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Meruelo se ha convertido en imprescindible para Gipuzkoa.
Los primeros camiones con basura de Gipuzkoa llegarán a Meruelo esta semana

Los primeros camiones con basura de Gipuzkoa llegarán a Meruelo esta semana

Cantabria está a la espera de recibir la petición vasca y estudia la opción de que los municipios se beneficien del aumento de la facturación por el nuevo cliente

José Emilio Pelayo

Domingo, 31 de enero 2016, 10:32

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La urgencia del Gobierno foral de Gipuzkoa para dar a una solución al tratamiento y recogida de basuras es tan nítida que su previsión es que «como muy tarde» los primeros camiones puedan llegar al vertedero cántabro de Meruelo el sábado 6 de febrero. Al menos esa es la hoja de ruta diseñada por el diputado foral de Medio Ambiente y responsable de la gestión de residuos, el socialista José Ignacio Asensio (Tolosa, 1966). Todo ello siempre que desde Cantabria se acepte la petición de auxilio que será concretada oficialmente por escrito mañana.

Hasta ahora, los dos Gobiernos y los técnicos de las empresas públicas Mare (la cántabra) y GHK (la vasca) han mantenido numerosos contactos y reuniones de trabajo para ultimar un acuerdo que pueda materializarse de inmediato. Una necesidad que se hará totalmente real el miércoles, día 3, fecha en la que vertedero de Lapatx (Azpeitia) se cerrará parcialmente ya que solo admitirá residuos que procedan de los municipios integrados en la Mancomunidad Urola Medio, propietaria de la instalación. Salvo que este lunes cambie el criterio hay prevista una reunión de la junta de Urola, la solidaridad cántabra con Gipuzkoa se hará imprescindible. «Necesitábamos una solución de urgencia extraordinaria y de auxilio. Era buscar dónde verter la basura o dejarla en la calle sin recoger (...) Hablamos de salud pública e interés general», explicaron ayer desde el Gobierno foral guipuzcoano.

50.000 toneladas

En palabras de Asensio, sería relativamente sencillo que Lapatx continuara funcionando un año más. Pero «no está imperando el sentido común y la solidaridad intraterritorial. Hemos tenido que buscar esa solidaridad fuera, cosa nada fácil porque todos tienen sus apreturas y sus condicionantes para recibir residuos», en referencia al previsible acuerdo final con Cantabria para utilizar la infraestructura de Meruelo.

Aunque será a partir de mañana cuando se fijen con exactitud las necesidades de Gipuzkoa, durante las negociaciones previas se ha barajado un depósito anual de unas 50.000 toneladas de la llamada fracción resto de los residuos (los no orgánicos y que no requieren tratamiento), que se mantendrá durante los próximos cuatro años. En Gipuzkoa se calcula un movimiento de unos 20-25 camiones diarios, una operación que supondrá también no solo un sobrecoste para las arcas del Gobierno foral sino establecer un complejo dispositivo operativo. Gráficamente el propio Asensio habla de «un circo bueno». Para ello el consorcio de residuos de Gipuzkoa ha establecido tres estaciones de transferencia en el territorio vasco con el propósito de optimizar el traslado de los residuos, «que se verán sometidos a un importante nivel de estrés».Esos centros logísticos serán los de San Markos y Elgoibar, y un tercero, nuevo, en Sasieta.

Todo este nuevo trasiego de desechos imprevisto incrementará los costes de Gipuzcoa en el tratamiento de basuras en un 50%. Un dinero que saldrá de las arcas de la tesorería vasca en dirección a Cantabria. De esta forma, la solidaridad cántabra tendrá como premio una mayor facturación de Mare, propietaria de Meruelo, que puede sumar un cliente seguro que genere ingresos por un importe (indeterminado hasta no conocer el número de toneladas-año a depositar) que se calcula en una franja de los 2-3 millones de euros. Es más, con ese plus añadido a las cuentas siempre escuálidas de Mare, desde la Dirección General de Medio Ambiente se está contemplando la posibilidad de que ese ingreso pueda repercutir de forma favorable en los ayuntamientos de Cantabria que pagan un canon a Meruelo por sus residuos. Todo dependerán de si las cuentas de Mare cuadran. Si fuera así, no se descarta que el Gobierno transmita la orden de bajar el precio de la tonelada de desechos que ahora se carga a los ayuntamientos, una cantidad que se aproxima a los 83 euros. Y es una posibilidad la rebaja real, que ya manejan los técnicos y que puede convertirse en una decisión política del Gobierno bipartito.

Municipios cántabros

Incluso, si la situación diera un vuelco antes del día 3 y Urola Medio aceptara dar continuidad a Lapatx, el Gobierno foral sostiene que seguiría siendo necesario acudir a Meruelo. La solución para las basuras de Gipuzcoa es a largo plazo y precisa de una infraestructura, una gran planta de tratamiento y depósito de basuras. Un proyecto que los anteriores gestores políticos paralizaron y que ahora vuelve a cobrar vida. Tanto como para que el diputado foral responsable de Medio Ambiente anticipe que para primavera puede licitarse la obra de esa instalación que, en el mejor de los casos, entraría en servicio en el horizonte del año 2019. De ahí que la «ayuda cántabra» se contemple durante al menos cuatro años. Porque uno de los grandes lamentos de la mercantil GHK es que «carece de infraestructuras ni siquiera un vertedero». Por eso, mientras llega la gran obra, Asensio mantiene la necesidad de arbitrar parches a corto plazo adaptando vertederos como el de Epele.

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