El PSOE tensa el pulso sobre el Museo del Hojaldre y propone llevarlo a La Lechera
La sugerencia desplaza el proyecto al inmueble de la antigua sidrería, junto al complejo, una propuesta que no convence al PRC: «Se perderían los fondos»
La discusión sobre la ubicación alternativa del Museo del Hojaldre quedó abierta hace poco más de un mes tras el repudio de todos los partidos ... salvo el PRC a su emplazamiento en el edificio municipal de Baldomero Iglesias. Hoy, el PSOE toma la iniciativa en esa confrontación y propone llevarlo a un kilómetro de ahí, hasta La Lechera, concretamente al inmueble que albergó la antigua sidrería y que actualmente se encuentra en desuso. La propuesta, registrada en el Ayuntamiento por el grupo socialista y dirigida directamente a Alcaldía, define el pulso que mantienen sobre este tema socialistas y regionalistas, un choque de posiciones que llega, cabe recordarlo, después de que el PRC oficializara su intención de situar el museo en Baldomero Iglesias y sin que el PSOE supiera absolutamente nada de la licitación. El posible carácter unilateral de esa decisión, la presunta falta de interés del PSOE en mirar los expedientes o si el emplazamiento estaba o no fijado en los papeles desde hace dos años puede dar para debate; lo que no es discutible y revela todo esto es que PRC y PSOE, los socios de gobierno, actúan sobre este tema como dos partidos que no se hablan.
Volviendo a la propuesta del PSOE. Su secretario general, José Luis Urraca, defiende el traslado del Museo del Hojaldre a unos metros de La Lechera como «una estrategia coherente de revitalización cultural y turística de la ciudad», permitiendo, dice, «articular un eje cultural que conecte» ambos espacios y «generando sinergias con otras actividades artísticas y expositivas».
Los socialistas, que ya se han mostrado a favor de este espacio sobre el dulce local aunque destinando Baldomero Iglesias a recentralizar las oficinas y servicios municipales, se cuidan de dejar clara su intención no de relegar el museo, sino de sacarle más partido, piensan, en un lugar donde se pueda «potenciar» la oferta cultural y turística de Torrelavega: «Consolidará la zona como polo de atracción cultural, turística y gastronómica, reforzando la identidad local y poniendo en valor el hojaldre como producto representativo».
Urraca propone crear «un eje cultural» en simbiosis con el futuro expositivo y artístico del complejo
La ubicación del Museo del Hojaldre junto a La Lechera no solo sería una mejor idea que la de Baldomero Iglesias desde ese punto de vista, según el PSOE, sino también algo completamente viable y ajustado a los requisitos legales y técnicos. Valoraciones sobre cultura y turismo al margen, esta es la parte más importante del debate porque, de no cumplirse las condiciones, podría poner en riesgo la captación de medio millón de euros contemplados para el proyecto en el Plan de Sostenibilidad Turística -el PRC incluso llegó a cuestionar hace un mes la percepción de los 4 millones de todo el programa por culpa de los eventuales cambios en el proyecto-.
El PSOE despeja cualquier sospecha y asegura que su propuesta cumple con todos los requisitos legales y técnicos, pero en el PRC no lo tienen claro. Al contrario. Antes de entrar a valorar en detalle la propuesta, fuentes del partido ya cuestionan la tesis socialista y, de hecho, apuntan al riesgo que corren el dinero con este nuevo planteamiento. Algunas voces lo tienen claro: «Se perderían los fondos».
Hay datos que invitan a dudar porque lo que está claro es que el proyecto debería ser adaptado. La instalación del Museo del Hojaldre en el número 4 del edificio de Baldomero Iglesias está perfectamente acotada en los pliegos técnicos de la licitación. El alcance de esta actuación, de acuerdo a los planos, afecta a 163,60 metros cuadrados de la planta baja y otros 218,87 del primer piso. Son 382,47 metros cuadrados en total.
El traslado obligaría ahora a adaptar el proyecto, que ya está siendo redactado por un estudio de Madrid
¿Y cuántos puede ofrecer el edificio de la antigua sidrería? Pueden hacer el ejercicio en casa. Según el catastro, el inmueble se divide técnicamente en dos estancias: el espacio dedicado a la hostelería, de 152 metros cuadrados; y un almacén, de otros 119. Es decir, 271 metros cuadrados, cerca de un centenar menos sobre los que ya están trabajando los arquitectos de Estudio GD que redactarán el proyecto hasta finales de verano.
Esa es la segunda clave de todo y que revela en qué ha derivado esta falta de consenso en el seno del gobierno. Porque la discusión sobre el emplazamiento no se produce antes de que se conciba el proyecto, no, sino meses después de que se haya adjudicado su redacción a un estudio de Madrid. El Diario ya adelantó una clave hace unas semanas, después de que la concejala del PP Rosario Adela Fernández preguntara en aquella Mesa de Contratación si el contrato se podría adaptar en caso de que el museo cambiara de ubicación. El jefe de Obras le confirmó que, en principio, sí «sería posible».
Si la pregunta de Fernández ya era pertinente hace tres semanas, hoy se convierte en un asunto de rabiosa actualidad para el futuro de este proyecto, convertido en un ejemplo de las desavenencias en la coalición y de momento con dos ubicaciones sobre la mesa. La oficial y sobre la que trabajan los arquitectos de Madrid, el número 4 del edificio de Baldomero Iglesias; y la que propone el PSOE, un edificio en desuso junto a La Lechera y donde se alojó una antigua sidrería. Al cierre de la edición de este periódico, ningún otro partido se ha manifestado sobre el tema o ha hecho otras sugerencias.
Declaraciones a micrófono cerrado al margen, es difícil adivinar cómo reaccionará el PRC a la propuesta, como también prever qué paso daría el PSOE si el socio mayoritario deja correr el asunto sin mayor debate. Hace más de un mes que el PRC llamó al resto de partidos a proponer otros emplazamientos, acotando la lista a edificios públicos, técnicamente viables -también por dimensiones- y ubicados en el centro, cerca de las confiterías. El edificio de la antigua sidrería no cumple en tamaño ni ubicación, pero en el PSOE dicen dos cosas: la primera, que es posible adecuar el museo a estas dimensiones; y la segunda, sobre la nula necesidad de que esté cerca de las confiterías. «Para eso ya está el museo de los obradores», zanjan.
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