La primera jornada para calentar motores

Peñas reunidas, bares repletos de expectantes aficionados, puestos llenos de complementos y las calles de los alrededores de la Plaza de Toros de Santander a rebosar. Es el comprobante de que la primera jornada de la Feria Taurina de Santiago no ha pasado desapercibida. Avalanchas de apasionados han acudido, al encuentro de los novilleros Diego Bastos, Bruno Aloi y El Mene. Cientos de personas marcan sus calendarios todos los años esperando la llegada de este día -incluso aguantando eternas colas para conseguir sus abonos- y el ambiente no ha decepcionado: pañuelos azules, ropa elegante, almohadillas para disfrutar cómodamente de la novillada y, sobre todo, sonrisas radiantes y mucha ilusión. Tras una noche de cielos cubiertos y lluvias, finalmente el sol ha salido para los taurinos que han acudido al evento. Las calles, que se han cortado con antelación para facilitar el acceso de los seguidores, han acogido a gente de todas las edades, árboles familiares completos e, incluso, un barco: el Pirulo III, desde el que la peña más antigua de Santander, La Pirula, ha lanzado caramelos y dulces para los paseantes que se encontraban por la zona, al son de las melodías de los piteros.

Pero la novillada es solo el comienzo: la feria se alargará con corridas diarias hasta el 27 de julio, que pondrá el broche final a los festejos con un concurso de recortadores. «Venimos todos los años», comentan muchos de los aficionados, que han posado sonrientes antes de adentrarse a los palcos. Otros, sin embargo, se estrenan y no saben qué esperar. Ha sido una larga jornada para habituales y novatos, aunque todos ellos preparados para todo tipo de situaciones, con neveras a rebosar de comida y bebida.

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