicado justo al lado. «En este espacio podrán realizarse actividades culturales y divulgativas, al margen de las estrictamente de culto, que hasta ahora eran inviables por carecer de un espacio adecuado», expuso Arce al presentar la obra.
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