Grafiteros encapuchados asaltan un tren en Mogro lleno de viajeros y accionan el freno de emergencia

Cuando estos grafiteros tiraron del freno de emergencia, lo que los investigadores llaman el método del 'palancazo', el maquinista se dirigió al vagón para saber la causa, ya que se trata de un dispositivo al alcance de los usuarios para parar el tren si ocurre algo grave (alguien indispuesto, un accidente...). Pero al comprobar lo que realmente estaba pasando, dio aviso al 112 de Cantabria que, a su vez, derivó la alerta a la Guardia Civil. Acudieron dos patrullas al andén de Mogro. Pero cuando los agentes llegaron los encapuchados habían desaparecido. "Se realizó una batida por la zona, pero no fueron localizados", confirmaron fuentes del instituto armado. Les dio tiempo a hacer una pintada de nueve metros cuadrados antes de huir, una superficie "grande", valoran fuentes de Renfe, de las mayores registradas hasta la fecha por este tipo de actos vandálicos.

Este asalto tuvo lugar en el tren que sale a las 18.30 horas de Santander con destino a Cabezón de la Sal. Testigos de los hechos cuentan que eran cinco los jóvenes, todos ellos varones, que estaban en el andén contrario. Cuatro de ellos iban con las caras cubiertas, el quinto no. "Saltaron a las vías, cruzaron, entraron en un vagón, tiraron de la palanca y se pusieron a pintar por fuera, todo sin articular palabra", cuenta Juan, un estudiante que realiza a diario esta ruta.

Los viajeros tuvieron que soportar no solo el susto cuando esos individuos irrumpieron en el tren, "una señora se puso muy nerviosa, otra les increpaba...", sino también un pequeño retraso en su viaje por la parada de emergencia y el tiempo que se tarda después en rearmar la marcha, "alrededor de diez minutos", bastante más de lo que los encapuchados emplearon en hacer su grafiti.

"Son acciones rápidas, están organizados, uno empieza por un lado, otro por el otro, otro rellena y les da tiempo a hacer lo que pretenden", comentan desde la compañía ferroviaria, reacia a dar datos sobre este tipo de vandalismo para evitar el temido 'efecto llamada'. Porque, recuerdan, la acción de los grafiteros de trenes causa un "gran daño". "Cuando ocurre, ese tren se lleva enseguida a talleres para eliminar la pintada, y el gasto es muy grande, y lo pagamos tú y yo".

Son bastante frecuentes las pintadas en los trenes, pero no tanto las acciones revestidas de violencia con asalto incluido y parada de emergencia. La mayoría de las ocasiones, los convoys parados en las estaciones son los más grafiteados. De estos otros casos, con irrupción en un tren que está realizando su ruta, hay pocos precedentes en Cantabria. El año pasado, la Guardia Civil desarticuló una banda que se dedicaba a pintar trenes, con media docena de detenidos a los que se atribuyeron 56 grafitis por toda Cantabria -costó limpiarlos más de 95.000 euros- y también en otros países europeos. Y en una de su larga lista de acciones consta también un asalto con freno de emergencia (el 14 de diciembre de 2014) en un tren a la altura de Boo de Guarnizo.