Un arroz que deja huella
Las comidas de las peñas recaudan fondos para causas solidarias
Antes de llegar, de la que uno sube por el coso de Cuatro Caminos, en Jerónimo Sainz de la Maza, ya huele lo que anda ... montando la peña La Pera en la Plaza de México. Es una monumental paella a base de verduras y marisco –lo del olor no es broma–. De esas que en un día de pleno verano como este «entra sola». Hoy le toca a La Pera, pero es sólo un ejemplo. Las peñas de la ciudad llevan varios años poniéndose el delantal durante las fiestas. Por una buena causa. Cocinan, sirven y recaudan para una causa solidaria. Hasta divirtiéndose se puede ayudar a los demás.
En la plaza no falta de nada para amenizar la espera mientras se elabora la paella: escenario con DJ, barra de bebidas para recargar ante el sol radiante que pega, un par de hinchables para los críos, y pito y tambor para darle ambiente. La dinámica es tan sencilla como efectiva: se reparte una ración de paella y una bebida –cerveza, agua, calimocho, refresco, lo que cada cual elija– a cambio de un donativo voluntario, que se deposita en una hucha solidaria.
«Para nosotros esto no es solo cocinar una paella, sino demostrar que las peñas pueden movilizarse por algo más grande»
El precio es simbólico –«el coste es cero», explican desde la organización–, pero la generosidad de los asistentes no. En la última edición se superaron los 20.000 euros recaudados, ni más ni menos. Imaginen las raciones que hay que repartir para llegar a eso. Y este año esperan repetir la hazaña.
La Peña La Pera, la protagonista del día dentro del ciclo 'Peñas Solidarias', agradece especialmente la respuesta de las agrupaciones colaboradoras. «Para nosotros esto no es solo cocinar una paella. Es demostrar que las peñas pueden movilizarse por algo más grande. Aquí, el arroz es la excusa para ayudar a quienes lo necesitan», destaca Manuel, de la organización.
«La idea es que todas las peñas vamos pasando por aquí para colaborar. Esto es una hermandad», comentan tres amigas pertenecientes a La Cresta de la Ola, otra de las agrupaciones participantes, que además distribuye pulseras solidarias. «Cada día de la semana vamos donde la peña que toca, la nuestra es el sábado que viene, que la hacemos con los de El Pezón, en Tetuán», explican con entusiasmo. Y es que durante las fiestas santanderinas las peñas se lo pasan en grande hermandándose entre ellas y conociéndose mejor al acudir a las diferentes comidas.
Desde Los Chatos, otra de las agrupaciones presentes, subrayan también el valor colectivo de estos eventos: «Si nos invitan, venimos. Esto es algo de todos. Nos apoyamos entre los socios y recaudamos por nuestra cuenta, nos encanta la comida y el ambiente». El germen de esta paellada se plantó hace varios años, cuando apenas cinco peñas se unieron para organizar un pequeño evento solidario.
Hoy participan más de veinte, y el modelo se ha convertido en una de las citas imprescindibles del proyecto Peñas Solidarias, impulsado desde el tejido asociativo peñista de la capital cántabra. «Empezamos cinco peñas y ya somos 24. Hacemos una fiesta con todas, nos apoyamos entre nosotros, y, si sobra paella, también se ofrece al público en general, aunque no sean socios», explican los organizadores. Ya lo han oído: no se preocupen por las colas, que la paella da para todos.
El dinero recaudado se destina, en este caso, a los programas de Alouda, entre ellos el proyecto Vacaciones en Paz, que permite a niños saharauis pasar el verano en Cantabria, lejos del desierto del Tinduf. La peña organizadora también realiza una aportación directa, más allá de lo recaudado en la hucha con las raciones. «Otras peñas colaboran con diferentes asociaciones, pero nosotros colaboramos siempre con esta», explican. Tras el aperitivo y la preparación llega por fin el plato fuerte: la gran paella. Disfruten, que esto pasa rápido.
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