«Por fin» vuelven las fiestas, la Semana más grande
Ilusión, música y casetas. Miles de personas llenaron la plaza del Ayuntamiento desde primera hora de la tarde para ver el chupinazo
Una tarde de reencuentros que fueron más allá de coincidir con amigos o familiares, que por supuesto también los hubo. Pero esta vez fue más ... bien un día de recuperar sensaciones, de dejarse invadir por las ganas y de volver a ver las caras de ilusión en la gente mientras recorría las calles del centro de Santander decoradas con banderines, colchonetas y casetas desde hace días. Hubo gritos, palmadas y muchos saltos. La lista de emociones que esta tarde llenaron una tarde más la plaza del Ayuntamiento de Santander es larga. Dicen que las comparaciones son odiosas y con dos ediciones descafeinadas, el arranque de la Semana Grande 2022 no tiene mucho espejo cercano en el que mirarse. Justo por eso fue especial, diferente. Un ambiente que los santanderinos echaban de menos y así lo demostraron desde primera hora de la tarde. Miles de pañuelos azules llenaron la plaza y las principales vías de la ciudad. Es más, la cola para hacerse con el pañuelo fue kilométrica en todo momento. Quien quiso hacerse con el suyo tuvo que armarse de paciencia. Pero no importaba demasiado. Eran más las ganas de disfrutar y d emostrarlo. Y esa plaza, abarrotada, volvió a ser testigo de uno de los momentos que marca el verano en la capital cántabra: el chupinazo. Da igual el tiempo que pase, la gente no olvida su cita obligada y miles de personas disfrutaron otra vez del chupinazo como sardinas en lata. Como antes. Como siempre.
«Por fin volvemos a salir, a tener las fiestas que nos merecemos», gritó la alcaldesa, Gema Igual, desde el balcón del Consistorio poco antes antes de dar el pistoletazo de salida a esta Semana Grande tan esperada. Porque ella también entendía lo especial de este año. «Ya era hora de reencontrarnos aquí», añadió el portavoz de La Pera. Y así todas las peñas respondieran a la pregunta lanzada por la regidora:«¿Por qué queremos fiestas?». «Para volver a ser solidarios», «porque nos encanta presumir de la mejor ciudad del mundo», «porque las calles se llenan de alegría». Y, en cuestión de segundos, volvió a escucharse ese sonido conocido, que hace que todo el mundo mire al cielo casi sin pensarlo: el del chupinazo saliendo disparado. Ahora, sí. Comienzan las fiestas de Santander. Arrancan nueve días de celebraciones, actividades y juegos. Más de 240 horas para disfrutar de un evento tan esperado.
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Eso sobre las 21.30 horas de la noche. No obstante, la celebración había empezado mucho antes. «Vamos, vamos, que yo quiero bailar», le decía un chaval a su amigo mientras le empujaba para intentar avanzar más rápido por el Paseo de Pereda hacia esa concurrida plaza donde el Dj Cheda –encargado de animar el chupinazo otro año más– ya daba las primeras notas. Pero con tanta gente, era imposible conseguir caminar más rápido que el resto. Mejor armarse de paciencia. Y es que el ambiente a fiesta se respiraba en todas las esquinas. Daba igual por donde moverse. En alguna zona incluso se mezclaba con el olor de los pinchos de las casetas de la feria de día que funcionaban desde las 13.00 horas del mediodía. «Huele a rabas con limón», comentaban unos críos. Y, por supuesto, todas hasta arriba de gente. Todas. Las de ubicadas en Alfonso XIII, las de Pombo… En resumen, más paciencia para pedir el pincho y la bebida. Aunque cuando uno está de celebración, poco importa eso. Quizá alguno había olvidado lo que significa la Semana Grande y querer acudir a una fiesta multitudinaria. Aunque parece que hay costumbres que no se borran tan rápido de la memoria.
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Y es que hoy no arrancaron unas fiestas cualquiera. Empezó «la semana más grande, la vuelta». Como si fuera «la primera», gritó el Dj desde lo alto de una grúa en la que movía los brazos animando a la gente a bailar y a moverse con más energía que nunca. Precisamente, antes de poner la primera canción (Madre Tierra de Chayanne) él mismo se encargó de recordar esos dos años de parón obligado y reconoció haber echado de menos ese momento. Justo cuando su misión se convierte en hacer bailar a la plaza entera en la que a las 19.30 horas ya resultaba difícil encontrar sitio. Reto aceptado y más que conseguido. Bailaron mayores, jóvenes y pequeños. Todas las generaciones al unísono. O, más bien, al ritmo del Dj.
Ganas desbordadas
Ese ambiente ya hacía prever que el chupinazo sería un éxito. Aunque la lluvia amenazó con aguar la fiesta en algún momento, pero se quedó en un susto. Por suerte. Eso sí, las cuatro gotas desplazaron a la gente hacia zonas donde resguardarse y dieron protagonismo a las esquinas de las fachadas y los soportales de la plaza Porticada. Pero ni el agua cambió el ánimo de la gente porque la música siguió sonando y la plaza se mantuvo llena. Aunque con el paraguas como nuevo accesorio. Incluso hubo tiempo para un aplauso. Un aplauso dirigido a «esas personas que no están pero estuvieron en el 2019». También fueron palabras del animador.
Mientras en el Ayuntamiento el Dj daba el cante, desde Puertochico arrancaba un pasacalles con las peñas y las casas regionales. Participantes en esta Semana Grande que terminaron el recorrido en el Ayuntamiento donde se sumaron a la fiesta ya en marcha. Conforme iban llegando, el animador se encargó de nombrarles y de darles la bienvenida. Todo ocurría a la vez. Porque la fiesta estaba repartida. A la par que las peñas, El resto principales vías también vivían su particular celebración. Son días de todos y para todos. Por ejemplo en la plaza Alfonso XIII también estaban casetas llenas. La espera para pinchos y bebida de algunas madres se solapaba con las colas enormes para acceder a todas las atracciones organizadas para los más pequeños. Una espera que se hizo larga para algunos y así se lo hicieron saber a los adultos.
Fue una tarde de mucha fiesta y paciencia. Para entrar a un bar y pedir consumición, para conseguir el pañuelo del Ayuntamiento... Pero poco importa cuando se trata de dar la bienvenida a la Semana Grande 2022. La más esperada que ya anunció la alcaldesa, este año volvía «en su totalidad».Y, por ahora, el primer capítulo ha cumplido con las previsiones. Ahora comienzan 9 días de más fiestas. Jornadas para disfrutar.
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