Tres encapuchados atracan un bar de Torrelavega armados con una pistola y un cuchillo: «Me quedé paralizada»
Los hechos ocurrieron cerca de las doce de la noche cuando aún quedaba un cliente y dos empleadas
Tres encapuchados atracaron anoche con una pistola y un cuchillo de grandes dimensiones el bar estanco Casa Barquín, en la avenida Palencia de Torrelavega. «Estábamos ... haciendo la caja, solo quedaba un cliente, cuando tres hombres -dos con abrigos negros y otro con una chaqueta de chándal blanca- accedieron por la única puerta que quedaba abierta», explica una de las dos empleadas que a las doce menos cuarto estaba en el local acabando de limpiar y recoger.
Nada más acceder al interior del negocio, uno de ellos, el que portaba la pistola, comenzó a dar golpes con la culata en una nevera próxima a la puerta. Un reclamo de atención para que las dos trabajadoras abrieran la caja registradora. «Si os portáis bien no os haremos nada», gritó mientras apuntaba con el arma a las mujeres. Otro, acercando el cuchillo al cuello del cliente, le reclamó todo el dinero que llevaba en la cartera. El tercer delincuente se ocupó de meter la mano en la caja y llevarse la poca recaudación que quedaba, cerca de 200 euros.
«Me quedé paralizada al ver las armas. Solo quería que acabaran rápido para que todo pasara», cuenta una de las víctimas, que prefiere no revelar su identidad. Según su relato, a pesar de llevar una pistola y un cuchillo, no eran violentos y parecía gente muy joven, «mayores de edad, pero chavales, de entre 18 y 20 años».
La Policía Nacional ha confirmado los hechos a este periódico, así como la detención de uno de ellos. «La investigación está abierta y seguimos trabajando para esclarecer lo ocurrido», señalan fuentes del caso.
Más seguridad
Tras las gestiones que suceden a un atraco, como formular la correspondiente denuncia, el propietario de casa Barquín, Jesús Castañeda, ha compartido con otros hosteleros de la zona sus impresiones, que no son otras que la «preocupación por el crecimiento de la delincuencia». «Es gente de aquí, van y vienen andando. Hace solo tres semanas otro individuo entró en mi negocio y salió corriendo sin pagar tres cartones de tabaco y unos meses atrás, en la Cafetería Oslo, también atracaron. Es un problema educacional que va a peor. Delinquen habitualmente, les cazan, pero después les sueltan porque no acumulan suficientes delitos», lamenta Castañeda, que últimamente escucha demasiados relatos de miedo e inseguridad en su barrio, Campuzano.
Aunque alaba la actuación anoche de la Policía Nacional -«llegaron en un minuto e intervinieron muy rápido», apunta-, el hostelero de Torrelavega solicita mayor presencia policial en la zona, «más patrullas, más movimiento y más controles, por favor».
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