Jueves de compras en el Ferial de Torrelavega
El mercado semanal, el más grande de Cantabria, convoca a vecinos de toda la región con su atmósfera única
Luis llegó a tener su negocio en una tienda, en la calle Consolación de Torrelavega, hace años, pero dice que duró cuatro días porque ... lo suyo es estar en la calle. Lo dice con una sonrisa en la cara y ese don de gentes que caracteriza a los vendedores de raza de toda la vida como él, como pensando, ¿cómo iba a meterme yo en un local? «Nací aquí, debajo del puesto», sonríe, señalando el huequito que hay bajo los cajones llenos de dulces y que tiene detrás a una decena de personas haciendo cola y saludándole a la vez. Le conocerán bien porque a los 12 años empezó a echarle una mano a su padre, que es el que inició el camino de Frutos Secos Maestro. «48 años llevo aquí», dice, echando cálculos. Con «aquí» se refiere a este y al mercado en mayúsculas, donde trabajan, conviven, ríen, comparten y se confiesan miles de personas todos los días. «El martes, en Aguilar; el miércoles, en Los Corrales; y hoy -en referencia a ayer, jueves- aquí, en Torrelavega», dice, poniendo el dedo sobre su apellido -Maestro- en el delantal y mientras cientos de personas invaden el inmenso aparcamiento del Ferial de Ganados.
Con permiso de los demás, si hay que hablar de un mercado en mayúsculas, valga este para quedarse con la corona. De 'mercadillo', poco, incluso si una alerta roja por viento disuade a algunos de montar su puesto por la mañana. El mercado semanal de Torrelavega, el 'mercado de los jueves', es el más grande de Cantabria y reúne a miles de visitantes no ya de la ciudad -casi tradición para muchos-, sino de toda la comarca y toda Cantabria. Para que se hagan a la idea, su capacidad llega a superar los 250 expositores, la mayoría de textil, calzado y casi cualquier cosa.
Hay un poco de todo en el jueves de mercado del Ferial. Ropa, carnes, verduras, caramelos, flores, decoración... Lo que hay sobre todo es ambiente. Y bueno. Después de presentarse y señalar al relevo generacional de la empresa, Laura Maestro, Luis se hace una foto para el periódico junto a su puesto, a lo que una clienta sale con un «sácale guapo». Se llama María Jesús Alonso, de Torrelavega de toda la vida, aunque ahora vive en Mataporquera porque se ha echado pareja, aunque esa es otra historia. El caso es que le encanta el mercado del jueves. «Es estupendo. Encuentras de todo aquí. Fruta, ropa, amigos... Sobre todo buena gente», expresa sonriendo.
Al otro lado de uno de los mostradores más coloridos del Ferial, Manuel Ángel Ruiz y su equipo venden fruta sin parar. Y eso que el día salió «un poco malo» ayer con lo del viento, sobre todo al inicio de la mañana. Manuel es otro que lleva décadas en esto, tirando del carro de Más que Fruta, una empresa con local en Solares. «Cuarenta años llevo viniendo a Torrelavega. Venía de crío para ayudar a la familia y vendemos muy bien aquí», declara, antes de describir octubre como un mes más bien flojo en el calendario: «Luego noviembre recupera y diciembre mejor todavía. Después viene la fresa, etc.»
Son mil y una historias las que se dan cita aquí cada jueves. Comerciantes de empresa familiar de toda la vida y con su parcela bien memorizada, clientes que vuelven semanalmente en busca de gangas y relaciones estrechísimas que terminan en amistad. «¿Qué, cómo vas?», «¿Y tú qué crees?», se gritaban dos a lo lejos, de cachondeo. «¿Berenjena tienes?», «Rayada», «Tú sí que me tienes rayada», otros. Y así.
Carmen Zumel, de Miengo -aunque natural de Valladolid- ya le había hablado a su amiga Merche García -de Santander- de los chollos y el ambiente que hay en el mercado de los jueves. Pues bien, al fin le hizo caso y vinieron ayer por primera vez. Juntas, estas dos profesoras del IES Zapatón posaron con sus nuevas chaquetas. «La gente es súper animada. Venir es casi terapéutico», decía Carmen; «tengo que venir más», zanjaba Merche.
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